Redes de psicosis

Como pólvora, los mensajes de alerta y sobre supuestos hechos vandálicos corrieron en redes sociales y servicios de mensajería, como Whatsapp.

“(Viene) un inminente golpe de estado. Por favor no salgan tarde, no se alejen mucho de sus casas, estos días la cosa se va a poner muy fea”.

“Les voy a pasar un aviso: no salgan, de favor, a nosotros nos están dando una orden de que salgamos de civil, pero vamos a ir armados, otros van a salir uniformados. Esto se está poniendo muy feo”.

Imelda García Imelda García Publicado el
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1,500
mensajes se propagaron exponencialmente a través de las 485 cuentas de Twitter
Twitter es arrastrada por ‘intereses perversos’ al crear caos y pánico que atentan contra la libertad de expresión, opina la experta María Elena Meneses
Todo parece indicar que no se trata de una tendencia surgida a raíz de los mensajes ciudadanos, sino de una campaña promovida para llamar al saqueo e infundir temor a la población
No puedo asegurar quién está detrás (…). Pero de que están organizados, articulados, eso sí se puede demostrar. Sí tienen la intención de promover el pánico, de generarlo y difundirlo”
Analista de Lo que sigue
Expertos en cibernética y uso de redes sociales sostienen que los mensajes con el hashtag #SaqueaunWalmart provinieron de cuentas de bots y trolls, algunos desde Perú, Bolivia o Venezuela y que podrían formar parte del grupo Secta Científica
https://youtu.be/Sf7DOLECfm0

Como pólvora, los mensajes de alerta y sobre supuestos hechos vandálicos corrieron en redes sociales y servicios de mensajería, como Whatsapp.

“(Viene) un inminente golpe de estado. Por favor no salgan tarde, no se alejen mucho de sus casas, estos días la cosa se va a poner muy fea”.

“Les voy a pasar un aviso: no salgan, de favor, a nosotros nos están dando una orden de que salgamos de civil, pero vamos a ir armados, otros van a salir uniformados. Esto se está poniendo muy feo”.

Como estos, decenas de mensajes mantuvieron en vilo a millones de ciudadanos de todo el país, sobre todo de la Ciudad de México y del Estado de México.

En Twitter eran múltiples las convocatorias para participar en saqueos o para pedir a la gente que no saliera de sus casas porque había violencia o ya estaban llegando las Fuerzas Armadas.

En cuestión de horas, el pánico cundió no solo en redes sociales, sino en calles, plazas comerciales, supermercados y gasolineras.

Personas fueron evacuadas de los cines, restaurantes o tiendas que cerraban sus puertas ante el rumor de que “ya vienen”. En algunas zonas del Estado de México, la propia policía local era quien iba por las calles pidiendo a los vecinos que cerraran sus negocios y las puertas de sus casas.

La del miércoles fue una jornada inédita en el país, por el alcance y la magnitud de los rumores que se esparcieron a través de los teléfonos celulares y las redes sociales.

Para algunos, las protestas por el aumento en el precio de los combustibles derivaron en saqueos sin control; otros, defienden que se trata de grupos de infiltrados que tratan de crear caos y atemorizar a la población para apagar las manifestaciones contra el gasolinazo o para aumentar el encono contra el Gobierno.

Lo cierto es que se trató de una campaña organizada que tuvo como finalidad propagar mensajes de temor a la población.

Expertos en cibernética y uso de redes sociales, reunidos en el grupo Lo Que Sigue, sostuvieron que los mensajes con el hashtag #SaqueaunWalmart provinieron de cuentas de bots y trolls organizados para lanzar mensajes de forma masiva, algunos de ellos desde el extranjero.

En el caso de mensajes para infundir miedo en ciertas zonas del Estado de México, como Naucalpan o Huixquilucan, algunos fueron emitidos desde cuentas de Twitter que ya han amenazado a periodistas en el pasado, o que han participado en otras campañas de desprestigio o de miedo.

