La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés) ha emitido una alerta sin precedentes ante lo que describen como “condiciones geomagnéticas extremas”, marcando un hito que no se registraba desde octubre de 2003.
Este fenómeno, generado por intensa actividad solar, se proyecta mantenerse a lo largo del fin de semana, con posibles implicaciones severas para el suministro energético global.
La advertencia, calificada como G5, la más alta en la escalas que va de G1 a G5, llega tras días de creciente actividad solar que alcanzó su punto culminante este viernes, según detalla un comunicado difundido por la NOAA.
¿Qué efectos tendrá?
Una tormenta geomagnética de esta magnitud puede ocasionar perturbaciones masivas en la red eléctrica, dañar transformadores e incluso desencadenar apagones totales.
“Las tormentas geomagnéticas pueden afectar a la infraestructura en órbita cercana a la Tierra y en la superficie de la Tierra, interrumpiendo potencialmente las comunicaciones, la red de energía eléctrica, la navegación, la radio y las operaciones por satélite“, advirtió la NOAA en declaraciones previas.
Sin embargo, a pesar de las potenciales consecuencias negativas, este fenómeno también ofrece la posibilidad de presenciar inusuales espectáculos naturales como auroras boreales en regiones poco habituales.
Desde el sur de Alabama hasta el norte de California, se espera que las auroras pinten el cielo nocturno, gracias a la actividad geomagnética generada por la tormenta.
La última vez que se registró una tormenta geomagnética G5 de tal magnitud fue en octubre de 2003, provocando cortes de electricidad en Suecia y daños en transformadores en Sudáfrica.
La NOAA también alerta sobre una tormenta de radiación solar moderada, que podría representar un riesgo para los viajeros aéreos y generar problemas en las operaciones satelitales.
Con información de EFE.