Extorsión, nuevo frente en seguridad de la CDMX
Las investigaciones por extorsión en la CDMX viven una nueva era en la que las modalidades de este delito son reconocidas, una de las más comunes es la que se conoce como ‘gota a gota’
David MartínezEl combate al delito de la extorsión vive una nueva etapa en la Ciudad de México en la que las autoridades lo reconocen en todas sus modalidades y emprenden acciones para erradicarlo, lo que ha derivado en un incremento en las denuncias.
En el gobierno anterior ni siquiera había una estadística en particular de los modus operandi de este ilícito, afirma Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia.
La misma fuente revela que en los dos años anteriores ya se registraba un incremento de este crimen.
En 2017 se abrieron 499 carpetas de investigación que aumentaron a 574 en 2018. Mientras que de enero a julio de 2019, se comenzaron 486 indagatorias por ese delito.
El presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia considera que el aumento en incidencia de extorsiones se debe principalmente a que el gobierno incentiva la denuncia y reconoce el problema que representa la modalidad “gota a gota”.
En dicho modus operandi, los extorsionadores ofrecen préstamos económicos de hasta 60 mil pesos sin necesidad de documentos ni garantías, donde las víctimas tienen que hacer pagos excesivos diarios a los delincuentes. En caso de no realizarlos, los amenazan o agreden físicamente.
Tan sólo de enero al 16 de agosto de 2019, el Consejo Ciudadano registró 317 llamadas de ayuda al órgano por extorsión “gota a gota”.
Guerrero Chiprés indica que dicha cifra específica fue generada por el Consejo Ciudadano y sirve para perseguir este delito.
“No hay datos de antes, porque apenas lo empezamos a combatir, estamos generando esa información”, afirma.
Añade que la administración anterior prefirió maquillar las cifras en lugar de hacerle frente a la extorsión “gota a gota” y también en otras modalidades.
“Antes había impunidad porque no daban a conocer el delito, ni siquiera estaba nombrado”, puntualiza.
Guerrero Chiprés afirma que la labor actual del consejo es incentivar la denuncia a través de su línea telefónica y acompañar a quienes quieran ratificar por la vía penal.
Difícil de combatir la extorsión
Alejandro Corzo Téllez, coordinador de la Red Nacional de Observatorios, menciona que el delito de la extorsión es muy difícil de erradicar porque no se tiene una estadística judicial de las modalidades en que se comete.
Por ejemplo, los datos mostrados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP) no diferencian entre extorsión “gota a gota”, telefónica, cobro de piso, entre otras formas en las que se actúa.
Lo que hace más difícil que las autoridades puedan realizar acciones efectivas.
“La información lo es todo en cuanto al combate a la incidencia delictiva, en un mundo ideal deberían saber cuáles son los tipos de extorsión”, considera.
Añade que si las autoridades judiciales conocen qué tipo de extorsión se realiza, se pueden tener mejores estrategias.
“Denuncias pueden haber pero en cuanto a si se localiza los responsables es otro tema”, menciona.
Guerrero Chiprés acepta esta dificultad y añade que la mayor parte de los detenidos por el delito son menores de edad y no se les puede procesar penalmente.
Delitos normalizados
Alejandro Corzo Téllez afirma que la extorsión por teléfono es una de las formas más recurrentes del delito a nivel local y nacional.
María Guerrero, mujer de 60 años de edad y habitante de la alcaldía de Cuauhtémoc, indica que en los últimos tres años ha recibido hasta cuatro llamadas telefónicas con la intención de extorsionarla.
La primera fue en enero del año 2016, cuando un hombre le dijo que su sobrino de Estados Unidos venía a visitarla al país, pero por un exceso de equipaje había sido detenido en la aduana fronteriza.
“No sé si le atinaron pero yo sí tengo un sobrino estadounidense y les creí cuando me dijeron que venía a verme y lo detuvieron” menciona.
Supuestamente, el familiar de la señora traía regalos y por ello había excedido el equipaje permitido, por lo cual, tenía que depositar una multa económica de cinco mil pesos para que lo dejaran ingresar al país.
Los hijos de María se pusieron en contacto con sus parientes en Estados Unidos y fue así como a dieron cuenta de que era una extorsión.
En marzo de 2017, recibió otra llamada de un presunto policía que le dijo que su hijo estaba detenido en “El Torito” y tenían que pagar una fianza de 10 mil pesos.
Sin embargo, María tomó la llamada con más calma y se puso en contacto con su familia para descartar que se tratara de una detención real.
“Después les colgué, les dije que no era cierto y terminaron mentándome mi madre”, declara.
De las últimas dos no tiene el recuerdo exacto de la fecha debido a que no les prestó mayor atención.
“En una llamada era una muchacha que gritaba por ayuda y que quería hablar con su mamá, pero yo no tengo hijas, sólo colgué”, recuerda.
En la última, un hombre con acento ranchero le dijo que era su hermano; sin embargo, ella le preguntó más datos para confirmar si era un familiar suyo y al no decirlos, la mujer colgó el teléfono.
En ninguno de los casos denunció porque considera que es algo normal y como tampoco entregó dinero, no vio la necesidad de ir ante el Ministerio Público.