Después de dos años de pandemia y de que las clases en México tuvieron que mudarse a los hogares y luego regresar nuevamente bajo riesgo de contagio a las aulas, profesores, padres de familia y especialistas se preguntan ¿cuál es el rumbo que tomará la educación en el país, cómo se combatirá el rezago educativo y cuál será el papel del Gobierno federal para enfrentar los retos?
El panorama, comparten, es desalentador, ya que en vez de invertirle más a la educación, la Secretaría de Educación Pública (SEP), anunció la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo por falta de recursos.
El argumento que dio el Gobierno federal fue que hay otras prioridades y necesidades básicas que atender como el acceso al agua y sanitarios “dignos” en varios planteles del país.
En contraparte, especialistas señalan que una cosa no es intercambiable por la otra, y que la cancelación del programa afectará a 3.6 millones de niños y jóvenes que recibían hasta 3.5 horas extras de aprendizajes al día.
“Además, es una muestra del desprecio que el Gobierno federal tiene hacia las niñas, niños y adolescentes, prefiriendo destinar recursos a programas de carácter clientelista en lugar de soluciones más integrales, lo cual invita a pensar que su propósito es beneficiarse en lo electoral”, denunció la organización Mexicanos Primero, la cual obtuvo un amparo en septiembre de 2021 con el cual se ordenó al presidente de la República, a legisladores y a la SEP garantizar los recursos necesarios para las escuelas beneficiarias del programa La Escuela es Nuestra (LEEN).
Sorpresa e indignación por Escuelas de Tiempo Completo
La polémica decisión fue publicada en el Diario Oficial de la Federación bajo el Acuerdo 05/02/2022, en el que se señala que se eliminaría definitivamente las Escuelas de Tiempo Completo, pero no así los beneficios de los horarios extendidos, aunque no se dieron a conocer las nuevas reglas de operación.
La noticia cayó como sorpresa en secretarios de Educación estatales, profesores y padres de familia.
Dalila, madre de un niño de tercero de preescolar, comenta que después de que la noticia se diera a conocer a través de medios de comunicación y la directiva escolar se enterara por este conducto, fueron citados a una junta para explicarles qué sucedería con el programa.
“Lo que nos dijeron es que no va a desaparecer, sino que les retirarán los recursos extras con los que llevan a cabo el programa, lo cual tampoco es buena noticia, pero continuarán funcionando con el programa actual. Ahora nos tocará a nosotros cooperar más”, explica.
El hijo de Dalila acude a una escuela de tiempo completo, de 08:45 a 16:00 horas, con ingesta, es decir, una comida completa dentro de ese horario en donde le dan clases de música, taller de baile e inglés además de las asignaturas regulares.
“Nos explicaron que para mantener el horario extendido reciben un recurso económico extra para solventar los gastos de material que requieren las actividades. Nos comentan que se retira ese recurso pero se quedan con uno que se llama ‘mejora tu escuela’ o algo así y se realizarán ajustes con ese recurso para poder estirarlo un poquito más”, comenta.
Para poder continuar con el programa, la directiva de la escuela solicitó a los padres que apoyen con material o mano de obra para realizar arreglos como jardinería, pintura de aulas o limpieza.
“Con este apoyo de nosotros la escuela podrá continuar con su mismo horario y actividades. En resumen, los papás cubriremos ese costo que el gobierno les quitará”, menciona Dalila.
Cambio de vida
Las Escuelas de Tiempo Completo (ETC) no solo ayudaban a combatir el rezago educativo, también proporcionaban alimento caliente y nutritivo a 1.4 millones de estudiantes y apoyaban a los padres de familia a tener jornadas laborales sin interrupciones.
Tal es el caso de Sheyla, residente del Estado de México y madre soltera de un niño de ocho años de edad, quien confesó que se siente desesperada por la cancelación del programa.
La escuela, comenta, le proporcionaba la tranquilidad de saber que su hijo estaba seguro, bien alimentado y ocupando el tiempo en su desarrollo mientras ella laboraba.
“Yo lo dejaba en la escuela y de ahí me iba a trabajar. A las 4 de la tarde mi hermano llegaba corriendo por él porque venía saliendo de la universidad”, explica.
“Ahora, tendré que pagarle al transporte para que a las 12:30 que salga me lo traiga a la casa y se quedará solo hasta que llegue mi hermano. Tendré que dejarle comida fría preparada para que se sirva sin usar la estufa, o que se espere hasta que llegue mi hermano para que coma con él”, menciona.
Adicionalmente, Sheyla comenta que buscará alguna actividad extra para su pequeño, sin embargo, esta tendrá que ser el fin de semana, pues no tiene otro momento para llevarlo.
Por ahora, la directiva de la escuela no se ha comunicado con los padres para informarles acerca de los cambios previstos en el acuerdo publicado en DOF.