El cigarro no fue creado para beneficiar a nadie. De los años 20 a los 50 la publicidad norteamericana lo señaló de elegante y benéfico para la gente, pero desde el siglo XX eso se acabó, ahora está etiquetado como uno de los productos que no sólo dañan a la persona que lo consume, sino también al planeta.
Hoy, como cada año desde 1987, la Organización Mundial de la Salud (OMS) intentará difundir las consecuencias que trae consigo el acto de fumar, a través del Día Mundial Sin Tabaco. El tema de este año es “El tabaco y la salud pulmonar”.
El médico cirujano Adán Navarro García, académico de la Universidad La Salle, comenta que la OMS se enfocará en uno de los órganos más importantes del cuerpo humano por el hecho de que es el primer lugar a dónde el humo del tabaco llega luego de ser inhalado por el fumador.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, después de que el humo del cigarro arriba a los pulmones, las sustancias químicas que lo componen (como el polonio 210, el benzopireno y el uretano, las cuales son cancerígenas) son dirigidas hacia la sangre, para luego fluir por las arterias, llevando dichas materias a los tejidos de todas las partes del cuerpo.
Por otra parte, Navarro García sostiene que las campañas en contra de los cigarrillos buscan concientizar no sólo a las personas que los fuman de manera directa, sino también a los fumadores pasivos, quienes, aunque no consuman tabaco, pueden resultar perjudicados médicamente por estar expuestos a más de siete mil diferentes sustancias tóxicas que el humo del cigarro deja en el aire.
Según la Secretaría de Salud, en su guía titulada ‘La neta del Tabaco y algo más’, las sustancias químicas tóxicas del humo persisten por varias horas o días después de haber fumado tabaco, porque se impregnan en objetos como muebles y cortinas, aun cuando se haya ventilado el lugar.
En la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, 2016-2017, se registró que en la Ciudad de México, los lugares públicos reportados con mayor prevalencia de exposición al tabaco para los no fumadores son los bares, con 50 por ciento; escuelas, con 37 por ciento; restaurantes, con 35 por ciento; transporte, con 32 por ciento; trabajo, con 19 por ciento y, por último, el hogar, con 16 por ciento.
El médico asegura que el tabaco dañará al mismo nivel al cuerpo humano que al medio ambiente, ya que el humo que se desprende de este producto, tanto de la boca del fumador como del mismo tabaco, es sumamente tóxico para el aire.
En 2017 México se situó entre los países que más contaminan del ranking de Estados por emisiones de CO2, formado por 186 naciones, con 507.183 kilotoneladas, de acuerdo con el Banco Mundial.
El informe de la Asociación Española contra el Cáncer sostiene que el humo del cigarro ocasiona que los niveles de partículas contaminantes aumenten hasta 10 veces más que los producidos por el humo de algunos motores diésel.
Y no sólo es lo que causa el humo del tabaco, sino también cómo perjudica con la creación del producto en sí. De acuerdo con la OMS, para la elaboración de aproximadamente 300 cigarrillos es necesario talar ocho árboles, eso sin contar los que son usados para la fabricación de papel para el cigarro y las cajetillas.
“La industria del tabaco es una de las principales responsables de la deforestación mundial, para el cultivo de la planta con la que se elaboran se usan miles de hectáreas de bosques o selvas”, dice la especialista.
Las principales víctimas del tabaco
Fumar tabaco es como inhalar, poco a poco, una pequeña dosis mortal, pero las personas que ya son adictas a él, no lo ven de ese modo.
Lucía Vázquez, médico internista, detalla que entre los padecimientos que provoca el fumar cigarrillos aparece la Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC), una afección en la cual la acumulación de pus en los pulmones provoca una tos dolorosa y terribles dificultades respiratorias.
De acuerdo con la OMS, el riesgo de desarrollar EPOC es particularmente alto entre las personas que comienzan a fumar a una edad temprana, ya que el humo del tabaco retrasa significativamente el desarrollo pulmonar.
Según detalla la especialista, la presencia constante del humo del tabaco en el cuerpo humano, de manera específica en los pulmones, hace que la pared de los alveolos (células que se encuentran en dichos órganos) se engruese y no produzca un buen intercambio entre oxígeno y CO2, su principal tarea.
Fumar tabaco también es la primera causa de cáncer de pulmón, padecimiento responsable de más de dos tercios de las muertes por esta enfermedad en todo el mundo.
La médico detalla que el 50 por ciento de los fumadores mueren de forma prematura a causa del cigarro, y en el resto incrementa 10 veces el riesgo de presentar cáncer, en general.
“Es un hecho que una persona tiene repercusiones médicas, como cáncer de pulmón, de boca, de lengua, laringe o EPOC, cuando pasaron por lo menos 10 años fumando. Luego de ese tiempo, ya no hay vuelta atrás”, sentencia Vázquez.
El medio ambiente, el segundo perjudicado
El plástico no es el enemigo número uno del medio ambiente, son las colillas de los cigarros.
La bióloga Gabriela Jiménez, del Instituto de Ecología de la UNAM, comenta que dichos residuos ocupan el primer lugar como contaminante de los océanos, mientras que los pet, como los popotes, están situados en el séptimo lugar.
“Las colillas de cigarro, que tardan aproximadamente 10 años en degradarse, provocan que haya una pérdida de biodiversidad, porque se contaminan los recursos naturales, favorecen los incendios forestales, aumenta el cambio climático, la mala calidad del aire y esto cada vez está creciendo más”, detalla.
