Fin a la guerra de precios del petróleo

El optimismo se apoderó del mundo luego de que se lograra un recorte unánime a la producción de petróleo de los miembros de la OPEP y sus aliados, sin embargo, el pacto alcanzado es solo el inicio de una batalla en la que México se encuentra en una posición vulnerable ante los gigantes del oro negro
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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El cártel petrolero logró una hazaña. La OPEP+ dejará de llevar al mercado 9.7 millones de barriles diarios de petróleo (bdp) a partir del 1 de mayo y hasta el 30 de junio del 2020.

Con este movimiento se pone fin a la guerra de precios que comenzó luego de que Rusia rechazara un acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados a inicios de marzo y de que Arabia Saudita se enfrentara con la nación que dirige Vladimir Putin.

Mientras que los grandes países petroleros como Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia encabezaron las reuniones virtuales en medio del peor desplome del crudo en un siglo, el gobierno mexicano se resistió en alinear sus fichas por el deseo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de reactivar la economía nacional a través de los hidrocarburos fósiles.

Reducir la producción del petróleo a nivel mundial era necesario porque la crisis por el Covid-19 ha generado un desequilibrio muy grande en este mercado

En la primera reunión de cuatro que se realizaron, la negociadora de México, Rocío Nahle, declaró que el país recortaría solo una parte de lo solicitado inicialmente por el resto de los productores.

El argumento de la secretaria de Energía, en representación del mandatario, fue que las condiciones para México eran injustas por su nivel de bombeo que dista del resto de los miembros de la OPEP+.

Diversas fuentes aseguraron que esto provocó el descontento de varios ministros de Energía, como fue el caso del de Irán, que incluso sugirió que México abandonara la alianza para que los miembros restantes pudieran acordar recortes conjuntos de 9.6 millones de bpd, pero el Príncipe Abdulaziz de Arabia Saudita, país que encabeza la OPEP+, rechazó la medida e insistió en que todos debían sumarse.

Fue así que el domingo, en una reunión extraordinaria, México ganó su jugada personal: recortará 100 mil bdp, en lugar de los 400 mil bdp que le pidieron. Los 300 mil bdp restantes los aportará Estados Unidos en nombre de su socio comercial, de acuerdo con negociaciones bilaterales entre los presidentes de ambos países.

En el acuerdo también se establece que el grupo del G-20 aportará 3.7 millones de bdp (aquí se contempla el apoyo estadounidense a México), en tanto que Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes reducirán otros 2 millones de barriles de petróleo adicionales.

Arturo Carranza, analista de energía, considera que un acuerdo para recortar la producción del petróleo era necesario porque la crisis por el Covid-19 ha generado un desequilibrio muy grande en el mercado petrolero.

Solo con la participación coordinada de los principales productores se pueden recuperar los precios del crudo y mantenerlos estables, los cuales son necesarios para solventar la actual pandemia a la que se enfrenta el mundo
Arturo CarranzaAnalista de energía

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El inicio de otra batalla por el petróleo

En el posicionamiento oficial de la OPEP+ se establece que los ministros de Energía se reunirán el 10 de junio próximo a través de una videoconferencia para determinar acciones adicionales, según sea necesario para equilibrar el mercado.

El acuerdo alcanzado contempla una fase inicial de dos meses, pero en un periodo de seis meses (del 1 de julio al 31 de diciembre) el ajuste total acordado será de 7.7 millones de bdp.

Después seguirá otro recorte de 5.8 millones de bdp por 16 meses, del 1 de enero de 2021 al 30 de abril de 2022.

Según la organización el acuerdo será válido hasta el 30 de abril de 2022, sin embargo, la extensión de este pacto será revisada durante diciembre de 2021.

Hasta entonces, los participantes del mercado deberán acatar lo ya acordado, sin embargo diversos especialistas sugieren que esta calma será solo paulatina, pues los gigantes del petróleo seguirán imbatibles en la defensa de sus intereses nacionales.

