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La comunidad de la Nueva Jerusalén, en Michoacán, no solo es la primera teocracia de México, también es la única comunidad del país en donde mediante escritos se solicita al Gobierno Federal que no ejecute ningún tipo de obras para el desarrollo social.
La teología de esa iglesia asegura que el desarrollo –aplicado mediante la ciencia y la tecnología- es la puerta para el infierno.
Las pocas obras que se han ejecutado en los últimos 20 años han sido por gestiones de los disidentes, lo que ha hecho que la confrontación se agudice entre los dos grupos que conviven al interior de esa localidad.
Los seguidores del sacerdote Martín de Tours, los católicos radicales, han emitido sendos comunicados oficiales a las instancias de gobierno para que cancelen las inversiones y los apoyos de programas sociales.
Por petición oficial de la encargatura del orden de la comunidad de la Nueva Jerusalén –la que es obediente al sacerdote Martín de Tours–durante lo que va el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto los programas asistenciales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) no han podido aterrizar en esa localidad, pese a que es una de las más pobres de todo el estado de Michoacán.
El grupo de católicos fundamentalistas no solo no acepta los programas de apoyo, sino que también evita que los disidentes puedan acceder a las acciones para abatir la pobreza y el grado de marginación en el que viven.
Hace apenas una semana, la encargatura del orden evitó que el Gobierno Federal entregará 510 pantallas de plasma, como parte de las acciones de Mover a México.
María Ponce Pedraza aseguró que si las pantallas eran entregadas no solo sería una catástrofe para la humanidad entera, sino que ellos mismos. Se lo dijo la virgen.
Si esas pantallas se entregaban, los católicos fundamentalistas entrarían a los domicilios de los paganos a destruirlas.
“Para que entre el diablo por medio de los programas de la tele”.
Los dineros de la iglesia
La comunidad de la Nueva Jerusalén es una de las más pobres y abandonadas de todo el estado de Michoacán. Aquí el gobierno estatal nunca ha intervenido. Todos los recursos que se destinan para el desarrollo social del lugar son entregados a la iglesia fundada por el padre Nabor Cárdenas.
Es la iglesia del padre Nabor –hoy dirigida por el padre Martín de Tours– la que determina en qué se aplican los recursos entregados por el Estado.
Nadie sabe el manejo de los fondos, denuncian algunos disidentes, porque el dinero no se aplica en las obras para lo que se entregan.
La mayor parte de la infraestructura urbana se ha ido construyendo con aportación directa de los propios vecinos. Los disidentes son los que insisten en colocar pavimento, drenaje, agua potable y red eléctrica, a costa de sus recursos.
El grupo religioso se niega ejecutar obras, porque dentro de su cosmogonía es un atentado a Dios el que el hombre busque por su propio medio el desarrollo social. También está prohibido el uso de la ciencia y la tecnología para el bienestar de las personas. Por eso no quieren que haya escuelas ni mejora en los servicios urbanos básicos.
Los disidentes son los que –siempre confrontándose con el grupo religioso- hacen las gestiones de obras ante las instancias federales, las que con dificultades las autorizan, ante el rechazo que de esas obras hace el mismo sacerdote Martin de Tours y el grupo de personas que controlan la mayor parte de la comunidad de la Nueva Jerusalén.
‘Nos quieren matar de hambre’
En pleno acto de provocación, los católicos radicales -fieles seguidores del sacerdote Martín de Tours- se instalan en las principales calles de la comunidad, a fin de evitar que los hombres de las familias disidentes salgan a trabajar, denunciaron a Reporte Indigo algunos disidentes.
“Nos cierran el paso. A las mujeres no las dejan ni salir al mercado. Nos quieren matar de hambre”, acusaron.
Para evitar confrontaciones con las familias religiosas, el líder de los disidentes, el padre Santiago el Mayor, ha recomendado que la gente salga a la calle lo menos posible.
Todos los disidentes tienen la encomienda de no responder a las agresiones de los religiosos, “para no dar pie a una provocación que tengamos que lamentar en vidas, como ya ocurrió hace algunos años”, explica uno de los líderes de la comunidad.
Para salir evitar provocaciones, los disidentes tienen que caminar las calles de la comunidad muy de madrugada, antes que los grupos de religioso se apuesten –como si fueran garitas de peaje- en las calles que cruzan de lado a lado el lugar.
“La gente se tiene que salir de su casa como si fueran ladrones, cuando todavía está oscuro, para que los religiosos no comiencen a provocarlos”, se queja uno de los vecinos.
El pequeño mercado que se instala cada tercer día en la plaza principal ha quedado bajo el control de la guardia de Jesús María y José –la policía del sacerdote Martín de Tours-.
Un grupo de hombres armados es el que evita que cualquiera de las familias disidentes se acerque a comprar lo necesario para su subsistencia. Los detractores solo tienen la opción de comprar sus viandas fuera de La Nueva Jerusalén o criarlas o sembrarlas en el traspatio.
El bloqueo de las calles y mercado ha sido denunciado ante el gobierno estatal, pero no ha habido respuesta para los quejosos, que insisten en advertir sobre la posibilidad de un choque violento entre los dos grupos.
La administración, a cargo de Salvador Jara, siempre ofrece mediación para solucionar el conflicto, pero termina diluyendo sus promesas en el paso de los días.
Sentados sobre pólvora
Vecinos de esa localidad han denunciado el riesgo de violencia que persiste al no aceptar el gobierno teocrático que promueve el sacerdote Martin de Tours.
Las amenazas de muerte que han recaído sobre algunos disidentes de la Iglesia de Dios no han querido ser atendidas en la Procuraduría de Justicia de Estado.