Las propias autoridades detectaron que mediante cuentas falsas en redes sociales, los rumores y mensajes falsos fueron propagados sin control.

También es cierto que hubo saqueos en decenas de tiendas, cientos de personas detenidas, y un policía que perdió la vida al intentar evitar un asalto a una gasolinera en la Ciudad de México.

A esta realidad se une la de otras manifestaciones, las legítimas, que ocurren en todo el país en rechazo al gasolinazo.

La otra cara de la moneda son los bloqueos en carreteras, la toma de casetas, las protestas afuera de estaciones de servicio o de las dependencias de gobierno.

Sin embargo, ya no son el tema de conversación. Lo que ocupa las pláticas en las mesas o los mensajes de los funcionarios públicos son los hechos delictivos y la violencia.

Para los expertos, esta campaña de miedo pareció cumplir con su objetivo. Poco a poco, la protesta legítima contra el gasolinazo va perdiendo espacio en la agenda pública del país, avasallada por las imágenes de la gente corriendo con pantallas o por el miedo a los disparos que retumban en las colonias populares del centro del país.

No es espontáneo

La propagación de mensajes falsos y de alarma puso a miles de ciudadanos en estado de alerta, sobre todo en el centro del país.

Sin embargo, todo parece indicar que no se trata de una tendencia espontánea surgida a raíz de los mensajes ciudadanos, sino de una campaña promovida exprofeso para llamar al saqueo e infundir temor a la población.

Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, dio a conocer ayer que la Policía Cibernética detectó 205 cuentas falsas de Twitter que interactúan entre sí y por las que se difundieron mensajes falsos.

“Hemos encontrado a través de las redes sociales un clima de alguna tendencia para generar desinformación en nuestra población, generando en algunos casos niveles de crisis o tomas de decisiones como el cierre de algunos negocios y comercios, sin que exista nivel de riesgo alguno”, afirmó ayer Almeida.

Una evidencia más contundente fue dada a conocer por la organización Lo Que Sigue, que agrupa a analistas y expertos en cuestiones cibernéticas y de comportamiento de las redes sociales, que desde hace algunos años trabaja en el seguimiento de las campañas y mensajes difundidos por internet.

Uno de sus analistas, que prefirió conservar el anonimato, señaló que es visible que son grupos organizados los que están difundiendo estos mensajes, con la intención de crear pánico.

A través de métodos de análisis gráfico, Lo Que Sigue pudo conocer que estas tendencias salieron de un grupo de 485 cuentas de Twitter que difundieron más de mil 500 mensajes que se propagaron exponencialmente, y crearon una ola de incertidumbre y temor en varias partes de la Ciudad de México y el Estado de México.

El analista de Lo Que Sigue, afirmó que no es posible saber quién controla a estos grupos, porque sus orígenes pueden ser diversos.

“No puedo asegurar quién está detrás, porque pueden ser varias cosas. Luego dicen que es Peña Nieto o que son bots, pero pueden ser grupos también que se estén montando para presumir que pueden generar caos”, sostuvo.

El especialista explicó que al analizar las redes de conversaciones o de trending topics, éstas generan formas. Cuando se componen de mensajes espontáneos, la forma es como de raíces de un árbol; cuando se trata de mensajes posicionados por bots o por grupos organizados o pagados, la figura asemeja un tumor.

Ya al hacer una revisión de los mensajes, el analista se percató de que una de las cuentas que difundía mensajes de supuestas balaceras en Huixquilucan, en el Estado de México, había participado en una campaña para amenazar al periodista Héctor de Mauleón en meses pasados.

Estos mensajes pueden provenir de grupos dedicados a posicionar temas en redes sociales o de empresas que rentan sus servicios de bots, y que pueden ser contratadas por cualquier gobierno, partido político, empresa o persona que busque lanzar campañas masivas de algo en concreto.

