Entre amenazas de enfermedades respiratorias
La falta de vacunas contra COVID-19 para los menores de cinco años, la limitada campaña contra la influenza y la relajación en las medidas de protección y uso de cubrebocas provocó un repunte en los contagios de los virus que ocasionan enfermedades respiratorias en la antesala de una época con saturación hospitalaria
Elizabeth González-Manrique y Rubén ZermeñoDespués de tres años de pandemia pensamos que ya podíamos respirar tranquilos y superar la crisis sanitaria y económica que nos dejó el COVID-19, pero una nueva oleada de enfermedades respiratorias están alertando al mundo y llenando los hospitales y consultorios.
La amenaza ya no solo es el SARS-CoV-2, sino que está temporada invernal tendremos que lidiar con la influenza H1N1, H3N2 y con un nuevo brote de Virus Sincitial Respiratorio (VSR), que puede desencadenar enfermedades respiratorias graves como bronquiolitis y neumonía.
Los más vulnerables a este virus, además de las personas con comorbilidades, son los niños menores de dos años que podrían llegar a necesitar hospitalización.
Algunas de estas amenazas no son nuevas —son estacionales—, es decir, conforme comienza la época de frío llegan y se van con la primavera, pero las autoridades de salud en todo el mundo están alertando por el aumento, nuevamente, de las hospitalizaciones por enfermedades respiratorias.
Entre las causas de estos nuevos contagios, señalan especialistas, podría estar la falta de vacuna de COVID-19 para menores de cinco años, la desaceleración del ritmo de vacunación para los distintos tipos de influenza y la relajación, principalmente en instituciones educativas y centros de trabajo, de las medidas sanitarias de protección y el uso de cubrebocas en espacios públicos cerrados.
Aunque el término no es avalado por profesionales de la salud, es común escuchar entre la población que nos encontramos ante una “tripledemia”.
Fabiola, madre de familia de un niño de cuatro años de edad que acaba de ingresar a educación preescolar, cree que su hijo fue uno de los primeros en ser víctima de esta “tripledemia”. El menor de edad comenzó con varias “gripitas” y terminó internado en el hospital.
“Mi niño empezó a ir a la escuela y cada semana con gripita, tos y hasta fiebre. Así estuvo dos meses, unos días bien y otros mal, sin embargo, en una de esas se le complicó tanto que fue a dar al hospital porque su oxigenación bajó a 80, así que se quedó dos semanas internado”, comenta Fabiola a Reporte Índigo.
Cuenta que en la escuela a la que asiste su hijo el filtro sanitario es aplicado “a medias”, pues aunque sí siguen usando cubrebocas en las aulas y les ponen gel en la entrada, los pequeños pueden ingresar al plantel aunque vayan notoriamente enfermos.
El calvario de la familia de Fabiola en torno a esta misteriosa enfermedad respiratoria, de la que aún no tienen un diagnóstico claro, estaba lejos de terminar.
“Saliendo del hospital, a los 2 o 3 días, mi hijo volvió a recaer, por lo que recurrimos a una neumóloga, quien le dio tratamiento por 15 días. Ella me dijo que podía ser pulmonía, le sacaron una placa y al parecer no le pasó nada en los pulmones, sin embargo, aún no sé qué es lo que tiene.
“Cuando hace frío pues ‘ya valió’ porque solo le da el aire y empieza con tos, así que trato de atenderlo rápido y cubrirlo”, concluye Fabiola.
Aumento de casos de enfermedades respiratorias
En días recientes el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos alertó por el aumento de contagios de virus respiratorios ocasionados por VSR, influenza y SARS-Cov2 e hizo un llamado a la población a no bajar la guardia ante una posible triple epidemia o “tripledemia”.
Los datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos arrojaron que actualmente más de tres cuartas partes de las camas pediátricas de hospital (77 por ciento) y el 80 por ciento de las camas de urgencias pediátricas se encuentran llenas, e incluso en algunos estados la ocupación es del 90 por ciento.
Al respecto, el CDC explicó que estos niveles de hospitalizaciones son comunes en diciembre y enero, pero al presentarse desde octubre podría significar que estamos en la antesala de una nueva oleada de enfermedades respiratorias y de saturación hospitalaria.
En México, la Secretaría de Salud no se ha pronunciado respecto al VSR, bajó el ritmo de la vacunación en menores de edad contra COVID-19 y la Jornada Nacional de Vacunación contra la Influenza Estacional arrancó a cuentagotas.
Aunque no hay información pública sobre la estadística nacional, el Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, informó que de los virus detectados entre el 1 de octubre y el 8 de noviembre, en el 43.7 por ciento de los casos fue influenza, en el 31.2 por ciento SARS-CoV-2 y en el 25 por ciento VSR.
Ante el silencio de las autoridades federales de salud, la Asociación Mexicana de Vacunología reveló el pasado jueves que la vigilancia epidemiológica en México ha detectado un aumento de casos del Virus Sincitial Respiratorio, así como en las hospitalizaciones, por lo que recomendó a médicos y a la sociedad en general estar al tanto por el repunte de los contagios y reforzar las medidas preventivas.
“El VSR es la causa más común de bronquiolitis (inflamación de las vías respiratorias pequeñas en los pulmones) y causa frecuente de neumonía (infección de los pulmones) en niños menores de 1 año de edad. Aún no hay vacunas para su prevención, pero sigue las medidas de prevención”, recomendó la Asociación Mexicana de Vacunología e insistió a la población a vacunarse contra el COVID-19 y la influenza.
Entre las medidas de prevención contra el VSR se encuentran cubrirse la nariz y boca al toser, lavado de manos frecuente, evitar contacto cercano con otras personas y limpieza en superficies.
Te puede interesar: