Equidad pendiente
En México cuando se habla de derechos normalmente son las mujeres las que buscan la igualdad con respecto a los hombres, sin embargo, cuando se trata de cuidar de los hijos, son las personas del género femenino quienes gozan de mayores beneficios laborales, creando una brecha que impide alcanzar una verdadero equilibrio entre ambos sexos
Luz Rangel[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_alj6lafr” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /]
¿Quién debe pasar mayor tiempo al cuidado de los hijos? ¿De quién es el derecho y la obligación?
Los hombres y las mujeres son iguales ante la ley y ambos, cuando trabajan, requieren de un periodo breve de ausencia laboral sin que esto afecte su sueldo inmediatamente después del nacimiento o la adopción.
Sin embargo, cuando se trata de otorgar una licencia de paternidad, este derecho no aparece en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no es de la misma duración que el permiso por maternidad y el pago de salario durante los días sin trabajar lo cubre el empleador y no el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Tras las elecciones del 1 de julio, por primera vez el Congreso de la Unión quedó integrado por casi el mismo número de legisladores y legisladoras, lo que enriquece la agenda en la llamada legislatura de la paridad de género.
En el pleno se han tratado temas sobre la violencia contra las mujeres, los derechos de la comunidad LGBTTTI y la situación de las trabajadoras domésticas, pero ampliar o equiparar la licencia de paternidad es un pendiente legislativo que cumplió seis años en la congeladora.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha manifestado que la licencia de paternidad brinda más oportunidades de interactuar con los hijos y, sobre todo, repercute de forma positiva no sólo en el hogar, también en el trabajo.
Además ha instado al Estado mexicano a adoptar todas las medidas legislativas y administrativas para contribuir a transformar roles y estereotipos tradicionales mediante este permiso.
En 1974 Suiza fue el primer país en conceder este derecho, mientras que a México llegó hasta 2012, durante la administración del expresidente Felipe Calderón.
Desde entonces, el artículo 132, fracción XXVII BIS, de la Ley Federal del Trabajo, establece esta obligación de los patrones. Los días de descanso se cuentan a partir de la fecha de nacimiento del infante o cuando la familia reciba al menor adoptado.
“Otorgar permiso de paternidad de cinco días laborables con goce de sueldo a los hombres trabajadores por el nacimiento de sus hijos y de igual manera en el caso de la adopción de un infante”, menciona el marco legal, más no el constitucional.
Esto contrasta con el derecho de las madres de familia que equivale a 12 semanas y está establecido en la Constitución de 1917.
“Gozarán forzosamente de un descanso de seis semanas anteriores a la fecha fijada aproximadamente para el parto y seis semanas posteriores al mismo, debiendo percibir su salario íntegro y conservar su empleo y los derechos que hubieren adquirido por la relación de trabajo”, dice sobre las mujeres el apartado V del artículo 123.
“Está solamente en la Ley Federal del Trabajo, no lo paga la seguridad social porque no se ha reformado, es una prestación de contrato, no es una prestación de ley. Y lo que hoy está sobre la mesa es que se reforme la ley del IMSS y el ISSSTE”, explica la senadora de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado, en entrevista con Reporte Indigo.
Hacia una nueva paternidad
La licencia de paternidad es un tema que se ha discutido principalmente en las comisiones de trabajo, salud y seguridad social, pero no en la de equidad de género pese a que genera beneficios para las mujeres.
“Este permiso implica que vamos cambiando generacionalmente nuestra idea de cuidado y hogar, porque mientras las mujeres sigamos siendo las casi únicas responsables, en lo privado, la igualdad en lo público no va a poder concretarse”, advierte la senadora Patricia Mercado.
Durante el sexenio de Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México, Patricia Mercado fue secretaria del Trabajo y Previsión Social y su administración constató que a pesar de que los varones tienen este derecho, no lo ejercen.
“Un hombre que deja sus responsabilidades laborales es calificado como un hombre flojo, mandilón o que busca pretextos para no ir a trabajar. A veces no toman ni siquiera los cinco días por ser mal vistos. En la Capital la licencia era tomada por los escalafones salariales más bajos, no por los altos funcionarios”, revela.
“Es algo simbólico; los primeros días del nacimiento de una criatura son importantes, necesita cuidados, como la madre que acaba de parir. A veces el padre no establece este vínculo con ellos, normalmente los cuidados los da la madre, la suegra o las hermanas”, afirma.
Los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México disponen de 15 días de permiso para estar con sus hijos; el Instituto Politécnico Nacional (IPN) otorga el mismo periodo a sus empleados al acreditar un taller de paternidad.
