Funcionamiento de comisiones y opacidad, principales problemas del Congreso

Respecto al funcionamiento del sistema de comisiones, este es sumamente burocratizado, abultado e incumple sus obligaciones legales. En total, existen 187 comisiones en el Congreso, entre ordinarias, especiales y bicamerales
Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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El deficiente funcionamiento del sistema de comisiones y la opacidad en el manejo de recursos financieros son algunos de los principales problemas en el Congreso de la Unión, detalla un informe de la consultoría Integralia.

En el octavo reporte legislativo de Integralia presentado a unos días de que concluya la LXIII legislatura, también se señala que a pesar de que se presentaron muchas iniciativas de ley, la mayoría de ellas se quedan sin aprobar.

Respecto al funcionamiento del sistema de comisiones, este es sumamente burocratizado, abultado e incumple sus obligaciones legales. En total, existen 187 comisiones en el Congreso, entre ordinarias, especiales y bicamerales.

“La burocratización del sistema de comisiones es resultado del clientelismo legislativo: dar cargos y estructuras burocráticas a legisladores para su promoción política personal con cargo al erario y a la eficiencia del trabajo legislativo”, detalla el estudio.

La multiplicación de las comisiones entorpece el trabajo legislativo, duplica funciones y con frecuencia genera lentitud en el proceso de dictaminación, y además del exceso de comisiones se observa un funcionamiento eficiente, debido a que con frecuencia no cumplen con sus obligaciones reglamentarias.

Por ejemplo, ninguna comisión de las 56 ordinarias de la Cámara de Diputados cumplió con la obligación de sostener una reunión mensual a lo largo de los 34 meses de vigencia como establece la Ley Orgánica del Congreso General. Muchas no presentaron planes de trabajo ni informes de actividades.

Aunque se reconoce que en la actual legislatura hubo avances en materia de transparencia, queda la asignatura pendiente de reducir los montos de asignaciones a grupos parlamentarios, que en ocasiones funcionan, señala el informe, como caja chica de los coordinadores parlamentarios.

“Aunque su monto disminuyó en términos reales a lo largo de esta legislatura, sigue siendo muy elevado: en 2017 fue poco más de 2 mil millones de pesos en ambas cámaras. En la práctica es una suerte de financiamiento adicional de los partidos políticos. Asimismo, sigue pendiente el tema de la desagregación y comprobación de dichas asignaciones”.

Otro déficit observado es el elevado número de iniciativas presentadas, lo cual no constituye indicador de productividad, sino de la congestión que producen demasiadas iniciativas, de las cuáles las comisiones atienden una porción mínima, ya que ya que la mayoría ni siquiera se desecha, simplemente queda pendiente de dictamen.

Tan solo en la legislatura actual, que está por finalizar, se  se presentaron 6,186 iniciativas en la Cámara de Diputados, de las cuales se aprobó el 13 por ciento. En el Senado e presentaron 1,953 iniciativas, y la tasa de aprobación fue de apenas el 5 por ciento.

Es por ello que para eficientar el funcionamiento del Congreso durante la próxima legislatura, se propone reducir el número de comisiones ordinarias y limitar la creación de comisiones especiales para casos realmente trascendentes.

Asimismo, se recomienda reducir el monto de las subvenciones a los grupos parlamentarios y transparentar su uso y Eliminar el etiquedado de proyectos o partidas del presupuesto, para erradicar la práctica de los “moches”.

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