Cuando desapareció su hijo Yosimar, el 26 de enero de 2017 en Culiacán, Sinaloa, María Isabel Cruz Bernal se dio cuenta de que estaba sola y esa fue una de las razones por las que fundó el colectivo Sabuesos Guerreras con otras familiares de desaparecidos.
En ese entonces, su hijo tenía 28 años y era policía municipal en Culiacán. Poco antes, el 30 de septiembre de 2016, había sido uno de los elementos que acudieron como primeros respondientes para atender una emboscada que sufrió un convoy de militares.
“Tres meses después y a raíz de eso, de todo el grupo de policías que participaron en ese hecho tan brutal para los militares, tres: el comandante, otro compañero y Yosimar fueron desaparecidos; y los otros nueve policías asesinados llegando a sus casas o saliendo del trabajo.
“No hay otra línea de investigación más que esa (…) de las mismas autoridades que resultaron heridos durante ese tiempo no hay nadie vivo, todos están muertos, no hay nadie que te diga, ‘yo estuve ahí, pasó esto, se hizo por esto’. Nada, no sabemos qué vieron, qué escucharon, a quién escucharon, qué fue lo que pasó”, relata María Isabel.
Su hijo tenía muchos proyectos: “Yosimar se casaba en mayo de 2017, tristemente dejó una boda, una novia, un vestido y unos sueños truncados, más bien se los dejaron”, narra.
Familiares Guerreras sin descanso
Sabuesos Guerreras tuvo dos fechas de inicio: la que surgió en la mente de María Isabel, el 10 de mayo de 2017; y la oficial, el 30 de agosto de 2017, cuando se hizo realidad.
“Cuando te pasa una desaparición es imposible, no te mueves, caes en depresión total, no quieres ver a nadie, no quieres escuchar a nadie, para mí pasaron dos meses en un encierro total y de ahí vuelvo a salir a reunirme porque ya existían otros colectivos”, relata.
Sin embargo, eran colectivos manejados por el gobierno de Sinaloa y ella se empezó a dar cuenta que ellos nunca iban a hacer nada.
“Ahí es donde conozco a otras madres y entre tres compañeras más —éramos cuatro— empezamos a platicar acerca de formar un grupo que en realidad diera ese abrazo que no te daban en ningún lugar, es ahí donde nace Sabuesos Guerreras”, explica.
Actualmente, el colectivo está conformado por entre 850 y 900 familiares de desaparecidos. De ese total, la mayoría son mujeres y solo hay dos hombres, sin embargo, todas y todos buscan a algún ser querido.
“Sabuesos Guerreras tenemos entre 180 y 190 cuerpos localizados, tenemos 18 mil 850 fragmentos calcinados si mal no recuerdo y hemos regresado a casa a 55 personas con vida”, dice su fundadora.
Pero su trabajo no termina con el hallazgo de un cuerpo, de restos o de alguna persona con vida: María Isabel dice que siempre dan seguimiento y, en el caso de quienes han aparecido, hacen todo el proceso hasta que vuelven a casa.
“Nos encargamos de que la familia no venga a sufrir porque no tiene para los pasajes; cuando es localizado un cuerpo le seguimos dando el seguimiento necesario para que sean las autoridades quienes identifiquen y pueda regresar pronto a casa ese cuerpo o ese resto.
Además, menciona que muchas veces los restos son calcinados porque buscan ser destruidos: “No quieren dejar ningún rastro de que ellos están desaparecidos, es la manera de borrar toda la evidencia, pues si no hay cuerpo no hay delito”.