Una joven de 20 años de Países Bajos se hartó de que los hombres la acosaran por la calle cuando caminaba y una forma de mostrar esta molestia fue tomarse selfies con aquellos que la agredían sexualmente y comenzó a compartir las fotografías en una red social donde concentró a todos los individuos retratados.
Ella sale en todas las fotografías y siempre tiene cara de indiferencia en contraste con los acosadores, quienes no notan si ella está molesta o cómoda con lo que ellos llaman cumplidos.
“Queridos acosadres, no es un cumplido”, aclaró mediante un pronunciamiento en la cuenta de la red social. Ahí aclaró que ese Instagram tenía como objetivo crear consciencia sobre la objetificación de la mujer en su vida cotidiana.
“Ya que muchas personas aún no saben qué tan frecuente ni en qué contexto el acoso ocurre, les demostraré a los sujetos que lo hacen durante un mes”, escribió. Al tomarse esta selfie, explicó, tanto el objetificador como el “objeto” son mostrados en la misma composición.
Por ahora ella explica que terminó con su experimento, pero que continuará publicando en la cuenta, pero ya no solo sobre ella y su entorno, sino que dejará que otra mujer o joven en el mundo la administre para “mostrar que es un fenómeno global”.
Este sujeto la siguió por 10 minutos en la calle y le preguntó “chica sexy, ¿a dónde vas? ¿puedo ir contigo?”.
En esta fotografía no explica cómo estos sujetos la acosaron, pero salen de lo más relajados.
Ellos la llamaron “Mmmm bella y dulce niña”.