“Una de nuestras particularidades es que hemos creado toda una política integral y una estrategia para incidir en los varones. La mayoría piensa que aquí vamos a enseñar a cambiar pañales o cambiar biberones pero vamos más allá, lo que buscamos es sensibilizar sobre el tipo de paternidad que queremos vivir o ejercer”, dice en entrevista Óscar Iván Godínez Guzmán, Jefe del Departamento de Planeación y Evaluación de la Red de Género del IPN.
Godínez Guzmán detalla que en los módulos de este curso, que tiene dos días de duración de 09:00 de la mañana a las 02:00 de la tarde, se trata de reflexionar sobre los conceptos de género, la violencia y las nuevas paternidades ante la falta de información que existe y la cultura machista.
Además menciona que uno de los retos que enfrentan los hombres no sólo es el reconocimiento de este derecho, sino su equiparación con el de las mujeres.
La exigencia por la igualdad
Durante años la tendencia en la Cámara de Diputados y Senadores fue pedir un aumento de días para la licencia de los padres de familia. Ahora el debate es ampliar o equiparar este permiso con el de maternidad.
Los mexicanos también opinan. La Encuesta Nacional de Género 2015 realizada por la Universidad Nacional Autónoma de México, revela que 54 por ciento de los encuestados estaría de acuerdo en que la duración del permiso de paternidad fuera de la misma duración que el de maternidad.
Datos del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República señalan que desde el 2012, cuando fueron concedidos cinco días hábiles, en el Congreso de la Unión se han presentado más de 22 iniciativas para ampliar el periodo de licencia de paternidad.
A la fecha seis están pendientes en comisiones de Cámara de origen o revisora porque las demás no fueron dictaminadas a tiempo o el legislador promovente las retiró.
Ninguna había considerado un permiso de igual extensión para padres y madres hasta el 23 de octubre de 2018, cuando Miguel Ángel Mancera, líder de la bancada del PRD en el Senado de la República, presentó una iniciativa para conceder diez días hábiles en caso de nacimiento o seis semanas si se trata de adopción.
“En el propio lenguaje que buscamos, que es igualitario en cuanto al género, no habría ni siquiera que hacer una distinción entre maternidad o paternidad, la licencia lo que busca es el permiso de ambos padres”, dijo Mancera a este medio.
“Estos permisos por paternidad contemplan la adopción. Pero como se asume que son las mujeres las responsables del cuidado de los hijos, son ellas las únicas que tienen derecho a guarderías”, critica Mercado.
La propuesta perredista da prioridad a los padres solteros y aboga porque tengan acceso a las estancias infantiles, siempre y cuando cuenten con seguridad social. En caso de que falte la madre y existan hijos menores de 12 años su licencia podría incrementarse a ocho semanas.
Los padres solteros que tengan un hijo con discapacidad o requieran atención médica también podrán ausentarse por el mismo tiempo.
“La apoyaron todos los grupos parlamentarios y eso me da un señalamiento de que va por buen camino y que podría concretarse muy pronto”, confía el exjefe de Gobierno.
Los retos de México
El único país que tiene licencias paritarias es Islandia, son cinco meses obligatorios tanto para hombres como mujeres, y dos meses opcionales. En palabras de Patricia Mercado, México debería aspirar a una política de maternidad y paternidad similar.
Sin embargo, hay diferencias a nivel mundial sustanciales. En promedio, los 36 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuya misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo, otorgan siete semanas de licencia de paternidad y en 11 de estos el tiempo concedido es mayor.
México parece tener una desventaja respecto a los países que integran la OCDE, y también en América Latina. Venezuela otorga 14 días de licencia, le siguen Ecuador y Uruguay con 10 días laborales, mientras que el resto de los países concede menos días o ese derecho no se contempla en sus leyes.
El estudio “Las prestaciones familiares públicas en América Latina” que publicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su salud siglas en inglés) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela que el gasto público por licencias de paternidad representa 0.03 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en México.
Esta cifra es la mitad respecto al promedio de 0.6 por ciento de América Latina y cerca de la décima parte del 0.28 por ciento que representa en Chile. En este país la licencia de paternidad tiene la misma duración pero se destinan mayores recursos a este derecho.
Mancera también hace un llamado a prestar atención a un interés superior: la niñez.
Por su parte, la senadora Patricia Mercado menciona la importancia de involucrar a las empresas privadas para hacer que los hombres tomen estos cinco días de licencia.
Pero ¿qué sucede con quienes tienen un trabajo informal? El exjefe de Gobierno capitalino menciona que se requiere de una política de cuidados.
“Aquí lo que entraría es contar con el personal especializado en lo que se ha denominado como la política de cuidados. Se busca que la persona que la ejerza tenga los conocimientos necesarios para ello, es decir, cualquiera puede cuidar a alguien pero no cualquiera está capacitado para hacerlo específicamente”, concluye.