Enfilan mando único y Policía de proximidad

El mando único policial y el modelo de policía de proximidad es lo que les depara a los municipios de Nuevo León en la era del presidente Enrique Peña Nieto.

Estas dos acciones, que su predecesor en el cargo, el panista Felipe Calderón trató de implementar también durante su gobierno, forman parte de la estrategia de seguridad del nuevo mandatario federal priista.

El día de ayer, durante la sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Peña Nieto presentó como parte de su plan de seguridad seis líneas de acción para combatir el crimen y el narcotráfico.

La creación de la Gendarmería Nacional es la principal propuesta de Peña Nieto a nivel federal, una corporación militarizada con funciones y facultades de seguridad pública para combatir a los cárteles de la droga.

Sin embargo, Peña Nieto propone para los estados la implementación del mando único policial y el modelo de policía de proximidad para las policías municipales.

Uno de los acuerdos con los gobernadores que reveló el presidente el día de ayer fue la creación de una comisión para proponer una iniciativa de implementación del mando único policial en México.

Pero mientras, el Ejecutivo federal exhortó a los gobernadores a comenzar a implementar el mando único policial con la suscripción de convenios con los municipios.

“En tanto esto ocurre los exhorto a adelantar este proceso con la suscripción de convenios que puedan ya realizarse con los municipios en sus entidades, y sean éstos los primeros pasos en tanto logremos realmente el debido consenso a la forma, figura, que deba tenerse en el país para consolidar el mando único en las policías estatales”, explicó Peña Nieto en su discurso.

En su intervención en la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el presidente no detalló la forma de implementación de este modelo de mando único policial, que plantea someter a las policías municipales a las órdenes del gobernador.

Sin embargo, en los acuerdos que incluye el Pacto por México, suscrito hace tres semanas por las fuerzas políticas del país y el presidente, Peña Nieto propone un esquema de policías estatales coordinadas en donde las corporaciones municipales se conviertan en policías de proximidad.

El plan es que las policías estatales, en este caso Fuerza Civil en Nuevo León, asuman todas las labores de seguridad pública bajo un sistema de homologación de funciones y capacidades.

Mientras que las policías municipales se dediquen a la vigilancia de barrios y colonias en un modelo de policía de proximidad, como existen otras ciudades del mundo.

“Se aplicará un esquema de Policías Estatales Coordinadas, en el que las policías municipales se conviertan en policías de proximidad para cuidar los barrios, unidades habitacionales, mercados, zonas turísticas y otros espacios públicos”, señala uno de los compromisos incluidos en el Pacto por México.

“Y las policías estatales asuman todas las labores de seguridad pública bajo un sistema de homologación de funciones y capacidades. Se impulsará un esquema en coordinación con las autoridades municipales”.

La implementación del mando único policial se intentó concretar en el sexenio anterior encabezado por el panista Felipe Calderón.

Hace dos años, el 6 de octubre del 2010 el ex presidente Felipe Calderón firmó la iniciativa del Mando Único Policial, una propuesta que está congelada actualmente en el Congreso de la Unión.

El proyecto de reforma constitucional planteaba la desaparición de las policías municipales a excepción de las corporaciones que lograran una certificación por parte del gobierno federal para seguir operando.

Pero los cuerpos policiacos municipales deberían de estar bajo el mando del gobernador del estado, quien designaría el titular de la corporación a propuesta del alcalde.

En Nuevo León el gobernador Rodrigo Medina también intentó aplicar el mando único policial al principio de su gobierno, pero no logró convencer a todos los presidentes municipales, entre ellos el ex alcalde de San Pedro Mauricio Fernández.

Incluso creó una comisión especial de implementación, que era presidida por Juan Francisco Rivera Bedoya, ex alcalde de Guadalupe que no logró alcanzar los consensos necesarios.