Una oleada de migrantes centroamericanos cruzó en los últimos días la frontera de México con Estados Unidos, a través de Ciudad Juárez, Chihuahua, en busca de asilo político, al poco tiempo fueron detenidos pero debido al alto número de personas capturadas fueron liberados casi automáticamente por las autoridades estadounidenses.
El fin de semana pasado, en promedio, la Patrulla Fronteriza Sector El Paso, Texas, recibió a dos mil 460 personas cada día, provenientes de Nicaragua, Honduras, Guatemala y República Dominicana.
Este éxodo masivo fue calificado como uno de los cruces de migrantes más grande en el oeste de Texas en los últimos años y ocasionó saturación en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza obligando a las autoridades estadounidenses a realizar liberaciones provisionales para desaturar los espacios.
Este domingo se liberó a 498 personas y desde el pasado 4 de noviembre se ha dejado en libertad a tres mil 103 personas migrantes, informó la Patrulla Fronteriza Sector El Paso.
Además, se sigue expulsando a decenas de migrantes bajo el Título 42, una ley de salud pública que permite la expulsión inmediata de indocumentados, y también bajo el Título 8 que permite a los migrantes solicitar asilo en los puertos de entrada y da al Gobierno de Estados Unidos la posibilidad para deportar e incluso imponer penalidades a quienes no cumplan con los requisitos y sean considerados inadmisibles.
La llegada a la frontera de los migrantes
Unos minutos después de las 19:00 horas de este domingo 11 de diciembre una caravana formada por 20 autobuses y escoltada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) así como personal de Protección Civil Estatal y de los Ángeles Blancos llegó a Ciudad Juárez.
De acuerdo con las autoridades estatales de Chihuahua, esa caravana estaba conformada por 660 hombres, 350 mujeres y 70 menores de edad.
Todos fueron llevados a los albergues Leona Vicario y Kiki Romero, pero las personas inmediatamente dejaron estos espacios y se fueron por sus propios medios al Río Bravo que marca el límite internacional entre México y Estados Unidos.
Los viajeros cruzaron el cauce del río y formaron una fila a un lado del muro metálico frente a los agentes de la Patrulla Fronteriza que vigilan el sitio, justo donde hace unas semanas los venezolanos formaron un campamento, para entregarse y solicitar asilo político.
“El Ejército y la Marina nos liberó el 7 de diciembre, el viaje ha sido cansado, agotado porque caminamos muchas horas, la población nos brindó ayuda después nos llevaron a unos albergues en Bermejillo (Chihuahua) y el alcalde nos apoyó mucho, después nos llevaron a Jiménez también el alcalde nos apoyó y la población. Ahora estamos aquí gracias a ellos y a todas las organizaciones que nos ha ayudado… vamos a cruzar a Estados Unidos”, afirmó Duelca Casas al llegar al albergue Leona Vicario.
La caravana se formó en Lerdo, Durango, después del rescate.
“Fuimos secuestrados por varios días en lugares similares, hasta que hubo una escapatoria y los muchachos dieron aviso al 911 y llegaron las autoridades, a través de drones y el Ejército y la policía estatal y nos salimos de ahí y nos juntamos todos… ahorita el propósito es llegar a Estados Unidos” dijo Víctor López quien viaja a acompañado de su hijo de 10 años y llegó a la frontera de Juárez con las plantas de los pies lastimadas debido a que caminó durante más de ocho horas.
Los migrantes pernoctaron en la fila junto al Río Bravo, aguantaron las bajas temperaturas, algunos con la ropa y los zapatos mojados o húmedos tras haber cruzado el caudal.
Durante la noche, las personas encendieron fogatas con lo que encontraron a la mano, se envolvieron en cobertores o plástico y aluminio y permanecieron en espera de ser recibidos por los agentes federales de Estados Unidos que formaban grupos de 30 para irlos llevando a los centros de detención.
Muestras de solidaridad
Ayer por la mañana, mexicanos y extranjeros ya establecidos en la frontera de Juárez e incluso venezolanos que permanecen en la zona luego de que el campamento fue desmantelado, realizaron una colecta para comprarles alimento a los recién llegados.
“Yo no soy migrante, tengo 26 años viviendo aquí en México. Soy hondureño, sufrí el Huracán Mitch. A los 12 años yo emigré aquí porque me quedé sin ninguna familia cuando el huracán enterró completamente a mi familia, no me quedó ni un sobreviviente”, expresó Edwin Jovanny Meraz Peña quien cruzó el Río Bravo para entregar una caja llena de burritos.
Las Estadísticas de la Patrulla Fronteriza
Desde que comenzó el mes de diciembre, la Patrulla Fronteriza Sector de El Paso, Texas, ha registrado un número elevado de encuentros con personas migrantes, con un promedio diario de más de 2 mil 150.
La mayoría de estos migrantes son de Nicaragua, México, Ecuador, Colombia y Venezuela, informó esa autoridad para después revelar que muchas veces los ponen en libertad provisional para desaturar los centros de detención.
“Una liberación provisional es una liberación segura y humana de los migrantes a la comunidad, quienes están pendientes de los próximos pasos en su proceso de inmigración. La decisión de liberar provisionalmente a los migrantes se determina después de agotar todas las demás opciones de descompresión para la custodia de migrantes encontradas en el sector”, informó personal de la Patrulla Fronteriza.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) también está colaborando para proporcionar espacios de detención. Los inmigrantes también están siendo llevados a las instalaciones del condado de El Paso, cuando es operativamente factible.
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