El principal argumento de López Obrador y los integrantes de su administración para consolidar el traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena y las Fuerzas Armadas es el protegerla de que se “pudra” como ocurrió con la Policía Federal a cargo de las secretarías de Gobernación y Seguridad Pública. Al mismo tiempo que rechazan cualquier acusación de militarización.
Apenas horas después de que se reformara la Ley de la Guardia Nacional y Seguridad Pública, el General Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena, expuso durante la conferencia matutina del primer mandatario las diferencias que se aplicarán en el adiestramiento de un elemento de esta corporación y otro que se incorpore a las Fuerzas Armadas.
Para ejemplificar esto, mencionó que desde que la Sedena colabora con la formación de la Guardia Nacional, se imparte la licenciatura en seguridad pública en el Colegio Militar, donde actualmente la cursan más de 700 cadetes. A los que se suman otros 80 que se están especializando en el Colegio del Aire.
El general Sandoval también recalcó que “buscamos en la Guardia Nacional una institución con disciplina, con valores y con virtudes en el ámbito de la seguridad pública similares a los que tenemos nosotros en las Fuerzas Armadas”. Algo que, confía, se garantizará ahora que la corporación queda bajo control y tutela de la Sedena.
Disciplina de las Fuerzas Armadas, característica necesaria
Recordando el objetivo de tener 150 mil efectivos para 2024, el general se sumó a las advertencias respecto a que, si no se entrega el control a Sedena, “podría derivarse a otro tipo de situaciones con la Guardia Nacional. Una estructura con tantos hombres que no tuviera disciplina, pues, el señor Presidente lo ha mencionado en muchas ocasiones, se puede perder”.
Para sustentar este argumento, explicó que el proyecto se hizo estudiando a corporaciones similares “con más de 200 años a través de todo el mundo, en donde su origen principal fue, precisamente, militar. Algunas de ellas con permanencia a la fecha en lo militar. Algunas otras, ya después de tantos años de consolidación, ubicadas en otra área”.
También puntualizó que este fortalecimiento de la Guardia Nacional debería darse antes de que venza el plazo legal para que las Fuerzas Armadas contribuyan en la seguridad pública refiriéndose a la ampliación propuesta hasta 2028. Pues, una vez concluido, el 2024, de no modificarse la ley, se dejarían estas tareas al no contar con un marco legal apropiado.
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