La primera deficiencia identificada por Amnistía Internacional es que en las investigaciones de feminicidios y desapariciones, las personas servidoras públicas pierden evidencias relacionadas con los hechos, lo cual sucede por motivos como que no inspeccionan correctamente el lugar de los hechos; no resguardan de forma apropiada los elementos recolectados y no realizan a tiempo algunas acciones periciales o diligencias.
La segunda es que las autoridades no indagan lo suficiente, ya que por un lado, no siempre examinan todas las líneas de investigación posibles en cada caso, lo que es grave sobre todo en la etapa en la que la mujer se encuentra desaparecida, ya que de ello depende la posibilidad de encontrar a la víctima con vida.
Mientras que la tercera es que la perspectiva de género no se aplica correctamente como establecen los distintos protocolos para la investigación de muertes violentas de mujeres, por ejemplo, no se hace (o no se hace correctamente) el raspado de uñas o el exudado vaginal, los cuales son exámenes necesarios para determinar si ha habido una agresión sexual, indica.
El caso Edomex en feminicidios
El informe explica que desde el 2010, en el Estado de México empezaron a visibilizarse en la zona oriente algunos feminicidios que presentaban características similares entre sí, como que las mujeres provenían en su mayoría de áreas marginales y con escasos recursos, eran desaparecidas durante un periodo de tiempo y los cuerpos eran encontrados arrojados en la vía pública, con desmembramientos y signos de tortura y violencia sexual extrema.
“La investigación de estos feminicidios presentó graves deficiencias, como la inacción por parte de las autoridades, la culpabilización y estigmatización de las víctimas, el retraso en el inicio de la búsqueda de las mujeres y el ocultamiento de información a las familias, entre otras omisiones”, menciona.
Uno de los casos que aborda el estudio es el de Nadia Muciño, ocurrido hace 17 años. Éste es un ejemplo de que hay en las investigaciones de feminicidios que se pierden.
“En la primera fase de la investigación, la tesis principal del equipo de peritajes de la Fiscalía fue que Nadia se había suicidado, mostrando una falta de perspectiva de género en sus actuaciones al no considerarse la posibilidad del asesinato y la violencia preexistente contra ella”, señala el documento.
Tras una revisión del expediente judicial del caso de Nadia, Amnistía Internacional señala que el recaudo y la protección de prueba fue tan deficiente que provocó que el caso judicial contra los responsables recayera únicamente en el testimonio de los hijos mayores de Nadia, los cuales tenían únicamente 4 y 5 años.
Entre las recomendaciones que la organización hace a las autoridades federales y del Estado de México, está reconocer públicamente la magnitud de los feminicidios y las desapariciones, así como las deficiencias en las investigaciones de estos delitos; de igual manera pide diseñar e implementar una política pública integral de protección a las personas defensoras de los derechos humanos y periodistas.