La imagen de estas compañías se ha deteriorado ante la ciudadanía, quienes consideran que la mayoría manipula los resultados de sus encuestas. Foto: Especial

Encuestas: el negocio de la manipulación

La credibilidad de las encuestadoras que miden las preferencias de la ciudadanía se encuentra en entredicho debido a que, en ocasiones, los resultados son vendidos al mejor postor con la intención de incidir en los comicios

En 2024 se realizará la elección más grande de la historia del país, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), por lo que este año inició la operación y contratación de casas encuestadoras por parte de partidos o aspirantes ya sea para definir candidaturas o conocer las preferencias electorales, lo que significa millones de pesos en ganancias para estas empresas.

Con el paso de los años, la imagen de estas compañías se ha deteriorado ante la ciudadanía, quienes consideran que la mayoría manipula los resultados de sus encuestas para favorecer partidos políticos y candidatos y a cambio obtener mayores beneficios.

Ante el escenario que se vislumbra para los comicios de 2024; con aproximadamente 98 millones de electores, 170 mil casillas únicas, y la participación de un millón 530 mil funcionarios de casilla, analistas políticos e incluso directores de empresas encuestadoras admiten que sí hay compañías que manipulan las encuestas, y que ese tipo de actividades representa un jugoso negocio de millones de pesos.

“No estoy en ese negocio de vender la encuesta, pero por lo que platican, por lo que escuchas en el medio, pues sí es muy buen negocio, hay gente que hace mucho dinero con eso, millones de pesos.

“Es como en cualquier negocio, hay gente seria y gente sinvergüenza, pues también pasa en el negocio de las encuestas, hay encuestadoras y hay encuestadores serios, profesionales y hay gente que inventa marcas en cada elección y empiezan a vender encuestas al por mayor y dicen lo que el cliente les pide que digan, pero creo que la clase política ya sabe distinguir quiénes son políticos y quienes no”, dijo Carlos Campos Riojas, director general de la encuestadora Massive Caller.

Negocio efímero

Campos Riojas señaló que las encuestadoras que no trabajan con ética son mayoría, sin embargo, precisó, así como surgen durante un proceso electoral, desaparecen.

El empresario expresó que la certeza de una encuesta depende de la rigurosidad con la que se aplique, es decir, para que se considere que está bien realizada, debe generar una muestra representativa del conjunto completo de los electores.

Campos comentó que, de acuerdo al resultado de sus encuestas actuales, hasta el momento en las preferencias electorales para la Presidencia de la República, la aspirante de Morena, Claudia Sheinbaum, aventaja por 10 puntos de diferencia a su más cercana perseguidora, Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio de la Oposición compuesto por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El propietario de Massive Caller citó como ejemplo las encuestas realizadas en 2012 para la elección presidencial, cuando la mayoría de las encuestadoras ubicaban al expresidente Enrique Peña Nieto hasta 20 puntos por encima de Andrés Manuel López Obrador, cuando la diferencia era de cinco puntos.

Carlos Campos Riojas, propietario de Massive Caller expresó que la certeza de una encuesta depende de la rigurosidad con la que se aplique, pues debe generar una muestra representativa del conjunto completo de los electores

Campos menciona que debido a que eran los grandes conglomerados de medios de comunicación los que las realizaban, decían lo que les convenía.

“Las encuestas las hacían sólo los grandes conglomerados, las grandes empresas, el gobierno, las grandes empresas de comunicación y de radio, y decían lo que les convenía en su momento.

“Es un beneficio, una ventaja que tienen los ciudadanos y la clase política de que ahora están, a lo mejor en exceso informados sobre encuestas y obviamente hay encuestas de todas calidades, hay encuestas que son evidentemente inventadas y compradas, y hay otras que son muy serias y profesionales, pero qué bueno que hay muchas encuestadoras y muchas encuestas disponibles, para que la gente se forme un criterio con esa información”, expresó.

La nula regulación

Para la analista política y excandidata a la gubernatura de Nuevo León, Liliana Flores Benavides, las encuestas de las diferentes empresas, además de la posible manipulación, carecen de regulación.

Flores Benavides destacó la importancia de las encuestas sobre todo porque actualmente se definen muchas candidaturas en función de este esquema; es decir, la candidatura presidencial tanto en Morena como en el Frente Amplio, así como nivel local, en Nuevo León, pues el PAN también analiza recurrir a este esquema para obtener a sus candidatos.

“Hay mucho qué decir en torno a este asunto y más ahora, porque se ha convertido en un jugoso negocio; ahora, hay encuestadoras muy serias, son pocas a nivel nacional que llevan una consistencia. No están reguladas entonces es un trabajo de empresas privadas, muchas de ellas lo que quieren es generar negocio, y entonces no les interesa vender su trabajo, entonces no son objetivas”.

“El asunto de las encuestas es que pueden incidir, si son manejadas, en el sentido del voto de los que van a votar, entonces puede haber lo que se denomina las encuestas ‘cuchareadas’ o las encuestas compradas, entonces se trata con estas encuestas compradas, antes de la elección de manipular el sentido del voto de la gente. Las encuestas se hacen a veces y se manipulan para incidir en el sentido del voto de la gente”, dijo.

Precisó que en la elección presidencial de 2018, una encuesta ubicaba a José Antonio Meade, candidato del PRI a la presidencia, por encima de Andrés Manuel López Obrador por nueve puntos, cuando el resultado electoral fue totalmente contrario, lo que podría confirmar la manipulación.

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