El proyecto energético de Claudia Sheinbaum representa un cambio de paradigma respecto a la política del presidente López Obrador. Foto: Especial

El futuro incierto de la energía en México

Después del rezago en la transición energética y de administraciones que preponderaron el uso de energías contaminantes, podría haber un cambio de paradigma durante el próximo sexenio. Especialistas cuestionan si se concretará o si ya es demasiado tarde

México se comprometió ante la Organización de las Naciones Unidas a que para 2030 tendría garantizado el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos, pero estamos muy lejos de llegar a ese objetivo.

El punto número 7 de los Objetivos y Metas de Desarrollo Sostenible, establece dicha meta, pero la misma ONU acepta que se está lejos de llegar.

“El acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos es una parte fundamental del desarrollo mundial en el siglo XXI. Aún no se dispone de todas las soluciones que se necesitan para afrontar este reto, y las que sí están disponibles pueden no ser claras.

“Será difícil encontrar estas soluciones y adaptarlas a cada escala. Sin embargo, la tarea se puede lograr si las organizaciones internacionales demuestran la suficiente visión, si los gobiernos consiguen trabajar juntos y si se ofrecen a las comunidades y a las personas los incentivos adecuados y los medios necesarios. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 es, como mínimo, un paso importante en esa dirección”, señala la ONU.

Casi todos los días varias comunidades padecen apagones, el servicio de luz es más caro y la manera en la que se genera la electricidad continúa siendo muy dañina para el medio ambiente.

En días recientes se reunieron en el Senado de la República legisladores, autoridades y especialistas para hacer un balance del sector energético en el país y definir la hoja de ruta para los próximos años.

Si bien la senadora Rocío Abreu Artiñano, presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara alta aplaudió las políticas implementadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador porque buscan garantizar el abasto de combustibles y velan por las finanzas del país, otros especialistas señalan que la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, deben de ser otros de los pilares que contenga la estrategia energética del país.

¿Cambio de paradigma?

En dicho tenor, Claudia Sheinbaum, próxima presidenta del país, ha insistido en que revivirá las energías renovables en el país, incluso, gastando alrededor de 13 mil 600 millones de pesos para impulsar el uso de energías renovables.

Con este proyecto, Sheinbaum demuestra que la transición energética ya no es una cuestión de moda o ideología política, sino que es una necesidad urgente para el país.

En sintonía con el aumento de inversión, se encuentran los nombramientos de las titulares de dos secretarías que son de vital importancia para la transición energética del país. Por un lado, la Secretaría de Energía (Sener) que será dirigida por Luz Elena González Escobar y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que coordinará Alicia Bárcena.

Ambos perfiles fueron fuertemente aplaudidos por especialistas y organizaciones sociales porque las trayectorias de las próximas secretarias de Estado, están ligadas fuertemente al trabajo relacionado con la protección del medio ambiente.

Si los próximos titulares de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mantienen la misma línea, Sheinbaum contará con un equipo de especialistas preparados para enfrentar los retos presentes en el sector energético.

El plan

Durante la campaña electoral y frente a empresarios del rubro, Sheinbaum se comprometió a invertir varios miles de millones de dólares en energías renovables. Con su plan, aumentaría la generación de energía eólica y solar, modernizaría las centrales hidroeléctricas y añadiría alrededor de 3 mil 850 kilómetros de líneas de transmisión.

De concretarse este plan, la gestión de Sheinbaum representaría un cambio radical a la política energética de López Obrador, quien siempre priorizó el respaldo a Pemex sobre las energías renovables.

“Vamos a acelerar la transición energética. De cara al futuro, estamos trabajando en este plan energético no sólo con miras a 2030, sino también hasta 2050 para alinearnos con los compromisos internacionales sobre el cambio climático.

“Tenemos la posibilidad y el potencial de desarrollar a México de una manera que genere inversión con bienestar. Al mismo tiempo, ese desarrollo no tiene por qué tener un impacto negativo en el medio ambiente”, dijo Sheinbaum.

El eje del proyecto de la próxima presidenta será el Plan Nacional de Energía, con el cual además de desarrollar fuentes renovables de energía, se buscará ampliar la electromovilidad.

Para lograr los objetivos, la morenista propuso aumentar la inversión privada en el sector eléctrico, con esto se frenaría la posición de poder en el que se encuentra actualmente la Comisión Federal de Electricidad, actualmente.

“Con un 54 por ciento de participación estatal y 46 por ciento de participación privada, con reglas claras, bajo qué mecanismos desde la autogeneración, desde qué parte es factible y vinculado principalmente por el desarrollo de las fuentes renovables”, aseguró Sheinbaum durante una reunión con empresarios organizada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

El otro eje de su estrategia, es continuar con los polos de desarrollo que propuso el que será su antecesor, el presidente López Obrador.

“Es una parte fundamental del desarrollo del sureste con los polos de desarrollo que ha planteado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Entonces estamos trabajando en el Plan Nacional de Energía. Este plan es un plan a largo plazo para los próximos 25 años”, agregó.

En resumen, la estrategia de Sheinbaum se basaría en el “desarrollo sostenible”, en vez de la “soberanía energética” de la actual administración.