Si llegara a ocurrir otro desacuerdo en el corto plazo, se corre el riesgo de que las mezclas de crudo toquen un solo dígito en su cotización, incluida la mexicana.

“Lo que está en juego es que los árabes en algún momento busquen comerse el mercado de México para castigar que no estuvo a la altura de las circunstancias. Cuando todo mundo estaba recortando, el gobierno mexicano se negó a hacerlo y prefirió buscar ayuda con Estados Unidos”.

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Victoria pírrica

La participación de la secretaria de Energía dividió opiniones entre los especialistas nacionales e internacionales.

Unos aseguraron que México cometió un error al detener por algunos días las negociaciones que darán un respiro a todas las economías, mientras que otros aplaudieron que el Gobierno federal se opusiera por primera vez a los acuerdos de anteriores sexenios.

El papel que jugó México durante las reuniones generó dudas sobre su capacidad para negociar, en especial porque la ayuda de Estados Unidos viene acompañada de un arma de doble filo

“La gente puede opinar (…) pero esto es parte de lo que nos toca hacer y lo estamos haciendo por el interés nacional”, reiteró en diversas entrevistas Rocío Nahle.

Aunque México aporta aproximadamente el 3 por ciento del acuerdo en la OPEP+, Arabia Saudita insistió en que se mantuviera dentro de las negociaciones con el objetivo de evitar un mayor desequilibrio a los productores que se enfrentan a desplomes en su producción, así como en sus ingresos.

Los ministros de Energía de diversos países expresaron su agradecimiento por la disposición de los integrantes y aliados de la organización a través de posicionamientos oficiales.

Sin embargo, la Secretaría de Energía se mantuvo en silencio hasta el cierre de esta edición y lo único que se difundió fueron un par de tuits de la secretaria Rocío Nahle, en los que publicó información del acuerdo general.

Arturo Carranza considera que la diplomacia energética que ejercieron los árabes sobre México le pasó un alto costo, ya que el Gobierno federal no estaba preparado para ser parte de esta negociación.

Había mucha tensión entre Arabia Saudita y Rusia, además el ambiente en que se dio la reunión no fue el mejor. Al gobierno mexicano le faltó interpretar este sentimiento porque se tardó mucho en fijar una postura y da la impresión de que al final Estados Unidos salió en defensa de su socio y eso dejó dañada la imagen de México en el exterior
Arturo CarranzaAnalista de energía

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Apuesta equivocada

La posición en la que quedó México fue muy difícil porque aceptar el trato por los 400 mil bdp era ir en contra de lo que promueve el presidente López Obrador sobre el rescate de la soberanía nacional a través de Pemex y con la construcción de la refinería de Dos Bocas.

Por ahora, la mayor preocupación está en lo que el presidente Donald Trump le cobrará al gobierno mexicano por el “favor” que le hizo al absorber el resto de la aportación a la OPEP+, sobre todo porque al inquilino de la Casa Blanca le gusta que le deban favores y en este momento México tiene una deuda con la nación más poderosa del mundo.

“Ellos nos pagarán cuando estén preparados”, expresó el mandatario estadounidense.

En un año en que el republicano busca ganar la reelección, el experto en temas energéticos Gonzalo Monroy opina que la moneda de cambio puede ser apoyo para frenar el flujo migratorio, la construcción del muro o incluso que el territorio nacional se convierta en un tercer país seguro, aunque el tema petrolero puede que sea la gran apuesta.

Por ahora, la mayor preocupación está en lo que el presidente Donald Trump le cobrará al gobierno mexicano por el “favor” que le hizo al absorber parte de su aportación a la OPEP+

“México se volvió un jugador sustancioso y es bien sabido que Trump no regala favores y menos a su socio. Si el republicano compra el crudo maya lo venderá en niveles de 14 o 15 dólares, pero cuando aumenten los precios ese dinero adicional será de los estadounidenses, es decir que el gobierno mexicano prefirió dejar dinero sobre la mesa en lugar de recortar su producción”.

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