El año pasado, la organización The Ocean Conservancy reveló la cantidad de basura que recogió en playas de todo el mundo a lo largo de 32 años, y las colillas de cigarro fueron las más encontradas en comparación con otros desechos con más de 60 millones de filtros.
En sus registros también encontraron que el 70 por ciento de las aves marinas que examinaron tenían productos derivados de las colillas.
De acuerdo con la especialista, una sola colilla puede contaminar 50 litros de agua, pues, según detalla, este residuo del cigarro, no mayor a tres centímetros de largo, tiene una gran cantidad de compuestos dañinos como la acetona, un solvente que tiene la función de remover el esmalte de uñas principalmente.
Además, cada colilla, a diferencia de los plásticos (razón por la cual son más dañinos) tiene neftalina, que se utiliza para espantar polillas y otros tipos de insectos; metanol, sustancia presente en la elaboración de los cohetes, pero que en su forma de alcohol causa ceguera; plomo, que está en los combustibles y gases, principalmente en la gasolina, y cloruro de vinilo, útil para elaborar materiales plásticos.
Jiménez Casas recalca que el hecho de tirar colillas en las calles, haciendo que este material se convierta en uno de los primeros desechos que contaminan el medio ambiente a nivel global, se origina por la falta de educación de las personas que lo hacen.
Por otra parte, comparte que no es tan fácil erradicar el consumo de tabaco en la gente a pesar del centenar de consecuencias que lleva consigo, de manera particular, en el medio ambiente.
“La industria del tabaco tiene años y no es tan fácil erradicarla, se han hecho muchas campañas en contra del cigarro y las eliminaron, pero aunque los mensajes negativos en contra de estos productos acapararan todos los medios de comunicación, los adictos a él lo seguirían buscando”, dice Gabriela Jiménez.
En 2013, con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, la OMS exhortó a los países a que prohibieran todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco para ayudar a reducir el número de consumidores del mismo.
Según desatacó la agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dicha prohibición sería una de las maneras más eficaces para reducir el consumo de tabaco, pues en los países que ya habían introducido ese tipo de normas, disminuyó 7 por ciento esta actividad.
Soluciones al problema
Algunas de las alternativas para solucionar el problema del tabaco que perjudica tanto a la salud del ser humano como al medio ambiente, son que la gente deje de fumar y que las empresas productoras de cigarros mejoren la calidad de sus productos, sin embargo, la bióloga Gabriela Jiménez opina que ambas son igual de difíciles de lograr, ya que es poco probable que las compañías quieran cambiar algo que les funciona.
Para la especialista, si se pudiera llegar a un acuerdo con las empresas productoras de tabaco, se tendría que volver a hacer el proceso de elaboración del cigarro común a uno más sencillo, práctico y, principalmente, más ecológico.
Lograr que la gente deje de fumar o que las tabacaleras modifiquen sus productos es prácticamente imposible, por lo tanto, han surgido nuevos inventos que ayudan a acabar con esta problemática de manera muy original
Pero para eso, según señala, tendría que hacerse una inversión alta en investigaciones para estudiar qué tipos de materiales funcionarían para cumplir ese objetivo.
También, Vázquez sugiere que los adictos al cigarro comiencen un estilo de vida saludable con al menos 30 minutos de ejercicio diario, una actividad que, como el cigarro, provoca dopamina en el cuerpo, haciendo sentir bien a las personas consigo mismas.
“En teoría, todas las adicciones deben de dejarse poco a poco, pero aquellos que lo hacen de un día para otro tienen mayores posibilidades de éxito”, sostiene.
Finalmente, el médico cirujano Adán Navarro García, opina que una de las soluciones que puede eliminar las consecuencias del tabaco de la mejor manera es implementar medidas más estrictas respecto a la venta de cigarrillos, sobre todo porque están siendo consumidos por menores de edad.
“Hay que darles clases de prevención a jóvenes de secundaria y preparatoria”, destaca.
“A los adultos les recomendaría que tomen en cuenta que una persona con bronquitis o cáncer debido al cigarro necesita un tanque de oxígeno, el cual dura muy poco y es muy caro; así que cada vez que compren un cigarrillo, guarden una moneda para su próximo tanque de oxígeno”, resalta García.
Actualmente, diversos investigadores y estudiantes universitarios han creado diferentes proyectos en favor del medio ambiente utilizando colillas de cigarro.
“Trituramos o molemos con agua un pedazo de la colilla tratada (sin contaminantes) y obtenemos algo similar a la pulpa de la celulosa. Con las colectas que hacemos en bares, restaurantes y la misma escuela, conseguimos cerca de 15 kilogramos por semana”, dice Benítez.
La idea del académico surgió tras realizar su tesis de Licenciatura. Según cuenta, se había percatado de la cantidad inmensa de colillas que había en sus alrededores y fue cuando decidió hacer algo al respecto.
Como primer etapa, buscó un microorganismo que deteriorara las colillas y encontró uno que con apenas un ciclo de vida de tres meses generaba un complejo de enzimas fuera de sus células.
“Son hongos basidiomicetos que crecen en los árboles y deterioran la madera. Mi hipótesis fue que podrían hacer lo mismo con las colillas”.
Para el académico, este tipo de actividades en pro del medio ambiente son esenciales para la sociedad, ya que ahora con su empresa, EcoFilter, busca ayudar a la ecología del país, dándole otro tipo de uso a aquellos productos que se veían como inservibles.