Gasolineros vs. Profeco

Las imágenes son claras. En plena noche, dos camionetas de Profeco se estacionan sin precaución en una estación de servicio. 

Sin identificarse, dos empleados con chamarras de la dependencia federal corren con dos jarras en las manos hasta la dispensadora de gasolina. Inician las tomas de prueba. Toman fotos del aparato. La policía rodea el operativo. La cámara hace zoom en la manguera por donde fluye la gasolina. 

“Aquí está. Menos 30”, dice uno de los empleados, quien verifica la potencia en una maquina medidora.

Paloma Robles Paloma Robles Publicado el
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El robo es más sofisticado: pasó de alterar la banda numérica que registraba los litros, a la alteración de las máquinas por medio de un chip
Algunos empresarios gasolineros han acudido a cursos para saber cómo aprobar una verificación de Profeco
http://youtu.be/loWbITew1mI

Las imágenes son claras. En plena noche, dos camionetas de Profeco se estacionan sin precaución en una estación de servicio. 

Sin identificarse, dos empleados con chamarras de la dependencia federal corren con dos jarras en las manos hasta la dispensadora de gasolina. Inician las tomas de prueba. Toman fotos del aparato. La policía rodea el operativo. La cámara hace zoom en la manguera por donde fluye la gasolina. 

“Aquí está. Menos 30”, dice uno de los empleados, quien verifica la potencia en una maquina medidora.

Realizan una segunda muestra. “Mire, venga”, le dice el empleado de Profeco a un despachador de la estación como haciéndole ver que el error es suyo. La cámara captura el número de la estación de servicio. Toman más fotos.

Al término de su verificación, los empleados de Profeco leen todo el dictamen a los operadores de la gasolinera. Se revisaron 50 puntos, la empresa, según dicen, solo tuvo una anomalía anotada. 

Proceden a poner sellos de clausura; en la leyenda se lee “inmovilizado”. La máquina dispensadora antes verificada ahora luce parchada con más de seis calcomanías. Se muestra un reloj :“5:33” se visualiza en pantalla. La oscuridad indica que es de madrugada. 

Un operador de la gasolinera firma el oficio de clausura con foto de los verificadores, que después es pegado por la gente de Profeco en el mostrador principal de la gasolinera. El operativo está terminado.

Las imágenes fueron expuestas en un video difundido por la Profeco en febrero pasado. Su proyección ha motivado toda clase de críticas dentro del gremio gasolinero.

Y es que para algunos empresarios de Jalisco, los operativos de Profeco no solo son ilegales, también rayan en el abuso de autoridad y la corrupción, pues en algunos casos se dicen víctimas de hostigamiento de la Profeco para orillarlos a dar mordidas. 

Inspecciones y mordidas

Un empresario gasolinero que prefirió no dar su nombre por temor a represalias, relató a Reporte Indigo la serie de irregularidades en las que Profeco ha incurrido en la revisión de sus estaciones de servicio.

“Llegan a deshoras, cuando no hay personal administrativo. No se identifican, manipulan las calcomanías de verificación de medidas que nosotros pagamos a otras empresas privadas. Revisan hasta el mínimo detalle con tal de multarnos”, externó el entrevistado.

Refiere que en sus gasolineras han optado por hacer un protocolo de acción en cuanto ven llegar a los inspectores: sus despachadores saben que en cuanto llegue el inspector deben correr a la bomba de gasolina y protegerla de cualquier intervención fuera de la norma. 

La intención -refiere- es evitar cualquier intento de clausura. No necesariamente por que se esté robando la gasolina, sino por que se ha detectado que los inspectores de Jalisco tienen la consigna de clausurar al mínimo detalle. o en su caso cobrar mordida.

Según lo referido por el empresario, a él le han llegado a cobrar hasta 25 mil pesos mensuales para tener información de cuándo van a llegar los inspectores.

Al negarse a pagar, las inspecciones se aumentan. Regularmente una estación de servicio es revisada de una a dos veces al año. En este 2013, una de sus gasolineras fue monitoreada hasta cuatro veces en un mes.

En los meses de junio, julio y agosto, la Profeco realizó alrededor de 30 verificaciones y sancionó a 28 empresas en Jalisco, según información consignada en sus boletines de prensa.

Por ejemplo, solo en julio de este año se verificaron 14 estaciones de servicio y se sancionaron a 12 empresas. 

Entre los errores consignados por Profeco en algunas estaciones, están el hecho de que la máquina no cuenta con el sistema de control de distancia Controlnet, un mecanismo que permite al operador despachar la cantidad de gasolina desde una máquina que opera todas las bombas de gasolina. 

El empresario explica que quizá para muchos concesionarios el negocio de la venta de gasolina está exclusivamente ligado al robo hormiga a sus clientes, pero ese modelo de negocio no aplica para todos.

En la lectura del entrevistado, el despojo a los clientes no es necesario “si la gasolinera está bien ubicada, bien aclientada, con buen servicio.

“La gente reconoce cuando se le está dando el producto completo, y con buen servicio”, expone el empresario, que detalla que Pemex ofrece un margen suficiente para hacer un negocio rentable más “no para hacerte millonario”.

Explica que el margen de ganancia es de 6.7 por ciento. Sin embargo, la paraestatal permite un descuento del 1.5 por ciento si el operador de la estación de servicio cumple con más de 150 requisitos de seguridad, limpieza, infraestructura, orden administrativo y calidad en el servicio.

Si el franquiciatario cumple con todo, puede obtener hasta un 8.2 por ciento de ganancia sobre el hidrocarburo vendido.

Aún así, un estudio del Colegio de la Frontera refiere que del 2006 al 2012 las gasolineras de México cobraron más de 3 mil millones de pesos a sus clientes en gasolina que no fue distribuida.

El robo es cada vez es más sofisticado: pasó de alterar la banda numérica que registraba los litros de gasolinas vendidos en las bombas viejas, a la alteración de las máquinas por medio de un chip que modifica la cantidad de gasolina servida.

Ahora con la actualización de la Norma Mexicana que implica la instalación de un nuevo software de medición, la alteración se hace desde el campo de lo cibernético, explica el consultado.

El empresario gasolinero refiere que la multa de la Profeco, además de boletinarte a nivel nacional, genera una mala impresión en los clientes que al ver los letreros vincularán directamente la anomalía con el robo de combustible.

Frente al ‘abuso’, capacitación

En el escenario del conflicto, algunos empresarios han optado por buscar herramientas que les permitan combatir a la Profeco. Entre ellas la capacitación de su personal sobre las normativas relativas a las gasolineras.

“Últimos lugares. Debido a la problemática que se está suscitando con las verificaciones de Profeco, te invitamos al curso Gasolineros vs Profeco, actualización de la NOM-005 y NOM-185”, se lee en el correo enviado desde el Grupo Besco, una organización especializada en la asesorías a empresas gasolineras.

En lo que va del año se han realizado una decena de cursos en diversos estados de la república sobre cómo recibir una inspección de Profeco.

El último curso se realizó el pasado 12 de octubre en la Ciudad de México, el costo por persona fue de 3 mil 200 pesos más IVA.

En las imágenes de los cursos se observa que alrededor de una treintena de personas se acercan a cada ponencia que Grupo Besco organiza.

Evita que te cobren más, por menos

1) Verificar que la bomba marque cero al momento de iniciar la carga.

2) Solicitar que la carga de gasolina sea en litros y no en pesos.

3) Conocer la capacidad del tanque del vehículo, la información está contenida en los manuales del carro.

4) Procurar llenar el tanque al 100 por ciento. Eso ayuda a saber si se están vendiendo los litros adecuados.

 

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