MÉXICO, D.F., 11AGOSTO2015.- Decenas de padres de familia acudieron al Zócalo en donde el Gobierno del DF entregó cunas como parte del Programa Cunas Ciudad de México. La cuna tiene artículos para bebes como ropa, esponja para baño, jabón, pañales, sonja, toallitas húmedas y una pañalera y se basan en un programa de Filandia. 
FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

Feministas mexicanas van por prohibición total de los ‘vientres de alquiler’

La petición forma parte de un movimiento global en 18 países porque la llamada maternidad subrogada es considerada una forma de explotación para las mujeres y sus hijos

Feministas Mexicanas contra Vientres de Alquiler (Femmva) pide al nuevo gobierno, a los integrantes de las dos cámaras del Congreso de la Unión y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) prohibir de manera definitiva el alquiler de vientres para proteger los derechos de las mujeres y de la infancia.

“El máximo tribunal del país debe garantizar el derecho de las poblaciones más vulnerables, como las mujeres empobrecidas y los niños. Una resolución a favor de la explotación reproductiva no asegura su bienestar o su integridad física, sino el enriquecimiento de los intermediarios”, señala Laura Lecuona, integrante de Femmva.

Femmva argumenta que la maternidad subrogada ha prosperado en México por dos factores principales: vacíos legales y el alto grado de vulnerabilidad en el que vive gran parte de la población y, en particular, las mujeres.

La petición también se ha realizado en18 países, donde organizaciones en pro de los derechos de las mujeres han difundido un comunicado que pide la prohibición global de la también llamada maternidad subrogada, pues la consideran una forma de explotación para las mujeres y sus hijos.

Estas asociaciones feministas piden a los jefes de Gobierno y de Estado que se pronuncien públicamente durante la 73ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas y que consideren retirar su apoyo financiero a las agencias de la ONU que están motivando la legalización del alquiler de vientres.

“Feministas del mundo entero nos oponemos a la renta de vientres porque perpetúa la concepción de la mujer como objeto o como ser-para-otros. Además ha dado lugar a una industria millonaria en la que las agencias intermediarias y, en ocasiones, incluso los propios familiares utilizan a mujeres jóvenes y su capacidad reproductiva para sacar una tajada. Este negocio internacional tiene una dirección clara: personas de países ricos alquilan a mujeres vulnerables de países pobres para que ‘les hagan’ hijos, tratándolas como poco más que incubadoras; es una forma patente de colonialismo y de comercialización de seres humanos”, expresa Lecuona.

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