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El gobierno de Enrique Peña Nieto entra a la batalla digital sin armas ni cronómetro.
Al soslayar en la presentación de su Estrategia Digital Nacional el bajo índice de conectividad en México, da un respiro a los operadores, a quienes el nuevo juguete presidencial no les ha tocado ni con el pétalo de una rosa.
El México conectado que hizo este lunes suspirar al presidente, no se vislumbra en los entretelones de su Estrategia Digital.
En el evento de presentación, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que fungiría como protagonista según las modificaciones constitucionales promovidas por el propio Peña Nieto, quedó relegado al asiento de “invitados especiales”.
En el podio, con la bandera de un puesto creado a modo, Alejandra Lagunes se irguió como la vocera de un México Digital en el que, aún, 7 de cada 10 hogares no tienen acceso a ninguna página de Internet.
La estrategia destaca por sus indefiniciones, alentadas por la inexistencia de la ley secundaria en telecomunicaciones, que ha sido retrasada en el Congreso.
Hasta ahora ha quedado sin respuesta qué papel jugará cada uno de los actores gubernamentales involucrados con la imposición de reglas a los operadores.
México ‘offline’
A pesar del tamaño de su población –112.3 millones de habitantes según las cifras oficiales– y de ser la segunda economía más importante de América Latina, México es el tercer país con menor cantidad de usuarios con acceso a Internet mediante dispositivos móviles en la región.
Solo es superado en el nivel de deficiencia por dos naciones caribeñas: Haití y Cuba, las cuales tienen economías y poblaciones significativamente menores.
Están por delante en la batalla digital, por un largo trecho, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, Argentina.
“Para que México pudiera alcanzar el índice de conectividad celular de Brasil, necesitaríamos tener en la calle 40 millones de teléfonos móviles más en los próximos cuatro años”, explica Jorge Fernando Negrete, especialista en telecomunicaciones.
Esos números urgentes no aparecieron el lunes 25 en la presentación de la Estrategia Digital Nacional.
En su discurso, la coordinadora del programa, Alejandra Lagunes, se limitó a decir que buscan que México pase “del quinto al primer lugar en América Latina” y que logre “avanzar en nuestra posición entre los países de la OCDE en materia de digitalización”.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) coloca a México como el país que gasta menos por habitante en telecomunicaciones, entre todas las naciones miembros.
En una presentación preliminar de esta estrategia elaborada en enero de este año por la Secretaría de la Función Pública, anunciaban que 70 millones de mexicanos no tienen acceso a Internet.
La cifra coincide con la que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el año pasado: siete de cada 10 mexicanos no son usuarios de la Red.
Lagunes refirió en la presentación que “no podemos insertar a México en la sociedad del conocimiento si los mexicanos no están conectados.
“Esto implica tanto las necesidades de infraestructura, así como el desarrollo de competencia en el sector, que se traduzca en mejores precios y servicios para los mexicanos”.
Más allá de esta enunciación, la única medida concreta para lograr que más mexicanos estén conectados, fue el anuncio que se han entregado dispositivos portátiles a alumnos de quinto y sexto de primaria. No dijeron cuántos se han entregado.
Si en los centros escolares y en los dispositivos móviles la conectividad tiene cifras reducidas, en las casas es aún peor. Según el Inegi, sólo 2.6 de cada 10 casas mexicanas tienen conectividad a la red global.
Esto implica que muchos de los usuarios consumen datos en teléfonos móviles o en sitios públicos, con costos que triplican a sus pares en la región.
“Los planes de banda ancha en Brasil, Chile, Colombia y España traen objetivos fijos y cuantificables”, explica Negrete.
La Estrategia peñista, sin embargo, no puso fecha para que exista Internet en las 100 principales ciudades de México, ni en las zonas rurales.
Tampoco se habló de cuántos celulares más habrá en funcionamiento al término de los cinco años que propusieron como periodo de implementación de la estrategia.
Según datos recopilados por la consultora Mediatelecom, que dirige Negrete, México tiene un nivel de penetración de telefonía móvil de 90 celulares, por cada 100 habitantes.
