Extradición de Caro Quintero, cuestión de voluntad

Para que Rafael Caro Quintero pueda ser enviado a Estados Unidos en tiempo y forma, tal y a como se comprometió Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard, deberá poner especial atención al tema
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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La captura y posible extradición de Rafael Caro Quintero se ha politizado en ambos lados de la frontera desde el momento de su detención, la cual ocurrió a los pocos días de que el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca.

Después las suspicacias iniciaron cuando el helicóptero en el que viajaban 14 miembros de un grupo de élite de la Secretaría de la Marina que participaron en el operativo de la detención de Caro Quintero se desplomó y todos murieron.

La polémica continuó luego de las declaraciones encontradas de la titular de la DEA, Anne Milgram, quien aseguró que su agencia había participado en las labores de inteligencia que llevaron a la captura del capo, y los dichos del presidente López Obrador y del embajador estadounidense en México, Ken Salazar, quienes argumentaron que todo el trabajo lo realizaron las fuerzas de seguridad mexicanas sin ayuda extranjera.

A los pocos días, el diario estadounidense The Washington Post, reveló que la DEA reclutó a familiares de Caro Quintero, quienes ayudaron a la agencia para lograr su captura.

A la ecuación y a la polémica se suman las versiones de que el actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, podría ser citado para declarar en el futuro juicio del capo, ya que investigaciones periodísticas revelaron que cuando fue secuestrado, torturado y asesinado el exagente estadounidense, Enrique Camarena, el exsecretario de Gobernación estuvo presente.

Ante este escenario, el presidente López Obrador pide calma y esperar a que el proceso legal avance.

A pesar de las declaraciones de López Obrador, su importancia en el caso es clave, ya que su administración dará luz verde o frenará, de la mano de Marcelo Ebrard, la extradición del capo.

Debido a este escenario, los especialistas en seguridad nacional e inteligencia, Manuel Balcázar y Juan Manuel Aguilar Antonio, consideran que el futuro de Caro Quintero y el buen puerto de la relación bilateral con Estados Unidos dependen de la buena voluntad tanto del presidente de la República como del canciller.

“En relación bilateral con Estados Unidos hemos visto distanciamiento y no una muy buena cordialidad entre el presidente López Obrador y Joe Biden. No han tenido un acercamiento adecuado. Además, gran parte de los temas que le interesan a Estados Unidos, el presidente los ha delegado.

“La ventaja es que con Marcelo Ebrard hay buena sinergia con sus contrapartes, por lo que esto le podría ayudar a abonar a una relación más exitosa y sumarle puntos al canciller. Dentro de la cúpula de Washington se le ve como un agente de cooperación y como un líder en el ámbito político mexicano. Una extradición exitosa le podría sumar puntos rumbo a la sucesión presidencial”, apunta el doctor Juan Manuel Aguilar Antonio quien también es investigador senior del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE).

Por su parte, el doctor Balcázar, investigador asociado del Centro de Estudios sobre Seguridad, Inteligencia y Gobernanza del ITAM, considera que el éxito de la extradición dependerá del esfuerzo y voluntad que le ponga Marcelo Ebrard al caso.

“Si la Cancillería logra apoyarse del servicio exterior mexicano, que es de lo mejor que tiene este país, las probabilidades de una extradición exitosa aumentarán significativamente. Pero esto tiene que ver con la voluntad política del Gobierno mexicano'
Manuel BalcázarEspecialista en seguridad nacional e inteligencia

“También, el éxito tendrá que ver con la distribución del tiempo entre los proyectos personales futuros  y responsabilidades administrativas presentes. Hay que preguntarse qué tanto tiempo el canciller es canciller y qué tanto tiempo es precandidato. Si la máxima voluntad política se orienta a la extradición, será fácil. Pero si el presidente de la República no tiene todo el ánimo de colaborar y de que se extradite, podría restarles puntos”, concluye.

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