Escuelas de América Latina, región en alerta
Los países que integran América Latina y el Caribe han sido de los más afectados en materia educativa por la pandemia de coronavirus, de no tomar acciones de manera inmediata para revertir el rezago, millones de personas verán truncadas sus oportunidades de desarrollo y superación
Ernesto SantillánAmérica Latina y el Caribe es una de las regiones, fuera de las zonas de conflicto, que más problemas enfrenta en materia educativa y en sus escuelas.
Desde la llegada del primer caso a Brasil de coronavirus, el panorama se ha tornado cada vez más complicado para los estudiantes, así lo demuestra el documento “Educación en pausa”.
Con más de 11 millones de casos reportados entre todos estos países, actualmente el 97 por ciento de los alumnos de la región fueron privados de su educación habitual, pues el cierre prolongado de las escuelas ha significado que aproximadamente 137 millones de jóvenes continúen sin recibir educación presencial.
De acuerdo con la Unicef, esta pérdida tiene graves implicaciones para el futuro de cada niño, niña y adolescente y cada día que pasa con las escuelas cerradas “se va dando forma a una catástrofe generacional que tendrá profundas consecuencias para la sociedad en su conjunto”.
“En otras partes del mundo, las escuelas se han reabierto gradualmente, pero en la región, la gran mayoría permanecen cerradas sin perspectivas inmediatas de reapertura.
“Las implicaciones son preocupantes: en el lapso de pocos meses, se están perdiendo los logros educativos obtenidos con tanto esfuerzo”, señala el estudio.
Matrícula de escuelas a la baja
El 3 de agosto, cuatro meses después de que inició la pandemia y a pocos días de comenzar el ciclo escolar 2020-2021, la Secretaría de Educación Pública informó que se tenían 200 mil escuelas en Educación Básica y un millón 200 mil maestras y maestros, preparados para recibir la migración que se pudiera dar de las escuelas privadas a las públicas.
Durante los meses de confinamiento, y a causa de las medidas para contrarrestar la pandemia, millones de personas y familias han perdido sus trabajos y medios de subsistencia, provocando dificultades para cubrir los gastos necesarios para el regreso de sus hijos a la escuela, por lo que las tasas de matrícula caerán, advierte la Unesco.
Según las proyecciones de esta organización para América Latina y el Caribe, es muy posible que la matrícula escolar de los estudiantes que asisten por primera vez a clase disminuya en más del 1,8 por ciento.
El daño que las niñas, niños y adolescentes están sufriendo hoy ante la pérdida de escolaridad por la crisis sanitaria les traerá repercusiones negativas de por vida.
De acuerdo con el Banco Mundial, el cierre de las instituciones educativas podría costarle a la región hasta 1,2 billones de dólares en los ingresos eventuales de por vida de los alumnos que ahora se ven privados del aprendizaje formal en las escuelas, lo que equivale al 20 por ciento de las inversiones que hacen los gobiernos en educación básica.
“Las pérdidas que esta generación puede sufrir en su educación y en su potencial humano ponen en peligro las esperanzas de la región para su recuperación económica y desarrollo a largo plazo.
“Con una probable contracción del PIB del nueve por ciento en este año, América Latina y el Caribe debe actuar urgente y enérgicamente para evitar que el COVID-19 socave el futuro de los menores”, advierte la organización multinacional.
A la espera de la vacuna
Diversas compañías farmacéuticas han anunciado en los últimos días resultados muy prometedores en el desarrollo de sus vacunas para combatir el SarsCoV-2, sin embargo, hasta que las autoridades regulatorias de cada país no las aprueben, las medidas implementadas por lo gobiernos para prevenir la propagación del virus deberán permanecer activas.
Para dispersar los rumores que señalan que debido a la emergencia sanitaria la vacuna llegaría a México y se aplicaría sin previa revisión, Luisa Fernanda Castro Pantoja, Química Farmacobióloga y Asesora en temas regulatorios, asegura en entrevista para Reporte Índigo que esto no sucederá.
“Antes de usar la vacuna, primero los organismos reguladores deben revisar que se cumpla con la calidad, seguridad y eficacia que es con lo que debe cumplir cualquier insumo para la salud”.
La química farmacobióloga, asegura que mientras no haya una vacuna la mejor manera de combatir esta crisis sanitaria es cumpliendo con las medidas que ya conocemos pero que pocas personas siguen.
“Recordemos que los grupos son muy grandes y las clases se cancelaron porque no se podía cumplir con la sana distancia, una situación que una vez que se aplique la vacuna, seguramente se podrá revertir”.
Preparar la reapertura de las escuelas
De acuerdo con el documento “Educación en pausa” elaborado por la Unicef, existen cuatro elementos fundamentales que se deben considerar antes de retomar las clases.
El primero es el interés superior de la niñez, donde explican que la reapertura debe guiarse por un equilibrio entre los riesgos para la salud y los beneficios para el bienestar y el aprendizaje.
Le sigue la especificidad del contexto, lo cual se refiere a que las decisiones y los enfoques para el regreso a las aulas deben estar relacionados con el entorno del alumno, ser flexibles y sensibles a situaciones cambiantes.
En tercer lugar está el principio de inclusión y equidad: se debe prestar especial atención a las necesidades de los grupos vulnerables, es decir, niñas, niños y adolescentes con discapacidad, refugiados y migrantes, niños de comunidades indígenas y de hogares pobres.
Por último piden prevenir y que haya una preparación escolar donde existan protocolos adecuados que estén alineados con las medidas de salud pública.