El recinto cultural tiene diversas salas en las que visitantes pueden aprender sobre la visión mexicana de la muerte
Fotografías, máscaras, cráneos, artesanías, juguetes y piezas arqueológicas conforman las más de dos mil obras que resguarda el Museo Nacional de la Muerte, que ofrece un recorrido visual sobre la iconografía de la muerte y el arte funerario en la historia del país.
“Hay visitantes japoneses, alemanes, estadunidenses y de muchos otros países que aquí encuentran cosas que les asombran y que les interesan mucho”, dijo el encargado del recinto cultural, Antonio Padilla Pedroza, quien señaló que la Universidad Autónoma de Aguascalientes creó este museo en 2007 como un espacio de reflexión sobre el tema de la muerte.
Desde su creación y con la visita de turistas extranjeros que se interesan por conocer este museo, “vemos cómo la muerte nos conecta” en el mundo.
Insistió en que el objetivo es sostener un diálogo de reflexión con los visitantes al museo para conocer el tema de la muerte desde el mundo prehispánico, la Colonia y la época contemporánea.
“La cultura indígena cambia en su encuentro con los españoles y luego en el Siglo XIX con los panteones”, apuntó el responsable.
Expuso que la intención es mostrar una mirada gráfica de los últimos 500 años del país, especialmente de esta región de México, para saber cómo aprendimos los mexicanos a relacionarnos con la muerte, desde los entierros, las oraciones, el purgatorio, el cielo y el infierno, así como la parte irónica y burlesca sobre el tema.
Destacó que el museo se divide en diferentes salas, como la Inframundo, Visión Prehispánica, Mundo Novohispano, México Independiente y Época Contemporánea, entre otras.
