Estrés, detonante de violencia entre civiles en la Zona Metropolitana de Monterrey

La presión que la vida citadina ejerce sobre los habitantes de la Zona Metropolitana de Nuevo León, ha llevado a los habitantes a desarrollar conductas cada vez más agresivas, las cuales se ven reflejadas en los incidentes ocurridos entre civiles 
Ricardo Alanís Carreón Ricardo Alanís Carreón Publicado el
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El estrés en exceso ha tomado como rehén a los neoleoneses, al grado de que seis de cada 10 personas en la entidad experimentan esta situación, a la vez que es un factor que influye en la generación de violencia que se ve con más frecuencia en la vía o áreas públicas.

Conductores que atropellan intencionalmente a personas; automovilistas que detienen la marcha de sus vehículos para reñir en plena avenida Garza Sada; peleas callejeras de adolescentes afuera de secundarias y preparatorias, o incluso el caso de un estudiante de bachillerato que acudió al aula armado con un hacha para agredir a su compañera, además de decenas de casos de suicidios o intentos de suicidio, son parte de las conductas generadas por el estrés derivado del exceso de competencia y la vida moderna y acelerada de la Zona Metropolitana de Monterrey.

Juan José Roque Segovia, director de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud de Nuevo León, expresó que las conductas inapropiadas se han incrementado en la población hasta en un 60 por ciento y quienes lo padecen experimentan un estrés fisiológico, que el sistema nervioso produce para generar adaptabilidad al momento.

“Nosotros pensamos que el estrés se ha incrementado más del 50, 60 por ciento, porque nos hemos hecho sumamente competitivos, midiéndolo con base al crecimiento poblacional y a la cantidad de presiones nuevas que hay ahora.

“Ahorita la mayor parte de la población estamos muy, muy presionados. De cada 10 personas seis están en una situación de mucha presión”, mencionó el especialista.

Un problema creciente

En las últimas semanas, a través de medios de comunicación se han difundido hechos violentos generados por la ira de quienes los cometen, ciudadanos comunes que en ese momento perdieron el control y realizaron actos que probablemente al no estar en tal situación de estrés no los hubieran cometido

De acuerdo con Roque Segovia, lo que ocurre se deriva de una condición sociológica-psicológica que surge a raíz de la evolución que tiene una población en cantidad y los retos que se les imponen a estos habitantes.

Roque mencionó que es algo común en todo el mundo, entre más grande es la población, este tipo de acontecimientos de violencia aumentan.

En caso contrario, declaró que, en comunidades pequeñas, al tener menor cantidad de habitantes, hay una mejor organización y viven de una forma más sencilla, por lo cual esas manifestaciones de ira, son más difíciles que se presenten.

“Como somos una combinación de genéticas múltiples, entonces no sabemos en un momento determinado, dentro de un grupo de población, quiénes heredan una disposición mayor para expresar conductas agresivas o para expresar conductas agradables, no lo sabemos, somos una combinación de eso todos.

“No quiere decir que heredemos necesariamente una conducta agresiva, sino que lo que heredamos es la capacidad que tiene el sistema nervioso de expresarlas, eso es lo que se hereda; es decir, una persona puede heredar esa disposición muy alta, pero si vive en un ambiente en donde le enseñan a modularlo desde muy temprano, esa persona aprende perfectamente bien a controlar su carácter por muy irascible o por muy mal carácter que tenga, entonces es una persona que nunca va a atacar a nadie, va a ser siempre mesurada, etcétera, porque el ambiente en que se desarrolló le proporcionó los elementos suficientes para poder controlar eso que viene desde su interior”, explicó.

Roque aclaró que las personas no controlan sus impulsos de violencia una edad determinada sino que, más bien, esto se aprende a lo largo de la vida mediante intentos mentales, desde el nacimiento hasta la muerte.

“Si alguien se da cuenta que es muy agresivo en su trato, puede hacer un intento mental de comenzar a controlarse, y eso es regularmente lo que hacemos, muchas veces lo hacemos por los resultados que vemos, si vemos que nos metemos mucho en líos porque somos muy impulsivos, pues intentamos controlarlos y tarde o temprano lo vamos logrando.

“Todos tenemos un desarrollo estándar, que se define dentro de la normalidad en la salud mental, la idea de que nadie es sano mentalmente, pues es una idea errónea, la salud mental existe y la tenemos claramente definida”, dijo.

La vida moderna y excesiva competencia

El factor principal, aunado a posibles herencias genéticas, sería, de acuerdo con Juan José Roque, el exceso de competitividad en Nuevo León.

El especialista señala que desde la infancia se les enseña a los niños que deben competir y que nada será gratis, por lo que incluso al llegar al jardín de niños hay quienes presentan examen de admisión, porque quieren estar en la mejor escuela hasta llegar a la universidad.

Posteriormente en la actividad laboral, continúa el alto nivel de competencia, y esas acciones incrementan el estrés fisiológico, que en muchos casos detona en violencia.

“La salud mental se ve sujeta todos los días a los embates que te impone el grupo y el lugar donde tú vives, entonces decíamos, entre más grande el grupo, entre más reto, entre más tienes que luchar, competir, en donde más se valoran logros personales, en donde más se impulsa a que tienes que ser mejor, entre más obligaciones y responsabilidades tienes, en donde te conviertes en una persona, un ciudadano que tiene que ser altamente competitivo como los demás ciudadanos, entonces todo eso va incrementando el estrés fisiológico que el sistema nervioso tiene que producir para poder adaptarte; la vida moderna”.

“La sociedad de Nuevo León, yo creo que desde su creación, la historia del estado es esa, es mucho reto, desde que eres chiquito te están impulsando a que tienes que ser de los mejores, de los buenos, de que si quieres tener una buena posición en la sociedad, tienes que esforzarte, tienes que trabajar, no te lo van a dar gratis, tienes que competir, niños que desde el kínder ya andan presentando exámenes de admisión”, comentó.

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