Ataviado con la banda presidencial y escoltado por cámaras luces y reflectores, el presidente Enrique Peña Nieto salió a las 12:05 de su despacho presidencial a dar su Quinto Informe de Gobierno en el Patio d Palacio Nacional.
Peña saludó y estrechó las manos de los presentes, ellos le regresaban el gesto con aplausos por más de tres minutos.
A su mano derecha se encontraba su Gabinete, a su izquierda los 31 gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad de México. Imelda Gómez, vicepresidenta de la Cámara de Diputados; Ernesto Cordero, presidente del Senado; el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, estuvieron con él en el Presidium.
El primer eje que tocó durante el Informe fue la seguridad en el país, la cual ha arreciado según las últimas cifras proporcionadas por el Gobierno Federal.
“Recuperar la seguridad es la mayor exigencia de la sociedad Mexicana”, dijo Peña Nieto para después enumerar los logros de su gobierno: detención de 107 de los hombres más buscados en el país, baja de la incidencia de los homicidios dolosos de 2015 a 2016 y baja en la incidencia de delitos del fuero común.
“Este año (2017) se revirtió, pero los crímenes ya no son por el crimen organizado, son crímenes del fuero común”, se excusó Peña Nieto por el aumento de la violencia en el país.
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Respecto al tema de corrupción, el presidente recalcó que los servidores públicos ya están siendo investigados y procesados, sin importar partido político ni nivel de gobierno.
La pobreza extrema en México sigue siendo una de las constantes, según el Informe, esta descendió de 42.3 millones en 2012 a 34.6 en 2016 y Peña previó que en una década quede erradicada.
La declaración que más aplausos ocasionó, fue la referente a la relación bilateral con Estados Unidos, a la que Peña Nieto dijo que debe de ser mediante los principios de soberanía, defensa de interés nacional y protección de los connacionales.
“Lo he dicho y lo reitero: no aceptaremos nada que vaya en contra de nuestra dignidad como nación” los asistentes rompieron en aplausos y gritos “mi porra”, dijo entre dientes.
Agotado y después de tener más de una hora hablando, Enrique Peña Nieto terminó su Quinto Informe de Gobierno, agachó el rostro, se llevó una mano hacia la frente y con ella se secó el sudor, después entonó el himno nacional. Al terminar y ya fuera de micrófono se le escuchó gritar ahogadamente “¡Viva México!”, pocos le regresaron el “Viva”.