Entre la violencia y el silencio

En la administración pasada se maquillaron las cifras de seguridad para ofrecer una imagen distinta sobre la violencia en Jalisco. 

Existían discrepancias entre las cifras de asesinatos publicadas por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) y las de la Procuraduría General de Justicia.  En esta administración la tendencia parece ser similar. 

La información sobre homicidios, robos y demás delitos cometidos, que han sucedido en esta administración, no está publicada en la página del gobierno de Jalisco. 

Dependencias como la Fiscalía General del Estado (FGE) no publica los datos completos de las estadísticas del delito en el estado. 

Jalisco duplica en homicidios a uno de los estados más violentos del país: Nuevo León. 

Las tardanzas o filtros en la entrega de la información de seguridad enrarecen la percepción de la violencia que se vive en el estado. 

Porque se sabe de operativos del Ejército o la Marina, de los que luego no se rinden informes: la información y las cifras se limitan. Por eso a la fecha se conoce con poca precisión los datos sobre la violencia en el estado. 

Personajes como el fiscal general del estado Luis Carlos Nájera Gutiérrez muestran una evidente molestia cuando los medios de comunicación los cuestionan.  

En rueda de prensa sobre la desaparición y el asesinato de los jóvenes Luis Antonio Ortiz y Andrés Barba, el fiscal general del estado se corrigió sobre la fecha en que encontraron los cuerpos de los adolescentes: 

“La persona que hoy fue presentada y que detuvimos desde el viernes es este joven… el sábado perdón (…) Les pido a los medios de comunicación que nos tengan paciencia, a veces las cosas no se dan a conocer porque tenemos que irnos con pruebas firmes y científicas, no únicamente con dichos de detenidos”. 

Fue lo que señaló el fiscal general en aquella rueda de prensa el pasado 2 de julio. Aunque la implicación de los jóvenes con la presunta molestia o burla al hijo de un capo, también vino de un dicho de uno de los detenidos y esa información sí decidió mencionarla. 

Ahora los padres de los menores señalan lo contrario y dicen que la autoridad miente. 

También en el caso de la presentación de los detenidos implicados en el asesinato del exsecretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez, se supo que desde días antes de la rueda de prensa del fiscal, la autoridad había realizado la detención. 

En la sesión de preguntas de la rueda de prensa sobre los jóvenes, Nájera refirió ante cuestionamientos incómodos: 

“No tiene ningún valor informativo esta información (…) no tiene ninguna trascendencia informativa (…) solo en caso de que creamos que tiene algún  beneficio informativo lo diremos (…) No tiene ningún valor informativo y la nueva política de comunicación nos pide que no hagamos ese tipo de apologías”. 

También es común que las áreas de comunicación del gobierno del estado -en especial la de la FGE- traten de recriminar a los medios de comunicación su crítica a la actuación de la autoridad, la forma en la que buscan informar; en la misma rueda de prensa el fiscal refirió: 

“Y el enojo…  quienes victimaron a estas personas son los delincuentes, no es el gobierno. Yo les pido que encaucemos todo esa frustración y todo ese enojo, ese coraje, hacia quienes victiman a estos jóvenes y hacia quienes los levantan, no hacia las autoridades”. 

Durante el gobierno de Emilio González Márquez las autoridades de seguridad maquillaban la información de seguridad para dar la percepción de que no había tanta violencia en el estado 

A la fecha, la historia parece similar y con una consigna comunicativa aún más invasiva para la libertad de expresión. 

Y es que con el pretexto de la activación de las áreas de seguridad y la procuración de justicia de Jalisco por la formación de la FGE, en esta nueva administración se busca minimizar la violencia en el estado. 

Más violento que Nuevo León 

A pesar de que algunos estados del norte del país sufrieron brotes de violencia en los últimos años por el enfrentamiento de grupos criminales, o la guerra de cárteles, ahora Jalisco está entre las entidades más violentas del país. 

Y es que aunque de enero a junio de este año, en Nuevo León se registraron 455 homicidios, según cifras de la Procuraduría General de Justicia de dicho estado, en Jalisco la cifra es cerca del doble, y se trata de un registro distinto, puesto que la FGE no publica estos datos. 

Actualmente se sabe -según cifras del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) – que de enero a junio se han realizado 843 autopsias por homicidio en Jalisco.  

De enero a junio de 2012, se registraron 789 autopsias por homicidios, según cifras del IJCF.  Con lo que hubo un incremento en los homicidios registrados en el mismo periodo en 2012 y 2013 por el IJCF. 

Las cifras sobre secuestro y robo son más imprecisas, pues la autoridad que debería reportarlas no las tiene en su sitio de Internet. 

Violencia en la ZMG 

Del 1 de enero hasta la segunda 

quincena de julio (domingo 14) se cometieron 544 homicidios en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). 

Según las cifras del IJCF la mayoría tuvieron lugar en Guadalajara (159) y Zapopan (156).

En el mismo periodo de tiempo del año pasado, fueron registrados 530 homicidios en la ZMG, con lo que se presenta un ligero incremento. 

Las estimaciones en cuanto a cifras de secuestro, extorsión y robo,son imprecisas por la falta de datos oficiales. 

Un retraso en la entrega que –por las fechas de la ausencia de la información- parece obedecer a una razón gubernamental para que no se conozcan las cifras de seguridad del estado. 

Aunque el incremento de la presencia de mantas y otros anuncios en las calles para anunciar la desaparición de familiares es evidente en las calles de Guadalajara, no hay cifras precisas sobre desapariciones en esta administración. 

Una “política de comunicación”, que por lo que muestran las actitudes del fiscal del estado y otros funcionarios de la administración jalisciense, busca controlar los cuestionamientos de la prensa sobre el trabajo del gobierno en materia de seguridad.