Equivale al 85 por ciento de la población, lo cual podría parecer un buen indicador mientras no se compare con Brasil, que tiene 135 dispositivos móviles por cada 100 habitantes.
“Hace falta poner unidades de medida alcanzable, como cuántos millones de usuarios con acceso a Internet móvil y fijo tendremos al final del sexenio.
“El mercado de telecomunicaciones no es único, es un conjunto de mercados locales y regionales. (En la Estrategia) tendría que venir con precisión cómo nos veremos en cada mercado en las 100 ciudades principales en este país”, detalla Negrete.
El plan peñista no cuantifica estos datos, a pesar de que los planes similares en todos los demás países de la región sí lo han hecho.
“Esto puede tener un efecto declarativo, nada más”, advierte el director de Mediatelecom.
Viejos planes incumplidos
El gobierno ya tiene una estructura para lo que parecía ser la misma propuesta, pero que nunca se cumplió. ¿Qué harán con esa organización?
La política de digitalización en el Gobierno Federal luce como un monstruo de cuatro cabezas.
Tampoco parece que este problema se resolverá con la presentación de la Estrategia.
Por una parte, persiste la Subsecretaría de Telecomunicaciones, a cargo de José Ignacio Peralta, la cual revisa e impulsa los proyectos federales en política de telecomunicaciones.
En la misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes fue ratificada en diciembre del año pasado Mónica Aspe Bernal como Coordinadora de la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Desde esta instancia, Aspe elaboró el proyecto de AgendaDigital.mx, cuyo diagnóstico es similar en muchos aspectos a la estrategia presentada el lunes.
Entre las creaciones del gobierno peñista está el puesto que ahora ocupa Alejandra Lagunes, este es, la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional.
El cargo era inexistente hasta que ella fue nombrada, depende directamente del presidente, y tiene como funciones la elaboración, seguimiento y evaluación periódica de la Estrategia.
Según fue publicado en el Diario Oficial de la Federación en febrero de este año, Lagunes puede orientar la emisión y ejecución de políticas públicas y lineamientos; coordinar acciones con instituciones públicas y privadas; emitir recomendaciones a otras dependencias y participar en la formulación de estándares para la compra y renta de bienes, servicios o tecnologías de la información.
En último lugar de aparición está el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones, el cual será encargado de las funciones regulatorias respecto a los operadores.
Sin una ley secundaria en Telecomunicaciones, que no ha sido aprobada y al parecer no lo será en este año, no se ha definido cómo se coordinarán estas dependencias en la implementación de la Estrategia.
“En otros países se hace una política pública transversal, pero los legisladores no han aprobado la ley secundaria y con ello pueden retrasar la implementación de cualquier política”, asegura Jorge Fernando Negrete.
En México la banda ancha es estrecha
POR ROBERTA CARRILLO
El presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha la Estrategia Digital Nacional que tiene como meta digitalizar la información y trámites que ofrece el gobierno federal. Se fusionarán todos sus sitios web a un solo portal para realizar 7 mil trámites: la “Ventanilla Única Nacional”.
Es un gran avance para México en el mundo virtual, pero en el mundo real ¿qué tantos mexicanos usan Internet? ¿Está México conectado?
Chile, la mitad del costo mexicano
La regla de poner fecha de implementación de los sistemas de comunicación y obligar a los operadores a llegar hasta sitios donde no llegarían en sus planes de negocio, ha funcionado en Chile y en Brasil.
En una entrevista sostenida con Reporte Indigo desde Santiago de Chile, en febrero de este año, Jorge Atton Palma, subsecretario de Telecomunicaciones de aquel país, se congratuló que Chile tendría este año red 4G en todo su territorio.
Atton Palma contó los detalles de la licitación: “Normalmente lo que se hacía era solo cobertura sobre la población general, territorial, pero además pusimos condiciones técnicas de cumplimiento, niveles de satisfacción dentro de los edificios o de las casas”.
