Episcopado pone reglas

Ernesto Santillán Ernesto Santillán Publicado el
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México no se puede entender sin la relación de poder que ha existido durante siglos entre la iglesia Católica y el poder Ejecutivo.

Por ello, frente a las elecciones más grandes, complejas y caras de la historia del país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publicó un documento titulado ‘Lineamientos para la Prevención de Sanciones Administrativas o Penales para Ministros de Culto en Materia Electoral’, en donde dejan en claro las acciones que por ningún motivo deben realizar los sacerdotes.

La primer regla que deben cumplir los ministros es no promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a ningún candidato

Los temas que trata el documento están explicados en ocho puntos clave donde estipulan de manera clara los límites de la actuación de los ministros de culto para el proceso electoral 2018.

La primer regla que deben cumplir aquellas personas que forman parte de la Iglesia Católica es no promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a ningún candidato o partido político, directa o indirectamente en actos de culto, sean dentro o fuera de los templos, tanto en la predicación como en los avisos a los fieles.

El siguiente punto pide no criticar o atacar en actos de culto a ningún candidato o partido político que esté contendiendo por algún cargo de elección popular.

Tampoco se les permite distribuir ni permitir la distribución dentro de los templos o sus lugares adyacentes, de ningún tipo de material (audio, video, escritos, trípticos, folletos) que contenga propaganda electoral directa o indirecta a favor o en contra de algún candidato o partido político.

La cuarta regla pide que a los fieles laicos no se les permita utilizar los lugares y los actos de culto público para realizar propaganda electoral directa o indirecta a favor o en contra de ningún candidato o partido político.

La quinta normativa pide no colocar ni permitir la colocación de ningún tipo de propaganda electoral directa o indirecta, a favor o en contra de ningún candidato o partido político

En caso de que se lleven a cabo entrevistas, la sexta regla pide omitir aquellas respuestas a preguntas que se refieran sobre algún proceso electoral cuando impliquen como consecuencia la opinión o propaganda a favor o en contra de algún candidato o partido político.

En cuanto a la relación entre los candidatos y los ministros de la iglesia, el séptimo punto advierte que no se deberán sostener reuniones en lugares o actos de culto con abanderados o partidos políticos en período electoral ni tener encuentros sociales en lugares públicos con ellos.

Por último los lineamientos establecen que está prohibida la realización de reuniones con fines políticos o partidistas dentro de los templos.

Lo que está permitido

En el documento ‘Lineamientos para la Prevención de Sanciones Administrativas o Penales para Ministros de Culto en Materia Electoral’ también se establecieron ciertas actividades que éstas personas pueden realizar sin incurrir en una sanción.

Hablar y publicar sobre la importancia de la participación ciudadana en las elecciones como un deber ciudadano y cristiano, aun cuando sea en un lugar o acto de culto está permitido al igual que hablar y publicar sobre el ejercicio del voto libre, secreto, informado y responsable.

También tendrán permitido promover los derechos humanos a la libertad religiosa y libertad de consciencia además de poder exponer la doctrina cristiana en términos generales sobre temas variados como la vida, la familia, el matrimonio, los derechos humanos y la ética pública.

En cuanto a la convivencia con cualquiera de los candidatos a un puesto de elección popular, la única relación que podrán tener con éstos será para brindarles atención espiritual siempre y cuando se lleve a acabo de manera privada y personal.

El voto cautivo

El peso de las creencias religiosas a la hora de hacer política va más allá de la Iglesia Católica y de sus acciones, pues actualmente hay partidos que claramente favorecen ciertas ideas religiosas mediante las cuales han logrado captar a una buena parte del electorado que comulga con ellas.

Tal es el caso del Partido Encuentro Social, el cual forma parte de la coalición “Juntos Haremos Historia” donde también se encuentran el Partido del Trabajo y Movimiento Regeneración Nacional.

La alianza que encabeza el candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador ha generado mucha polémica precisamente por la adición del PES, un partido catalogado como de extrema derecha y con ideas religiosas cuando los otros dos partidos que los acompañan sostienen ideologías de izquierda.

La coalición Juntos Haremos Historia ha causado polémica por incluir al PES, un partido ultraconservador

El Partido Acción Nacional, cuya ideología ha sido clasificada como de centro derecha también ha recibido durante décadas el apoyo de la comunidad católica en México y ha buscado defender los intereses de este grupo religioso cuya agenda va en contra del matrimonio igualitario, las familias homoparentales, la legalización de la marihuana o el aborto.

Con este tipo de acciones, los partidos como el PAN y el PES han logrado mantener prácticamente cautivo el voto de las dos religiones más practicadas en el país.

En cuanto a la relación entre la Iglesia Católica y los partidos políticos, el especialista en temas religiosos Bernardo Barranco, comentó en entrevista para Reporte Indigo que él no considera que en este momento la iglesia vaya a jugar un papel tan avasallante en este proceso electoral.

“Yo lo que veo acá, en especial con la llegada del nuevo arzobispo Carlos Aguiar Retes, es que el reto actual de la Iglesia Católica no es político sino pastoral”, explicó.

De acuerdo con el especialista, este cambio de rumbo se debe gracias a la salida del exarzobispo Norberto Rivera, quien asegura que sí vendía a la clase política el voto católico.

“Yo creo que los más importante es la salida de Norberto ya que éste le vendió con éxito a la clase política el voto católico.

Sobre todo en el año 2016, después de que Peña se abrió a la posibilidad del matrimonio igualitario y de que el partido perdiera en las elecciones de ese año muchos de los estados que solía gobernar.

Tras el fracaso, Norberto Rivera salió a decir: “fuimos nosotros: hay un voto católico de castigo”.

Lo que pasó después es que todos los candidatos le bajaron mucho a sus propuestas en materia de aborto y de matrimonios igualitarios.

Creo que la carencia de esa presión que ejercía Rivera va a ser muy positiva en el proceso electoral actual”, finalizó Bernardo Barranco.

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