Fallece adolescente en Torreón por bacteria en excremento de palomas; mañana celebraría XV años
Nataly perdió la vida luego de que se alojara en su cerebro y pulmones una bacteria inhalada de excremento de palomas
Indigo StaffUna bacteria detectada en el excremento de palomas provocó la muerte de Nataly Cruz, quien estuvo hospitalizada alrededor de un mes en Torreón, Coahuila, por los estragos que los gérmenes provocaron en su cerebro y pulmones.
Familiares de la menor confirmaron que falleció durante la mañana de este viernes. La pesadilla inició un mes antes, cuando Nataly comenzó a sentirse mal mientras desayunaba. Un día después, ya se encontraba internada en la clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La tía y tutora legal de la adolescente, Aracely Muñoz, dijo a medios de comunicación locales que inicialmente los médicos no podían detectar lo que tenía; por lo que descartaron COVID-19 y tuberculosis en primer lugar.
Finalmente, los especialistas determinaron que dos tipos distintos de bacterias se habían alojado en sus pulmones y cerebro, situación que requería la colocación de una sonda en la cabeza para drenar el líquido acumulado.
De acuerdo con los especialistas que la atendieron, Nataly contrajo las bacterias porque estuvo en contacto con excremento de palomas. Al inhalarlo, los parásitos transmiten hongos Cryptococcus, responsables de las enfermedades por criptococosis y neurocriptococosis.
Pese al diagnóstico, los estudios revelan que la posibilidad de enfermar con bacterias de palomas es baja. Según la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas (SBEI), “la gran mayoría de las personas expuestas no se enferman porque la resistencia natural a estas enfermedades es alta entre los humanos”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfermedades como la criptococosis suelen afectar, en mayor medida, a personas con el sistema inmune débil; tales como pacientes con VIH o quienes han recibido trasplantes de órganos.
Este sábado, la joven estudiante de secundaria celebraría su fiesta de XV años, pero no pudo conseguirlo. Tampoco pudo visitar el puerto de Mazatlán, que era uno de sus más grande sueños.
Su vestido de quinceañera permanece en su habitación, junto con los accesorios que utilizaría mañana. Al exterior de su casa se observan globos, juguetes y obsequios que amigos y vecinos dejaron en su memoria.