Errores de ‘dedo’
El presidente Andrés Manuel López Obrador e integrantes de su gabinete han reconocido equivocaciones en la estrategia para cumplir con algunos de sus compromisos de campaña, desaciertos que han marcado el inicio de la Cuarta Transformación
Imelda GarcíaNo solo las reformas que sacudieron al sistema político y financiero o el presupuesto con matices de austeridad marcaron el inicio de la llamada “Cuarta Transformación”.
El arranque de este gobierno también ha estado caracterizado por errores y cambios en la estrategia de lo que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, prometió en su campaña política.
Los desaciertos y la falta de coordinación derivaron en que el propio titular del Ejecutivo interviniera para evitar conflictos con diversos sectores.
El caso más reciente fue el presupuesto de las universidades públicas, que sufrirían recortes en su ingreso del 2019, y que estuvo a punto de provocar una movilización masiva esta semana para exigir que el Gobierno federal cumpliera su promesa de no reducir el financiamiento a la educación pública.
Como esta, sin embargo, hay otras situaciones que han sido desactivadas con urgencia para evitar su escalamiento.
Universidades, ¿equivación o arrepentimiento?
La reducción de recursos a las universidades públicas en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) del 2019 caló hondo en un sector que por muchos años ha sido afín a Andrés Manuel López Obrador y su movimiento.
La navaja presupuestal alcanzó a todas: la UNAM perdería mil 23 millones de pesos, un 2.6 por ciento menos; el IPN recibiría 205 millones menos, un 1.2 por ciento menos; la UAM, 289 millones menos, un 4.1 por ciento a la baja; y el Colmex, 28.1 millones menos, un 4.8 por ciento también menor
En un primer momento, López Obrador sostuvo que el recorte presupuestal se daba en un intento por aplicar una política de austeridad, por eliminar los lujos y el derroche que hay en todos lados, incluso en las instituciones de educación superior.
“Lo que sí puedo decirles, en general, es que se va a hacer más con menos. ¿Por qué? Se acaba la corrupción, se acaba el derroche. Va a rendir más el presupuesto (…) Es que no es cierto que se reduzca el presupuesto, no (…).
“Aclaro, tiene que rendir más el presupuesto porque deben de terminarse lujos, tiene que haber austeridad republicana”, expuso el lunes el mandatario.
El martes, el presidente comentó que no se trató de una disminución del presupuesto público, sino de una redistribución de recursos para otras áreas de la educación.
“Hay esta inconformidad porque hubo una reasignación del presupuesto y se aplicó el plan de austeridad en todo el gobierno. Hay disminución en el pago de sueldos de los altos servidores públicos y en otros casos de operación.
“De todas maneras, se va a hablar con los rectores para explicarles, para informarles, para escucharlos. Es una obligación que tenemos”, expuso el martes.
Mientras tanto, en redes el tema comenzó a subir de tono. Se hizo masiva la invitación a una marcha convocada por estudiantes de la UNAM, la UAM y el IPN para este jueves.
El presidente decidió desactivar esta bomba y el miércoles por la mañana hizo oficial el anuncio de que reculaba en su intención de recortar recursos a las universidades públicas porque se había tratado de un error.
El golpe presupuestal a las universidades vino una semana después de que en la iniciativa para modificar el artículo tercero de la Constitución, para derogar la Reforma Educativa, se desapareciera la fracción donde se hablaba de la autonomía de dichas instituciones.
El presidente detuvo el conflicto con los inconformes, pues la oposición ya afilaba los cuchillos para dar la batalla por la educación pública.
Solucionar los temas con las universidades le permitió al mandatario evitar problemas en un sector con un amplio apoyo social hacia él y contener las que hubieran sido las primeras protestas contra su gobierno.
Las otras fallas
El de las universidades no ha sido el único desatino del gobierno de López Obrador que ha cimbrado a algunos sectores sociales.
Todavía en el tiempo de la transición, senadores de Morena presentaron una iniciativa para regular el cobro de comisiones bancarias. Solo su presentación en el Senado trajo como consecuencia una caída histórica de la Bolsa Mexicana de Valores.
El entonces presidente electo tuvo que salir al paso para evitar la salida de capitales.
“Yo en la campaña aclaré que no íbamos a hacer ninguna reforma en la primera parte del gobierno en materia fiscal y que no iban a cambiar las reglas de operación en los bancos (…) No vamos a hacer ninguna modificación al marco legal que tiene que ver con lo económico, financiero, fiscal, en esta primera etapa de gobierno, en los primeros 3 años. Porque vamos a acreditar que vamos a sacar adelante al país, con estabilidad, tranquilidad, paz, con dos cosas básicamente: combatiendo la corrupción y con un gobierno austero”, expresó en ese momento.
La postura de López Obrador calmó a los mercados y evitó que la BMV continuara en picada.
La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos fue otro desacierto, pero esta vez de la bancada de Morena en el Congreso, que aprobó una legislación con errores que dio lugar a la presentación de amparos y controversias contra la aplicación de la medida.
El grupo parlamentario del partido del presidente tenía la urgencia de aprobar la medida para que se aplicara en el Presupuesto de Egresos de la Federación, aunque las fallas provocaron que fuera suspendida.
Sin embargo, los legisladores argumentaron que se ceñirán a lo que dice el texto constitucional, de que ningún servidor público podrá ganar más que el presidente de la República.