La licitación para la banda de 2.5 Ghz estableció que en un máximo de 18 meses los operadores que ganaran tendrían que llegar a las 600 localidades más apartadas del territorio chileno.
“Independientemente de que podía ser 4G, 3G u otra tecnología, los precios de esas localidades deben ser iguales que los precios de las capitales regionales”, dijo Atton (Reporte Indigo, 20 de febrero de 2013).
Las empresas aceptaron. Fueron la española Movistar, propiedad de Telefónica, Claro (nombre de Telcel en Sudamérica) y Entel, principal operador móvil en Chile.
“Esta concesión va a permitir que los chilenos tengan en el mismo contrato servicios de Internet, voz sobre Internet y televisión en línea por 25 dólares mensuales, mientras los servicios de 3G no superarán los 12 dólares, casi la mitad de lo que cuestan hoy en México”, explicó el subsecretario.
Ninguna de estas prácticas fue mencionada en el plan para México.
En cambio, se habló de otras promesas, como una red de sitios gubernamentales interconectados, o la posible existencia de un expediente médico digital.
Cada quién por su lado
En la estrategia presentada no se ha aclarado cómo llevarán la coordinación entre estados y municipios hasta ahora no resuelta
“La estructura metodológica de la Estrategia es lúcida, clara y retoma buenas prácticas a nivel internacional en materia digital, se apega a parámetros internacionales”, acepta el especialista en comunicaciones Jorge Fernando Negrete.
Pero tiene serias deficiencias. Una de las que considera más importantes es que no establece desde el inicio cómo será la coordinación con los estados y municipios.
Como ejemplo, si en la Ciudad de México una persona pudiera comprar por Internet saldo para su tarjeta del metro, o decidiera que este servicio se cobrara de forma automática a su tarjeta de crédito, tendría que ser una iniciativa del gobierno de la ciudad, ya que no está contemplado en la estrategia nacional.
“Los gobiernos de los Estados deben emitir cuanto antes planes de banda ancha robustos y visionarios.
“El tema del e-gobierno no es sólo federal, los estados y municipios deben tener agendas digitales”, destaca el especialista.
La urgencia de esta implementación radica en que muchos de los servicios públicos que usan los ciudadanos son locales y aún difieren en gran medida de una entidad a otra.
Como ejemplo, mientras en la Ciudad de México el registro civil permite hacer la búsqueda exacta de un acta de nacimiento, matrimonio o defunción en su sitio web, en el Estado de México los usuarios deben asistir personalmente a una oficina para realizar una petición de los datos.
El año pasado el gobierno de Felipe Calderón presentó el proyecto AgendaDigital.mx y el diagnóstico que presentaron era similar al que hoy muestra el gobierno de Peña Nieto.
Ambos dejan de lado un mapeo de cómo están en los estados y municipios los proyectos de inclusión digital, acceso a telefonía e Internet en las distintas regiones de México.
De forma paralela, algunas entidades y gobiernos municipales han buscado efectuar “estrategias digitales”, que van desde la implementación de programas de acceso gratuito a Internet en sitios públicos, hasta la conexión de sus distintos portales de gobierno.
Algunos de los Estados que han iniciado programas digitales son Sinaloa, Colima, Sonora, Coahuila, Jalisco, Guerrero, Guanajuato, San Luis Potosí, Morelos, Quintana Roo, Distrito Federal, Hidalgo y Durango.
Lecciones digitales de Obama
El presidente estadounidense también apostó a la “ventanilla única” para el ‘Obamacare’ y el resultado fue devastador. No tuvo éxito, fue criticado y perdió popularidad. Conoce el caso
POR RODRIGO VILLEGAS
Desde el año 2009 el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le apostó a una ambiciosa reforma de salud.
La iniciativa cambiaría el paradigma sobre la cobertura universal y el estado de bienestar en ese país.
Luego de meses Obama logró la aprobación en el Congreso y la ley, conocida como “Obamacare”, no era la óptima, pero satisfacía lo que el presidente buscaba.
La implementación tardaría al menos un año, cuando ciertos beneficios iniciarían.
