Tras los sismos de magnitudes 8.2 y 7.1 grados ocurridos durante septiembre, que ocasionaron la muerte de cientos de personas y el derrumbe de viviendas en el centro y sur de México, las autoridades gubernamentales exhortaron a la población de tener precaución con la información falsa difundida a través de redes sociales, para evitar pánico entre la sociedad.
Las autoridades, en varios mensajes emitidos vía redes sociales y diversos medios de comunicación, pidieron a la ciudadanía informarse a través de fuentes oficiales, como Presidencia, gobiernos locales, personal de Protección Civil, el Ejército o la Secretaría de Marina.
Una grabación que fue compartida vía WhatsApp en forma de ‘cadena’, advertía sobre la ocurrencia de un sismo de alta magnitud que presuntamente ocurriría en las costas de Guerrero, en horas posteriores al temblor del 7 de septiembre, de magnitud 8.2 grados.
Ante este mensaje, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) aclaró que hasta la fecha no hay un método o tecnología que permita conocer cuándo ocurrirá un sismo, por lo tanto, estos eventos no se pueden predecir.
El SSN agregó que se debe estar preparado e informado en todo momento para saber qué hacer antes, durante y después de un sismo.
La información falsa puede ser la interpretación errónea de un suceso o su distorsión intencional.
Uno de los principales propósitos para la difusión de noticias falsas, es la de obtener cierta ventaja financiera, política o emocional, asegura Felipe López Veneroni, comunicólogo y académico de la UNAM.
“Convencer al otro, persuadirlo de la validez de una información que se sabe de antemano que es inexacta, es un ejemplo de esta distorsión intencional […] Por eso es tan importante desarrollar una cultura de la verificación, el cotejo y el cuestionamiento a lo que vemos tanto en los medios como, sobre todo, en las plataformas digitales”, explica el también exdirector de Radio UNAM.
CONFIAR O NO CONFIAR EN FUENTES OFICIALES: EL CASO DE “FRIDA SOFÍA”
Para hacer frente a la difusión indiscriminada de mensajes sin verificar, acerca de la predicción de nuevos sismos, la realización de campañas falsas en pro de las personas damnificadas o imágenes compartidas en la red de eventos distintos al de México, las dependencias gubernamentales solicitaron que se analizara la veracidad la información antes de hacerla “viral”.
El hashtag #Verificado19S, acompañado de información, fue un instrumento empleado por las personas usuarias de las redes que pretendió darle mayor confiabilidad a los mensajes compartidos durante la emergencia ocasionada por los movimientos telúricos.
No obstante, la sociedad mexicana cuestionó a las fuentes oficiales, luego del caso de la niña Frida Sofía, quien supuestamente se encontraba entre los escombros del colapso de dos edificios en el Colegio Enrique Rébsamen.
Diversos medios de comunicación, entre ellos Televisa, crearon gran expectativa el rescate de la niña durante varias horas después del sismo.
Se dijo que Frida Sofía había tenido contacto con rescatistas y que se encontraba con cinco de sus compañeros; información que fue validada por personal de la Marina ante los medios de comunicación y, más tarde, negada por la misma dependencia y por Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública.
“El caso de Frida Sofía es ilustrativo porque, haya habido o no intención de inventar algo o de manipularlo, muestra los riesgos de no precisar ni identificar la fuente original de una información y cómo esa falta de rigor puede desencadenar una secuencia de falsedades que eventualmente terminan en un fiasco”, agrega López Veneroni.
MÁS INFORMACIÓN SIN VERIFICAR
Un mensaje alarmista con falta de sustento científico puede ocasionar confusión entre la sociedad en un momento de crisis como el que transcurre en México. Sin embargo, la difusión de este tipo de mensajes no es nueva, asegura el académico.
“Las noticias falsas han existido desde siempre. Lo que las hace especialmente perniciosas hoy en día es la capacidad social para replicarlas masivamente (viralizarlas) mediante las redes electrónicas. El único método viable para contrarrestar su efecto es utilizar esas mismas redes pero con fuentes fidedignas, comprobación, datos y ejemplos factuales”, apunta López.
Reporte Índigo documentó otros casos en los que hubo noticias que se viralizaron, pero que no eran ciertas o la información correspondía a desastres naturales acontecidos en otros países.
EL BOMBERO CON ALAS
La imagen de un bombero realizando labores de rescate, en una toma en la que parece tener alas, se hizo viral después de los temblores con epicentro en Chiapas y Puebla. Sin embargo, la imagen fue capturada en Perú.
BEBÉ RESCATADO
La fotografía de un bebé bajo los escombros, también fue compartida de forma masiva; no obstante, el bebé había sido rescatado en el sismo de Ecuador en el 2016.