Pros y contras

Para Ramsés Pech, asesor de energías y economía, el punto que más destaca de las propuestas energéticas de Sheinbaum es el Plan Nacional de Energía, el cual sería una estrategia a 25 años para el sector.

“Hoy la nueva virtual presidenta tiene una gran oportunidad que no puede dejar pasar. Como tiene la mayoría en la Cámara de Diputados, es decir, en el Poder Legislativo, debe de realizar una propuesta energética a largo plazo, con objetivos bien definidos incluso a nivel constitucional.

“Digo esto, porque cada administración que llega cambia su política para el sector energético. Si lo hacemos a nivel constitucional, como lo hacen en Estados Unidos en donde tienen planes de más de 40 años, imaginen en donde estaríamos, el tipo de inversiones que vendrían a nuestro país”, explica la especialista.

Si bien la estrategia de Claudia Sheinbaum en materia energética tiene puntos muy favorables como su plan a largo plazo, hay otros que son difíciles de alcanzar como la soberanía y la transición energética. Foto: Especial

Soberanía energética

El punto número uno de la estrategia de Sheinbaum es alcanzar la soberanía energética, pero Pech explica que es algo que no va a suceder ya que ningún país del mundo lo es, por lo que ese objetivo lo ve solo como un recurso de propaganda política.

“Hay que dejar algo bien claro, en México no va haber nunca soberanía energética, es una falsedad, eso no existe. Para que haya soberanía energética en un país, en el mundo ninguno lo tiene, tienes que tener tu propia producción para tu propio mercado sin necesidad de importar, y todo mundo importa, ningún país es autosuficiente.

“Tampoco vamos a ser autosuficientes en combustible, eso es muy complicado hoy en día porque las seis refinerías que tenemos actualmente deberían de estar trabajando al 80 por ciento y nos hemos dado cuenta que es muy complicado que las refinerías lleguen a mantenerse trabajando por arriba del 80 por ciento durante más de 300 días.

“Eso nos da una desventaja porque además Deer Park no manda todo el combustible, alrededor del 80 por ciento se queda en Estados Unidos y la Refinería de Dos Bocas solo va a cubrir 22 por ciento de gasolina y el 30 por ciento del diesel”, agrega.

Transición energética

Otro de los puntos que considera Pech que no se cumplirán durante la actual administración, es la transición energética.

“La transición energética en México no existe. Ni hay, ni va a haber porque cuando yo digo que voy a instalar el 35 por ciento de energías limpias, esas energías cuando entran a operar y producen electricidad, solo producen el 23 por ciento del total de la demanda, el 77 por ciento se produce con combustibles fósiles.

“Para que exista una transición energética real, debe de estar basado el plan en cómo vamos a dejar de utilizar los combustibles fósiles, no cómo generar la electricidad, porque la mayoría de los gases de efecto invernadero provienen de la utilización del gas natural para la generación de electricidad y la utilización de las industrias.

Inversión y justicia energética

Uno de los grandes faltantes del proyecto de la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, que considera Ramsés Pech, asesor de energías y economía, es la inversión.

“De acuerdo al último reporte de cuánto invierte México, invierte más o menos 70 mil millones de dólares. El 90 por ciento lo invierte la parte pública y sólo el 10 por ciento la privada.

“Si nosotros queremos continuar con el nearshoring, tendremos un crecimiento en la electricidad y en la demanda de hidrocarburos, sobre todo sus derivados como la gasolina y diesel, significa que tendríamos que estar invirtiendo a partir de 2025 al mercado energético entre 90 y 110 mil millones de dólares. ¿De dónde va a salir ese dinero, si el 90 por ciento lo invierte Pemex y CFE. Tienen que entrar los privados”, agrega.

El proyecto energético del país también debe de considerar la participación, inversión y coordinación con el sector privado, así como a los sectores más vulnerables. Foto: Especial

Finalmente, el especialista señala que con tanto trabajo que se debe de realizar para alcanzar estos objetivos, es muy probable que no alcance con un sexenio a pesar del cambio de paradigma.

“Con todo esto que hay que hacer, en seis años no nos va a dar tiempo. Por eso, debes de hacer una política pública a nivel constitucional basado en la reforma energética, que no es el plan, es la herramienta para hacer el plan, pero hacer un plan a nivel constitucional. El dinero no conoce ideologías y la energía no se puede crear de la noche a la mañana”, finaliza.

Transición justa

En días recientes la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) recomendó a las autoridades y a los líderes políticos del mundo ser más enfáticos sobre la emergencia climática y apostarle a la transición energética.

“El registro histórico de temperatura de México muestra una tendencia preocupante hacia el calentamiento. El sector eléctrico posee, en las tecnologías renovables y de almacenamiento, la principal herramienta para la transición energética mundial.

“La crisis climática que enfrenta el mundo requiere de inversiones tanto del sector público como el privado para avanzar hacia la descarbonización a la que México se ha comprometido”, expuso.

La asociación además pidió que esta transición sea justa, es decir, democratizando la energía y erradicando la pobreza energética.

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