Un año después de su reelección, algunas de las leyes más representativas de la reforma tuvieron que haber iniciado.
Entre ellas la activación de un sitio electrónico en el que los ciudadanos podrían aplicar y solicitar un plan de salud de acuerdo a sus necesidades.
Es decir, escoger empresas y planes específicos, todo a través del sitio Healthcare.gov.
El proceso fue considerado como uno de los más complejos y burocráticos.
La estrategia Peña, barbas a remojar
Al igual que la iniciativa que presentó el presidente Peña Nieto de la “ventanilla única”, el sitio de Internet que desarrolló el gobierno estadounidense tenía como propósito sintetizar el proceso y hacerlo más accesible para los usuarios.
También promover una mejor calidad en los servicios de seguridad social, utilizando una estrategia digital que representara un paso mayúsculo hacia la modernización de sectores estratégicos del país.
Healthcare.gov fue la herramienta y promesa, ya que no ha logrado satisfacer a los ciudadanos y tiene al presidente contra las cuerdas.
Los problemas iniciaron cuando a la página web fue abierta al público a principios de octubre.
En pocos días la controversia se desató, luego de que se diera a conocer que la capacidad de los servidores utilizados para el sitio fue insuficiente.
La página se colapsaba cuando el número de visitantes superaba los 30 mil.
En 10 días el gobierno aceptó que se habían detectado una serie de fallas técnicas en los servidores, que estaban imposibilitando que millones no lograran adquirir un plan vía electrónica.
El caos de Internet baja su popularidad
El caos y la crítica se apoderaron de la tan anunciada reforma de salud por las fallas en su opción de utilizar la red para los trámites.
Millones de usuarios saturaron las líneas telefónicas ya que el sitio presentaba fallas que hasta la fecha los programadores no han podido solucionar.
Las estadísticas oficiales reportaron que al menos 19 millones de usuarios visitaron el portal, de los cuales solo 500 mil habrían logrado aplicar a un plan de salud.
De los 50 estados de la Unión Americana, 36 dependen del sitio federal para poder suscribir a sus ciudadanos a un seguro médico.
La problemática escaló.
El Partido Republicano, representado por una abrumadora mayoría en la Cámara de Representantes, atacó la administración de Obama.
El problema, originado por una programación defectuosa, fue excusa para intensificar los embates contra la reforma a la ley de salud.
El drama norteamericano giró en torno a las fallas técnicas del sitio.
Senadores y congresistas se pronunciaron por la renuncia de la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, a quien llamaron a comparecer ante distintas comisiones legislativas el 30 de octubre.
La administración de Obama implementó planes de contingencia e instaló una comisión a cargo de la reparación y optimización del sitio de Internet.
Todo un ejército de especialistas y programadores trabajan día y noche para arreglar el problema, según reportó el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney.
La desesperación llegó a tal punto, que la Casa Blanca contrató los servicios de Verizon, la gigante de telecomunicaciones, y Google, para apoyar los esfuerzos de reconstrucción del portal de salud pública.
Los legisladores demandaban que la empresa contratada rindiera cuentas y fuera sancionada.
La corporación que falló fue United Health Group Inc. de Quality Software Services, que ya había prestado servicios al gobierno.
Como consecuencia, los índices de aprobación y popularidad del presidente disminuyeron entre 5 y 7 por ciento, de acuerdo a CNN y el New York Times.
Todo el capital que había ganado Obama tras el apagón gubernamental, atribuido por la población al Partido Republicano, lo perdió en una apuesta moderna y digital.
La herramienta electrónica –el Internet y las redes sociales– que lo llevaron al poder en 2008, esta vez jugaban en su contra.
Por ello el ambicioso plan del presidente Peña Nieto tiene un reto por delante que vencer; la satisfacción del usuario.
La transparencia, eficiencia y capacidad del sistema construido para realizar más de 7 mil tramites y canalizar en una sola “ventanilla” la información, es un desafío mayúsculo del cual el gobierno del mandatario federal puede aprender de las lecciones de Barack Obama y su apuesta digital.