El acoso que sufren las mujeres cuando viajan en el transporte público, el metro de la Ciudad de México por ejemplo, inspiró a que la campaña #NoEsDeHombres demostrara lo incomodo que es para ellas trasladarse en por la capital y ser víctimas de acoso sexual.
A través de dos experimentos realizados precisamente en este medio de transporte, dicha campaña buscó generar conciencia en los hombres sobre el hostigamiento que sufren las mujeres con actos como toqueteos y así evidenciar la violencia sexual del país.
¿Cómo funciona?
Mediante el uso de un asiento “exclusivo para hombres” dentro de un convoy de uno de los trenes de la Línea 7, que corre de El Rosario a Barranca del Muerto, fue colocado un torso y un pene para que quien se sentara supiera lo que sufren las mujeres al viajar en este servicio de transporte.
Junto a este asiento que fue modificado artísticamente para recrear esta situación, se lee un mensaje que dice: “Es molesto viajar aquí, pero no se compara con la violencia sexual que sufren las mujeres en sus traslados cotidianos”.
Este primer experimento causó sorpresa entre los usuarios e incomodidad al mismo tiempo para aquellos que se sentaron sin percatarse de la transformación que se le hizo.
Para el otro intento de conciencia, el segundo video muestra que las pantallas instaladas en la estación Auditorio proyectan imágenes de los glúteos de los hombres que esperaban la llegada del metro.
Al percatarse algunos de esta situación simplemente se cubrieron esta parte del cuerpo para no ser vistos por los demás pasajeros y a manera de reflexión, apareció posteriormente un mensaje que dice: “esto lo sufren miles de mujeres todos los días”.
En la Ciudad de México 9 de cada 10 mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia sexual en sus traslados cotidianos, indicó la campaña.