Fin de la ‘guerra’ en la era del PRI

Si el presidente electo, Enrique Peña Nieto, hace caso al general Óscar Naranjo, los mexicanos nos despediríamos de la palabra “guerra” cuando se habla del combate al narcotráfico.

“Instalar la palabra guerra en el marco de una política de seguridad pública es un error garrafal”, dijo Naranjo en entrevista para el diario El País.

 El general colombiano opinó sobre la estrategia actual de seguridad, así como el tinte de la que está por venir bajo el mando del PRI.

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"(...) Las políticas de seguridad deben ser de Estado y no de Partido, para que se genere un consenso nacional”
Oscar NaranjoAsesor en Seguridad de EPN

Si el presidente electo, Enrique Peña Nieto, hace caso al general Óscar Naranjo, los mexicanos nos despediríamos de la palabra “guerra” cuando se habla del combate al narcotráfico.

“Instalar la palabra guerra en el marco de una política de seguridad pública es un error garrafal”, dijo Naranjo en entrevista para el diario El País.

 El general colombiano opinó sobre la estrategia actual de seguridad, así como el tinte de la que está por venir bajo el mando del PRI.

“Habrá una política de seguridad que tiene por fundamento la reducción de la violencia”, aseguró Naranjo.

“La gran oportunidad que hay hoy, y lo he discutido con el presidente Peña, es que buena parte de la política de seguridad debería legitimarse no a partir de la lucha contra el delito sino a partir de la sensibilidad por las víctimas”, afirmó el colombiano. 

Cuando le preguntaron por dónde empezar a disminuir la violencia, dijo que “(…) las políticas de seguridad deben ser de Estado y no de partido, para que se genere un consenso nacional”.

También se le cuestionó por el rechazo de distintos grupos, a lo que el general respondió (refiriéndose específicamente a Javier Sicilia):

“Esa actitud es consecuencia de un valor que está en crisis en México: la confianza”. 

Además negó ser un agente de “los gringos” y de tener vínculos con el narcotráfico, también se deslindó de la muerte de tres estudiantes mexicanos durante el bombardeo del campamento del líder de las FARC, Raúl Reyes, en Ecuador en 2008. 

A la pregunta de si está a favor de que los militares liberen la “guerra” dijo que “con instituciones como las nuestras, tan débiles ante un desafío como el crimen trasnacional, resulta justificable que se emplee la fuerza militar”, y más tarde agregó que “los grupos de élite son necesarios”.

“Se dice que el cansancio ante la violencia llevó a muchos mexicanos a elegir a Peña Nieto para que pacte con los criminales”, introdujo El País, ante esto, el general dijo que aceptó ser su asesor porque el priista le mostró su convicción de que no habría pacto con el narcotráfico.

“Estoy convencido de que lo que se acumuló en los últimos seis años deja abonado un terreno para producir una inflexión en esta dinámica criminal”.

Estrategia de Calderón

¿Cree que la estrategia del presidente Felipe Calderón generó parte de la violencia?, preguntaron periodistas de El País. A lo que el general Naranjo respondió un contundente “no”. 

“Creo que en México estamos en una fase intermedia entre el enfrentamiento entre organizaciones y un afán de esas organizaciones por silenciar a sectores de la sociedad mexicana. Eso hubiese pasado con o sin intervención del presidente Calderón. En Honduras y Guatemala no hubo nunca declaraciones de guerra contra el narcotráfico”, argumentó.

¿Implica necesariamente el negocio de la droga tanta violencia?

“En Latinoamérica (…) enfrentarse al narcotráfico significa contener la posibilidad de tener más narcoestados. Cuando me preguntan cuál es mi evaluación del Plan Colombia, digo que hoy en Colombia hay una democracia”, respondió el general, recordándo  logros en su país natal.

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