Falla modelo de vivienda; habitantes de 20 municipios se desplazan a otros para trabajar

La mayoría de la población vive en 20 municipios de Nuevo León, sin embargo, cada día deben salir a trabajar a otros más lejanos, enfrentándose a embotellamientos, transporte público ineficiente, contaminación e inseguridad 
Daniel Anguiano Daniel Anguiano Publicado el
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La voracidad inmobiliaria, la corrupción en la entrega de permisos y la falta de supervisión en el desarrollo de fraccionamientos han provocado que Nuevo León sea el estado del país con el mayor número de municipios en los que su población debe salir a otra localidad a trabajar.

En total son 20 los municipios del estado que aparecen en la lista del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) con la mayor cantidad de pobladores que deben salir todos los días de éstos para laborar; de los cuales, 19 ocupan los primeros lugares de este listado.

Y en tres de los casos, el 60 por ciento de su población, o más, tiene que abandonar la localidad todos los días para acudir a su centro de trabajo; estos son los municipios de Juárez, El Carmen y Abasolo.

Los casos de los municipios de Juárez y El Carmen tienen una mención particular en el estudio, debido a que para el primero de ellos, la cantidad de personas que sale a diario del municipio para laborar en otro asciende a 201 mil 476 ciudadanos.

Y en el caso de El Carmen, la cantidad llega a 40 mil 399 de personas, de acuerdo con los datos del Coneval.

Además, los tiempos de traslado al centro de trabajo de los pobladores de Juárez superan la media nacional, pues el 32.9 por ciento de sus habitantes realiza trayectos de 31 minutos a una hora para llegar a su espacio laboral mientras que el 22.3 por ciento usa más de una hora e incluso hasta dos horas para desplazarse.

En promedio, el tiempo de traslado al trabajo de los habitantes de este municipio de Nuevo León es de casi 48 minutos, donde el principal medio para trasladarse es el transporte público, pues un 37.9 por ciento de la población recurre a este.

Algo similar ocurre con la población de El Carmen, Nuevo León, pues el porcentaje de pobladores que realiza de 31 minutos a una hora para trasladarse a su centro de trabajo es del 31.4 por ciento.

Y, la cantidad de personas que realizan una hora o hasta dos horas de traslado para llegar a su centro laboral representa el 20 por ciento de la población del municipio, que en ambos casos se encuentra por encima de la media nacional.

Y, en este caso, más del 40 por ciento de los pobladores de El Carmen, tienen en el  transporte público su principal medio de transporte.

Crecimiento desmedido

El municipio de Juárez, en solo 10 años, creció 83.5 por ciento, respecto a la cantidad de población, para llegar en 2020 a un total de 471 mil 523 habitantes.

Por su parte, El Carmen, Nuevo León, presentó un incremento de 549 por ciento en una década, y hasta el Censo del 2020, este municipio alcanzó los 104 mil 478 habitantes.

Carlota Vargas, presidenta de la Sociedad de Urbanismo de Monterrey, explicó que una razón por la cual estos municipios y otros de Nuevo León crecieron desordenadamente, fue porque se dejaron de supervisar los asentamientos humanos y, además, se incurrieron en actos de corrupción en la entrega de permisos para construcción de fraccionamientos.

“Al principio el Infonavit supervisaba las obras (fraccionamientos) y veían que las casas tuvieran lo básico y fueran un poquito más grandes. Después, en el 2000, cuando entra el presidente Fox, dicen: ‘hay que hacer más casas’, y sí, hicieron más, pero más chiquitas”.

Pero además, en lugares como Nuevo León se modificó la legislación para permitir la entrada de un concepto llamado “servicios autónomos”, esto significa que ya no era obligatorio que se habilitaran los fraccionamientos con los servicios de agua y drenaje, sino sólo con cárcamos y pozos, lo que permitió acelerar las construcciones, dijo.

Agregó que mientras que en otros estados se supervisaba que hubiera factibilidad de transporte para el desarrollo de un fraccionamiento, en Nuevo León no fue así.

“Aquí se iban a los terrenos más lejanos, donde costaba muy barato a los desarrolladores y eso también los hizo Fomerrey, donde costaba muy barata la tierra, y no había ni calles para que el transporte llegara a esos desarrollos”, agregó.

Fue hasta 2009, cuando la Ley de Movilidad incluyó la factibilidad del transporte: para la aprobación de los nuevos desarrollos habitacionales, deberá contarse con la aprobación de la factibilidad del servicio de transporte público de pasajeros emitida por el Instituto, en el que se valorará el estudio de movilidad presentado por el desarrollador.

El ‘boom’ de la vivienda

En los periodos de gobierno de los priistas José Natividad González Parás y Rodrigo Medina, Nuevo León edificaba 50 mil viviendas al año en promedio, algo que se presumía a nivel nacional.

Sólo en el municipio de Juárez, en los últimos 10 años, se han construido más de 100 mil viviendas, de acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Indicadores de Vivienda de la Secretaría Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV).

Y en el caso de El Carmen, en el mismo periodo, se han construido 34 mil 382 unidades de vivienda.

“Por eso hubo también muchas viviendas abandonadas, porque no tenían los medios de transporte. Gastaban más en transporte que en la vivienda, además de unas casas minúsculas”, explicó Vargas.

Detalló que estas casas se fueron poblando porque existieron mecanismos “de corrupción”, que obligaron al trabajador a aceptar esta oferta de vivienda, aunque no le facilitara la vida.

Durante estos periodos se construyeron miles de viviendas, pero sin accesibilidad a servicios de agua y drenaje, alejadas de las zonas de trabajo porque los desarrolladores buscaron terrenos baratos y construyeron con materiales de mala calidad.

“Porque el Infonavit dejó de supervisar y se convirtió en una financiera solamente”, añadió Vargas.

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