El doctor en Física e investigador titular del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Roberto Sussman, es una de las personas que ha realizado más investigaciones sobre los vaporizadores en el país.
Sobre los estudios de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que avalan los decretos presidenciales para prohibir la importación, venta y consumo de estos productos, comenta que están llenos de errores, mentiras y no se sostienen con evidencia científica.
Uno de los principales argumentos de Cofepris es que estos dispositivos cuentan con la presencia de metales pesados.
“Una persona que vive en la Ciudad de México respira una mayor cantidad de plomo que utilizando un vaporizador en las condiciones que se debe usar.
Acabo de publicar un artículo en el que hago una reseña de todos los estudios que han detectado metales en el aerosol y lo que concluimos es que estos estudios metodológicamente son deficientes y cuentan con experimentos mal hechos.
“Los altos niveles de metales en los aerosoles es algo falso. Cuando los dispositivos se usan correctamente, los niveles de metales son más bajos que los índices toxicológicos”, apunta.
Sobre la presencia de vitamina E, el científico expone que es una sustancia no miscible con los líquidos que se usan para fumar nicotina.
“Ellos aluden a un caso que sucedió en Estados Unidos que fue provocado por la distribución en redes del mercado negro de líquidos de THC (Tetrahidrocannabinol, la sustancia psicoactiva del cannabis), no de nicotina.
Fue un brote solo en Estados Unidos, pero ellos lo hacen pasar como si fuera algo genérico en los productos y no lo es.
El especialista además critica que en el último estudio realizado por la Cofepris, 25 de las 30 sustancias que calificó como “ocultas” y “dañinas” son compuestos encontrados en la lista de aditivos o coadyuvantes en alimentos, bebidas y suplementos avalados por la misma comisión.
“Los vaporizadores son una alternativa para el fumador adulto y los riesgos a la salud por el uso de estos productos son muchísimo menores que fumar, es un hecho objetivo que se puede demostrar científicamente y la razón es muy sencilla.
“Con los vaporizadores se elimina la combustión y al eliminarla y producirse un aerosol, que emula el acto de fumar, el fumador en vez de inhalar humo está inhalando un aerosol que es mucho más benigno porque no fue producido por la combustión”, explica.
El científico incluso recuerda que en países como el Reino Unido las autoridades del sector salud recetan vaporizadores a las personas con tabaquismo.
“Me gustaría preguntarles a todas las autoridades que buscan la prohibición y argumentan que es un producto tan dañino si creen que el Gobierno del Reino Unido está envenenando deliberadamente a sus ciudadanos”, dice
Finalmente, sobre el camino de la prohibición que busca el Gobierno, Sussman considera que no terminará nada bien.
“Las prohibiciones ya sabemos que son desastres y la gente que las encamina y las propone podrán tener las mejores intenciones, pero históricamente sabemos que no funcionan. Ellos tienen la fantasía de que con suprimir la oferta se va a terminar la demanda, pero no es así, esa demanda va a ser llenada por fuentes ilegales y es muy posible que entre el crimen organizado”, concluye.
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