Nota del editor: Esta nota fue actualizada a las 11:00 horas del 22 de diciembre.
Dos días después de la explosión en el mercado de pirotecnia de San Pablito, en Tultepec, resurgen las voces que exi gen castigo a los responsables de esta tragedia que hasta hoy ha cobrado la vida de 35 personas.
El reporte más reciente del gobierno del Estado de México reporta que los decesos más recientes se trata de dos mujeres: una menor de edad en el Instituto Nacional de Rehabilitación, y el otro en el Hospital de Alta Especialidad de Zumpango, que también se encuentra en proceso de entrega.
Hasta ahora, 36 pacientes en diversos hospitales, 4 de ellos se encuentran graves, los demás se encuentran fuera de peligro.
La investigación de la Procuraduría General de la República determinará las causas físicas de la explosión, pero los señalamientos están sobre las auto ridades que permitieron el funcionamiento del mercado de pirotecnia, a pesar de evidentes omisiones en medidas de seguridad.
Aunque en los próximos días podrá conocerse el dictamen y se determinará si se trató de un error humano o de un accidente, lo cierto es que hay muchos otros elementos en juego que propiciaron y permitieron que sucediera una tragedia de tales magnitudes.
Ante todo, está la sombra de uno de los mayores males dentro de la sociedad mexicana: la corrupción. Esa sería una de las explicaciones por las cuales no se hizo una supervisión correcta al mercado o, si se hizo, simplemente se pasaron por alto las omisiones en seguridad.
Hace unos días, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia presumía que el mercado de San Pablito era la feria de juegos de artificio más segura de América Latina, afirmando que los puestos estaban perfectamente diseñados y con suficiente espacio para evitar una explosión en cadena.
El mercado de pirotecnia ya contaba, hasta antes de la tragedia de este 20 de diciembre, con un largo historial de siniestros, muchos con pérdida de vidas humanas, además de números heridos y daños a viviendas.
Sin embargo, todos estos antecedentes no parecen haber sido suficientes para poder elaborar un plan de protección civil adecuado para prevenir una nueva tragedia, esta última, la más grave de todas.
Las autoridades locales ya fueron rebasadas por la magnitud de los hechos y ante su incapacidad de proporcionar seguridad en el mercado, su clausura parece inminente.
Pero muchas voces exigen que las medidas vayan más allá, que se castigue ejemplarmente a los verdaderos responsables, los que hayan permitido que haya ocurrido un suceso tan lamentable, ya sea por omisión, por corrupción o simplemente por voltear la vista hacia otro lado.
Sanción ejemplar
El diputado federal panista, Ulises Ramírez, asegura que lo ocurrido en Tultepec es un hecho que se debe de reprobar y de lamentar, y espera que la muerte de estas personas no sea en vano, y que se castigue a los verdaderos responsables.
En esta ocasión, ante la magnitud de la tragedia, el panista afirma que los castigos hacia quienes otorgaron los permisos, si es que se comprueba su omi sión, no pueden quedar simplemente en una inhabilitación, sino que debieran ser sancionados penalmente con la cárcel.
“Que se transparente toda la normatividad que debió haber estado a la mano de todas las autoridades para poder darle viabilidad, autorización a este tipo de giros, lo que sí creo que debe suceder es que debe de haber responsables que deben ser castigados severamente.
“Evidentemente existe corrupción, y cuando hay corrupción se dejan muy laxos los espacios para poder realizar este tipo de actividades”.
El legislador está convencido que las autoridades, tanto municipales como estatales, han sido omisas en una revisión exhaustiva de las medidas de seguridad, lo cual derivó en estos lamentables hechos.
“Debemos conocer, transparentar, que se publiquen todos los permisos que tengan que ver con protección civil, con actividades comerciales, y en este tipo de permisos confluyen las autoridades municipales y estatales”, señaló Ulises Ramírez.
Gobierno de ficción
Para Francisco Vázquez, coordinador de la bancada de Morena en el Congreso del Estado de México, lamentablemente, la tragedia de Tultepec es solo la punta del iceberg de lo que realmente ocurre con el gobierno de la entidad.
“Todo está sostenido por pinzas, con alfileres, todo es de anuncios, mamparas, pero si hacemos una supervisión real, la realidad en la que vivimos no es acorde a lo que se dice de manera oficial”.
El legislador asegura que el tema de fondo es que el Gobierno local ha sido omiso con las supervisiones pues no se han hecho de manera real, sino que simplemente se ha preocupado por el tema de la recaudación y ha palomeado las autorizaciones sin mayor rigor.
“Es claro que el tema de corrupción sigue vigente, el tema de no tener una supervisión correcta por el Instituto de Pirotecnia. No se hace la supervisión correcta, se finge y se corrompe.
“Y así hay muchas cosas en el Estado de México, y esperemos que no vaya a explotar todo así como explotó este mercado”, dijo.
Vázquez sostiene que los diputados locales tienen que dejar de ser legisladores de escritorio o de curul, para visitar a la gente y verificar las condiciones en el que viven, convertirse en verdaderos auditores de campo para aportar y mejorar la realidad en el estado.
“Tenemos que hacer algo en el Estado de México, que lástima que tengamos que aprender siempre de estos golpes tan duros. Ojalá que de este golpe entendamos, que aunque no es el primero, sí es el más grave. Debemos de entender que la corrupción afecta en todos los rubros”.
Nota del editor: Esta información fue actualizada a las 11:00 horas