Sin memoria no hay justicia y sin justicia no hay paz. Hoy la Secretaría de Gobernación que encabeza Olga Sánchez Cordero ofrecerá una disculpa a las familias de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, los estudiantes del Tecnológico de Monterrey asesinados por elementos del Ejército Mexicano hace nueve años.
“En cumplimiento al derecho a la verdad y la justicia se ofrecerá una disculpa pública a las familias de las víctimas por el homicidio de Jorge y Javier, reivindicando públicamente su nombre”, mencionó la secretaria de Gobernación en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La noche del 19 de marzo de 2010 los jóvenes salieron de la biblioteca del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), rumbo a una de las casas de alojamiento. A las afueras de la institución privada ocurría un enfrentamiento entre un grupo de la delincuencia organizada y militares.
“¡Eran estudiantes de excelencia del Tecnológico de Monterrey, no sicarios!”, menciona un desplegado difundido por la dependencia en diversos medios.
Jorge Antonio y Javier Francisco eran compañeros de la maestría. La madrugada en que ocurrieron los hechos, estaban estudiando para los exámenes trimestrales hasta los primeros 38 minutos del sábado 20 de marzo.
Al percatarse del enfrentamiento, los jóvenes regresaron al plantel y dentro del campus, fueron abatidos a tiros, siete minutos después. El doble asesinato ocurrió frente a la caseta de vigilancia, en la puerta de la calle Luis Elizondo y la avenida Eugenio Garza Sada.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Procuraduría de Justicia de Nuevo León señalaron que eran sicarios.
La Séptima Zona Militar, brazo armado del Ejército Mexicano en Nuevo León, a cargo en ese entonces del general Cuauhtémoc Antúnez, dijo a los medios la misma versión.
“Era una zona de guerra el Tec, lo manejaron como sicarios, porque en ese entonces el Ejército daba informes. Por desgracia así lo difundimos los medios, porque era información oficial. Después, transcendió que había dos estudiantes desaparecidos”, recuerda, en entrevista con Reporte Índigo, José Ángel Ramírez, corresponsal del canal Estrella TV de Estados Unidos.
Pese a la insistencia de los familiares, las administraciones anteriores se negaron ofrecer una disculpa pública.
Mercado Alonso y Arredondo Verdugo fueron dos de las primeras víctimas colaterales de una lucha contra el narcotráfico iniciada en el sexenio del expresidente panista Felipe Calderón.
En esta lista de inocentes que murieron a manos del crimen también está Jorge Otilio Cantú, un joven de 29 años abatido por militares vestidos de policías de la Secretaría de Seguridad Pública, el 18 de abril de 2011, en la colonia Valle de Las Brisas al sur del Monterrey.
En ese mismo año, pero en el mes de agosto, ocurrió la masacre en Casino Royale, que dejó a su paso 52 inocentes muertos.
Entre el júbilo y la preocupación
Rafael Rangel Sostmann, rector de la institución desde 1985 hasta 2011, publicó, a través de su página oficial de Facebook, tres preguntas sobre la disculpa pública del gobierno actual.
¿Quién dio la orden a los soldados de proceder de esta forma?, ¿se han excluido o por lo menos identificado a las personas en el ejército y en el gobierno federal que tomaron esta decisión? y ¿estas personas en el alto mando del ejército serán ahora los responsables de la seguridad nacional? fueron los cuestionamientos del exrector
Rangel Sostmann expresó que la acción que encabeza la Segob le generaba un dilema, pues el crimen no se había resuelto de fondo y la situación actual es la misma que hace nueve años.
“El crimen de fondo estuvo en haber desaparecido a los dos alumnos y haber eliminado sus pertenencias, que incluían los documentos de identificación, con el fin de negar que eran estudiantes del Tecnológico de Monterrey y después acusarlos de que eran parte del crimen organizado”, menciona la publicación.
Además de ejecutar a los estudiantes de posgrado, el Ejército Mexicano puso en los cuerpos armas para justificar el asesinato y destruyó la cámara de seguridad de la escuela que grabó las evidencias.
El académico se dijo entre el júbilo y la preocupación. Por una parte, calificó la disculpa como un acto humano y de humildad por parte del gobierno federal y de gran valor para los padres de familia de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo. Pero añadió que el problema de fondo sigue vigente, cobrando víctimas inocentes.
Actividades por Jorge y Javier
08:30
Guardia de honor
11:00
Disculpa pública
14:00
Develación de la placa conmerativa
En la Cineteca de Nuevo León
20:30
“Hasta los dientes”