Jalisco ha entrado en una profunda debacle en materia de consumo de drogas ilegales, hasta volverse el estado del país con la mayor prevalencia a nivel nacional, un hecho preocupante que, no obstante, sigue sin ameritar un espacio en el discurso de sus gobernantes.
La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016, cuyos primeros resultados se presentaron en este 2017, revelaron a Jalisco como el primer lugar del país en el consumo de drogas ilegales alguna vez en la vida, con el 15.3 por ciento en su población de 12 a 65 años, muy por arriba de la prevalencia nacional de 9.9 por ciento.
Hace apenas ocho años, ese mismo indicador de uso de drogas ilegales en Jalisco era de solo 5 por ciento, por debajo aun del nacional (5.2 por ciento), según la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2008, lo que confirma que se triplicó de forma vertiginosa durante los gobiernos de Emilio González Márquez (2007-2012) y Aristóteles Sandoval Díaz (2013 a hoy).
Inclusive, en aquel 2008 Jalisco podía presumir no solo de ser ajeno al grupo de entidades federativas con los mayores niveles de consumo de drogas ilegales: Tamaulipas (10.3 por ciento), Quintana Roo (10.1 por ciento), y Baja California (9.3 por ciento), sino de hallarse por debajo de la media tabla nacional en el lugar 17 del indicador.
Esto significa que de 2008 a 2016 Jalisco escaló 16 lugares en el uso de drogas ilegales hasta su actual primer puesto, para evidenciar así el fracaso de las políticas públicas en esta materia de González Márquez y Sandoval Díaz, y más en específico, de su Secretaría de Salud y el Consejo Estatal contra las Adicciones en Jalisco (Cecaj).
Responsabilidad local
La problemática del uso de drogas ilegales no creció con la misma intensidad a nivel nacional que en lo local en estos años de 2008 a 2016. Si en Jalisco este consumo se disparó un 206 por ciento, en el país el alza fue del 90 por ciento, esto es, menos pronunciada, al pasar de un 5.2 por ciento al 9.9 por ciento.
Ello muestra que en la debacle de Jalisco fallaron las autoridades responsables de prevenir y combatir ese consumo, y las cuales tienen como cabeza de sector a la Secretaría de Salud.
Esta Secretaría tuvo a distintos titulares mientras Jalisco se volvía el primer lugar nacional en uso de drogas ilegales: en el sexenio de González Márquez la encabezó Alfonso Gutiérrez Carranza (2007 a septiembre de 2009); Alfonso Petersen Farah, actual regidor tapatío (octubre de 2009 a diciembre 2011), y Antonio Muñoz Serrano (diciembre de 2011 a febrero de 2013).
Mientras que en la actual administración fue encabezada primero por Jaime Agustín González Álvarez, de marzo de 2013 a abril de 2016, y luego y hasta hoy, por Antonio Cruces Mada.
Los desaparecidos
Cuando la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), encabezada por Manuel Mondragón y Kalb, difundió en junio los primeros resultados de la Encodat 2016, urgió a las autoridades de Jalisco y los estados con el mayor uso de drogas ilegales a ponerse a trabajar:
“En Jalisco, Quintana Roo y Baja California, que son los estados con las más altas prevalencias, las acciones preventivas deben realizarse con mayor atención y celeridad”, señaló.
El Cecaj que dirige Gustavo Iglesias Robles está desaparecido por completo de la agenda pública del Estado, sin un solo programa o acción que hayan destacado en este gobierno.
Su portal no registra una sola sesión de Consejo realizada en lo que va de 2017, como si no fuera materia de preocupación lo revelado por la Conadic. El secretario de Salud, Cruces Mada, ha sido cuestionado por distraer sus funciones para armar su candidatura política, al parecer por una alcaldía de la ciudad.
Pagar el precio
Este disparo en el consumo de drogas ilegales en Jalisco entre 2008 y 2016 coincide temporalmente con el surgimiento y consolidación en el estado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), hoy uno de los principales de todo México.
Especialistas en esta materia como Enrique Aceves Arce, coordinador regional Centro Occidente de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), han advertido que una mayor oferta y accesibilidad de drogas ilegales pueden traer niveles de consumo más altos, como le ha ocurrido a Jalisco con el caso de las metanfetaminas.
Esta alza en el uso de drogas ilegales bien puede ser el precio que paga Jalisco por ser cuna de una de las estructuras más grandes y poderosas de todo el país, volcada en la producción, trasiego, comercialización y distribución masiva de estas sustancias, y sin rincón del estado exento a su influencia.
Consumo por región
Es posible hacer una comparación entre la ENA 2008 y la Encodat 2016 porque ambas fueron elaboradas con resultados individualizados por estado, lo que no se hizo con la ENA 2011, que solo tiene mediciones por región, lo que fue muy cuestionado en su momento.
En esa ENA 2011, Jalisco fue incluido en la Región Occidente con Zacatecas, Aguascalientes, Colima y Nayarit.
La ENA 2011 indica que la Región Occidente tuvo un uso de drogas ilegales alguna vez en la vida de 9.2 por ciento. Si este dato regional se toma por bueno para Jalisco, significaría que el estado pasó de un 5 por ciento en la ENA 2008, a 9.2 por ciento en 2011, a 15.3 por ciento en la Encodat 2016.
Los resultados totales de la Encodat 2016 siguen en procesamiento, informó la Conadic vía transparencia, por lo que aún no es posible conocer, por ejemplo, los niveles de consumo de cada droga por estado.