En el caso de los mensajes de la jornada del 4 de enero, algunos provenían de cuentas de México, pero otros venían de países como Perú, Bolivia o Venezuela y que podrían formar parte de un grupo denominado Secta Científica.

Promovieron no solo mensajes para “invitar” a saquear tiendas, sino lanzaban noticias falsas sobre enfrentamientos con imágenes o videos que correspondían a lugares tan lejanos como Irak o Siria.

El servicio de una empresa que se dedique a difundir mensajes puede ser bastante oneroso. Aunque hace unos años se contrataba a expertos en redes sociales que hacían el trabajo por miles de pesos, hoy estas compañías contratan a jóvenes a quienes les pagan con tarjetas de iTunes o de Spotify.

Aun así, pocos tienen acceso a contratar un servicio de estas características.

“Solamente una empresa o un gobierno puede coordinar algo así, porque les tienen que dar la orden de a quién atacar, cuándo atacar y cómo hacerlo. Eso requiere de un diseño, de una planeación, de que una cú- pula o alguien los coordine.

“Y si, como en este caso, son más de 450 cuentas, pues es un montón de gente para coordinar. O ya sea que están trabajando en grandes lugares o bien tengan una red muy bien articulada”, expuso.

El experto llamó la atención sobre el ciclo que los mensajes han seguido en las últimas horas, primero metiendo pánico y luego pidiendo que se aplique la ley; ambas líneas de mensaje, publicadas por bots.

“Es muy sospechoso, porque primero promueven el caos y luego piden castigo; se complementan. Es bastante extraño eso (…) ¿Quién está detrás de esto?, cuestionó.

Intereses perversos

Para María Elena Meneses, académica del Tec de Monterrey y experta en nuevas tecnologías y redes sociales, la campaña de miedo que se vivió esta semana en el país fue conducida por alguien con intereses perversos.

“La red social Twitter, especialmente, está siendo arrasada desde hace mucho tiempo por intereses perversos. Cuando me refiero a intereses perversos, no tengo claridad de qué actores son, pero sí de que el objetivo de crear caos, pánico, de crear bots, de pagar trolls, pues es perverso, porque finalmente es un atentado contra la libertad de expresión porque inhibe el disenso, inhibe a las personas que de buena voluntad participan en la esfera pública”, consideró.

Además, la experta resaltó que en estas jornadas de psicosis hubo un elemento nuevo que no había sido utilizado anteriormente en campañas de este tipo: la red de comunicación de Whatsapp. Su uso provocó que los mensajes llegaran aun a más personas, pues es mucho más común tener Whatsapp en el teléfono que una cuenta de Twitter, por lo que los mensajes para cultivar el miedo se multiplicaron rápidamente mediante el contacto directo entre usuarios o en grupos de familia, amigos o trabajo. El pánico se generalizó más rápido.

Las autoridades han dicho que se tiene registro de al menos 11 grabaciones “dramáticas, pero falsas”, donde se pide a la gente no salir de sus casas, tener cuidado o prepararse para lo peor.

“No sabemos quién está detrás de esto. Para el ciudadano común aparece simplemente el desconcierto. Pero aquí la pregunta es: ¿quién está detrás de estas campa- ñas de desinformación? Es grave, porque esto enrarece la salud de la vida pública de México.

“Sí hay un impacto, porque se inhibe la protesta legítima. Los mexicanos tenemos derecho a manifestarnos, pero estas olas, estas simulaciones de pánico, tienen un efecto nocivo porque inhiben la protesta. ¿Quién va a querer salir a una marcha? Hubo muchos que dejaron de ir a sus negocios por los rumores. Así que me parece que esto sí cumplió con su objetivo tan perverso”, opinó.

Meneses alertó sobre la casi segura aparición de la tentación para regular las redes sociales, lo que sería un error.

La experta comentó que lo más sensato sería investigar el origen y la ubicación de las personas que manejan las cuentas que produjeron los mensajes de pánico y castigarlos para evitar que se siga reproduciendo este tipo de uso de las redes sociales.

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