Entre los vecinos que no son seguidores del sacerdote Martin de Tours existe temor de que en cualquier momento la comunidad religiosa pueda atentar contra cientos de familias que se alejaron de la religión que en junio de 1973 fundó el sacerdote católico Nabor Cárdenas, conocido como Papá Nabor.
Los disidentes, hoy amenazados de muerte, han sido relegados a la parte sureste de la comunidad de la Nueva Jerusalén, prohibiéndoles el libre tránsito por las calles y plazas de la localidad.
La situación ya ha sido denunciada ante el gobierno estatal, sin respuestas.
“Estamos en peligro de muerte”, dijo uno de los disidentes que se atrevió a hablar para Reporte Indigo. “Sabemos que Martín de Tours mandó a una persona para preguntar a un sicario el precio de sus servicios para matar a varios de los líderes de la comunidad disidente”.
De eso se ha querido advertir al gobierno estatal, pero en la Dirección de Asuntos Religiosos no han tomado en serio las amenazas.
Actualmente, en la comunidad de la Nueva Jerusalén -en donde no hay mando de gobierno municipal, estatal o federal- unas 160 familias han optado por separarse de la religión oficial del lugar, la que finca su teología en el fin del mundo y la llegada de Dios a la tierra en cualquier momento. Cerca de 600 familias son las que se mantienen firmes en la religión que nació en 1973, cuando una campesina, aseguró ser la mensajera de la Virgen del Rosario.
La religión que prevalece en la comunidad de la Nueva Jerusalén, desde hace más de 42 años, prohíbe que la gente tenga acceso a la tecnología y a la modernidad, y ello ha sido la causa por la que el gobierno estatal no ha querido entrar a ejecutar obras públicas.
“Algunas de las pocas acciones que se han logrado, en materia de obras, han sido a insistencia de los disidentes”, dice uno de los amenazados a muerte por la comunidad religiosa de Martín de Tours.
La comunidad religiosa fiel al sacerdote Martín de Tours fue la que se enardeció y destruyó la escuela primaria del lugar en el año 2012, y fue la comunidad disidente la que hizo las gestiones para que la Federación construyera una nueva escuela.
El hecho hizo que se crisparan los ánimos, los que a la fecha mantienen a los disidentes replegados en una parte de la comunidad, sin que los gobiernos estatal o federal hagan algo.
‘El fuego consumirá toda la tierra’
Para los vecinos de la marginada comunidad de la Nueva Jerusalén ya existe una fecha fatal para el fin del mundo.
“El fuego consumirá toda la tierra”, ha dicho el sacerdote Martín de Tours en sus sermones, “y solamente los que estén dentro de la Nueva Jerusalén, sin pecado y en gracia de la Virgen del Rosario, serán los que se salven. Las llamas rodearán la comunidad y todo los que están fuera arderán en el fuego eterno”.
Esa es la razón por la que centenares de personas siguen ciegamente al sacerdote, explica uno de los disidentes: les infunde el miedo.
“Hace unos días, Martín llamó a la gente a su iglesia y les explicó que el fin del mundo estaba próximo, que ocurriría el Viernes Santo, y que como prueba, Dios iba a dar un escarmiento. Anunció fuertes lluvias –la mismas que había pronosticado el servicio meteorológico nacional– y la gente se atemorizó”, contó el detractor.
Martín de Tours no quiere que la gente tenga televisión ni radio, porque esa la forma en que puede manipular a la población, dice otro de los disidentes cuya cabeza ya tiene precio.
“Pero no todo es culpa del sacerdote, también la culpa la tiene el gobernador de Michoacán, que ni siquiera se asoma esta comunidad para conocer lo que está pasando”, reclama.
Quieren fundar otra comunidad
Ante el clima de tensión que se vive dentro de la comunidad de La Nueva Jerusalén, los vecinos disidentes han optado por revisar la posibilidad de crear una nueva comunidad y deslindarse de vivir oficialmente dentro del mismo poblado que los religiosos seguidores del padre Martin de Tours.
“Esa sería una solución”, dijo uno de los lideres disidentes. “Así nuestra comunidad tendría acceso a obras y servicios independientes a los que rechaza los religiosos de la Nueva Jerusalén. Así al menos tendríamos un servicio más eficiente de la Comisión Federal de Electricidad, la que no es capaz de cobrar el servicio puntualmente para no confrontarse con la gente de Martin de Tours”.
Sin embargo, agregó uno de los quejosos, tampoco en esa alternativa han recibido apoyo del gobierno estatal.
“(El gobierno estatal) se niega a ver lo que está pasando en la Nueva Jerusalén en donde cada vez es mayor el odio que se gesta entre los dos grupos de familias, las que tendrán que llegar a un punto en el que no se contengan y se genere un nivel de violencia que no nos queremos imaginar”.
Los disidentes aseguran que ya han informado al mismo Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Gobernación (Segob), de la tensión que se vive dentro de la comunidad y de la posibilidad de un choque violento, pero nadie les ha contestado las peticiones hechas.
“A veces mandan a un grupo de la Policía Federal a que resguarde el orden, luego se van y siguen las cosas como han estado siempre: al punto del incendio”.
Los rechazos
Mediante oficio se ha rechazado la ayuda de los programas sociales:
> 3×1 para Migrantes
> Abasto Rural
> Abasto Social de Leche
> Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas Para Implementar y Ejecutar Programas de Prevención de la Violencia Contra las Mujeres
> Apoyo Alimentario
> Atención a Jornaleros Agrícolas
> Coinversión Social
> Desarrollo Humano Prospera
> Empleo Temporal
> Opciones Productivas
> Pensión de Adultos Mayores
> Desarrollo de Zonas Prioritarias
> Seguro de Vida para Jefas de Familia
> Subsidio a Programas para Jóvenes
> Mover a México