Fallidas, políticas públicas para erradicar la pobreza
Los programas y estrategias que se han tratado de implementar desde el gobierno han fallado en gran medida debido a que han estado enfocados en generar un clientelismo y no en brindar las habilidades necesarias a los más necesitados para que ellos mismos puedan salir adelante
Carlos SalazarUna de las principales causas por las que la pobreza, la desigualdad y la inamovilidad social se han acentuado en el país en los últimos años se debe a una fallida implementación de las políticas públicas destinadas a erradicar dichas problemáticas.
Ese es al menos el diagnóstico de dos legisladoras federales, quienes coinciden que los programas sociales y en materia económica de los últimos gobiernos no sólo no han ayudado a reducir las carencias de la población en pobreza, sino que incluso se han agudizado brechas de falta de oportunidades y la imposibilidad de mejorar la calidad de vida.
Aunque con diferentes enfoques para abordar el problema, tanto la panista Ximena Tamariz como la legisladora de Morena Marisela Contreras, señalan la necesidad de cambiar la política pública en materia de desarrollo social y combate a la pobreza.
La diputada panista Ximena Tamariz señala que el más reciente informe de la OCDE sobre México es un claro reflejo de lo que se ha venido haciendo (mal) en materia de combate a este problema por parte del Estado.
Tamariz, secretaria de la Comisión de Desarrollo Social en la Cámara de Diputados asegura que se han hecho denuncias en diferentes momentos sobre la ineficacia de las políticas públicas, un modelo basado en el asistencialismo pero que no ataca el problema de fondo.
“La pobreza y la desigualdad incrementaron en nuestro país como una consecuencia de la fallida política social en los últimos años. Un punto importante en el fracaso de estos programas sociales es el clientelismo, que finalmente perpetúa la necesidad de un apoyo social sin ir a fondo, que es el impulso de las habilidades y competencias productivas en las personas de los grupos desfavorecidos”, declara.
Para la legisladora panista, las fallidas políticas públicas en materia de desarrollo social son una de las grandes deudas del Estado mexicano, por lo que advierte la necesidad de un cambio de paradigma, pues al aumentar la pobreza en sus diversos grados sin que se generen condiciones de desarrollo, no habrá ninguna mejoría en los próximos años.
“De seguir por este camino no vemos la manera en que se pueda superar esta condición de desigualdad, de inamovilidad social y de pobreza que hay en México. En estas condiciones es difícil poder dar esperanzas a un hijo que desea superarse.
Es necesario primero apoyar todo lo que tiene que ver con proyectos productivos y generar condiciones para que los mexicanos como individuos se desarrollen”, detalla.
Otra explicación para el rezago en que vive gran parte de la población y la dificultad para salir del círculo de la pobreza se debe, en opinión de la diputada federal de Morena, Marisela Contreras, a que los programas de política pública han abandonado la política social y los de generación de riqueza.
“El hecho de haber abandonado el campo y estar ahora comprando maíz que es nuestro grano nacional me parece que forma parte de las torpezas en aras de este mecanismo neoliberal que se implementó hace 30 años.
Fue un asunto de estar privilegiando a los grandes capitales, de ir excluyendo a la población de los beneficios, y entonces al abandonar el campo, hoy tenemos una condición de falta de producción de alimentos, ya no digamos para exportar o vender, sino para la subsistencia”, señala.
Asimismo, Contreras reconoce que aunque las políticas sociales para abatir la pobreza no han tenido el resultado esperado para mitigar esa condición de desigualdad, son acciones necesarias pero que deberán ser acompañadas de otras de fondo que fomenten las actividades productivas y que generen riqueza.
Otro de los temas que menciona la legisladora es que se dejó de apoyar a la pequeña y mediana empresa y se dio paso a los grandes consorcios que normalmente no generan la riqueza.
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