Ayer falleció el auditor superior del estado, Sergio Marenco Sánchez, después de un cuadro de influenza que dervió en una pulmonía.
Luego de convalecer varias semanas en el Hospital San José, el cuadro de de influenza y pulmonía agravó, mientras Marenco se encontraba bajo una licencia de 30 días aprobada por el Congreso del Estado.
El titular del Órgano Fiscalizador estatal, murió a la edad de 67 años, después de haber desempeñado su puesto como auditor superior desde diciembre del 2007.
Al inicio de la sesión ordinaria del Congreso local, los diputados solicitaron un minuto de silencio por Sergio Marenco.
Desde el inicio de la actual legislatura el único acuerdo entre diputados panistas y priistas, era la necesidad de que Marenco se separara del puesto.
Esto, debido a que ambos partidos tuvieron que lidiar con las observaciones objetivas y honestas de Marenco a las cuentas públicas de sus funcionarios.
Llegando al punto de haberle impedido interponer denuncias por irregularidades que el auditor señaló en cuentas públicas.
En Octubre de 2013, Marenco pidió un procedimiento de fincamiento de responsabilidad en contra del exalcalde priista de Montemorelos, Pablo Elizondo.
Debido al escándalo del “gasolinazo”, donde la Auditoría determinó una irregularidad de 2 millones de pesos que se le pagaron al escolta de Elizondo por consumo de gasolina.
En noviembre del 2013, el coordinador de la fracción del PRI, Edgar Romo, afirmó que la Auditoría, sólo emitía resoluciones de denuncias administrativas a los alcaldes del PAN y a los del PRI los denunciaba penalmente.
Sin embargo, Marenco afirmó en ese entonces siempre haber actuado con imparcialidad en sus resoluciones.
Durante su gestión impulsó diferentes cambios en la vida institucional de la ASE, destacando dos reformas en materia de fiscalización.
También impulsó la nueva Ley de Fiscalización Superior de Nuevo León, así como el establecimiento del primer laboratorio en el país para auditar la calidad de la obra pública y el Servicio Profesional de Carrera.
