Aunque el Gobierno de Jalisco a cargo de Enrique Alfaro todavía no zanja las últimas diferencias que tuvo con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tras las manifestaciones violentas del 4 de junio, ha emprendido una nueva vía de confrontación ahora impugnando el acuerdo federal que emitió la Secretaría de Energía (Sener) el 15 de mayo pasado.
Se trata en específico del “Acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional”, y el cual será objeto de una controversia constitucional que interpondrá el Gobierno de Jalisco ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con el fin de echarlo abajo.
La determinación que ha tomado el gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, por abrir esta nueva arena de disputa con el gobierno de López Obrador, llega en un momento en el que impera un marcado distanciamiento entre ambos, al grado de que el primero no ha podido hablar con el segundo pese a que lo ha estado buscando desde la protesta del 4 de junio en Guadalajara.
El pleito por el Caso Giovanni
En aquella manifestación por la muerte de Giovanni López a manos de la Policía de Ixtlahuacán de los Membrillos, quien habría sido detenido presuntamente por no portar cubrebocas, el gobernador terminó culpando al presidente López Obrador y a su equipo de estar detrás de dicha movilización para desestabilizar al estado.
“Solamente quiero dejar un mensaje muy claro y directo, yo no sé hablar de otra forma, le pido al presidente de la República que le diga a su gente y a su partido que ojalá y estén midiendo lo que están haciendo, el daño que le están generando al país con este ambiente de confrontación, porque son ellos justamente los que han generado todo esto que estamos viviendo”, expresó.
Esa acusación de Alfaro Ramírez sobre el presidente López Obrador parece haber calado hondo en éste, según lo evidenció desde su conferencia matutina del 5 de junio, al decir:
“Me extrañó, me sorprendió que me señalaran o me pidieran que yo intervenga en un asunto partidista, eso corresponde al gobierno estatal (…) yo no tengo nada que ver con eso, pero que no se retracte”.
Y agregó: “Ayer dijo que era yo, o sea, que me pedía a mí. Me pareció también un exceso. Claro que no tengo nada que ver, absolutamente, no debió mencionarme. Debió señalar, si tiene las pruebas, a los dirigentes de Morena. ¿Por qué dice: ‘el presidente de la República’?, ¿Por qué me pide a mí que yo intervenga con mi partido?, si yo actúo en forma responsable, no soy dirigente de partido, no soy jefe de grupo, de pandilla, soy el representante del Estado mexicano, o sea, sé muy bien cuál es mi papel, no me voy a bajar, a descender a un pleito partidista (…). Él debió cuidar sus palabras, porque es autoridad, no tenía por qué señalarme, inmiscuirme. Debemos de evitar la politiquería”.
El alejamiento presidencial de Alfaro
Cuando el gobernador acusó al gobierno del presidente de haber orquestado la manifestación del 4 de junio, dijo que: “esos hechos ponen en evidencia que detrás de todo lo que está sucediendo en este caso en Jalisco, hay intereses muy precisos y muy puntuales construidos desde la Ciudad de México, desde los sótanos del poder, que lo que buscan es dañar a Jalisco, no a su gobierno necesariamente, dañar a nuestro estado”.
El 8 de junio el presidente López Obrador dijo que su relación con Alfaro Ramírez estaba “bien, a secas”, pero volvió a hacer pública su inconformidad con la actitud de confrontación permanente del gobernador:
“Me llamó mucho la atención que él haya tratado de involucrar al Gobierno federal y a mi persona, se me hizo algo injusto, incluso irrespetuoso de la investidura presidencial. No se pueden lanzar esas acusaciones a la ligera, echarle la culpa a otros de lo que está uno enfrentando, de los problemas que cotidianamente tiene uno que enfrentar como gobernante”.
Para añadir: “Yo no estoy acostumbrado a tirar la piedra y esconder la mano, no soy hipócrita, eso tiene que ver con los conservadores, porque su doctrina de los conservadores es la hipocresía. Entonces, no creo que ese sea el mejor método de relacionarnos y he dado instrucciones para que no nos metamos en nada, absolutamente, además no tenemos por qué inmiscuirnos, Jalisco es un estado libre, soberano”.
A la pregunta de si había hablado ya con el gobernador, respondió: “No, no, pero no tengo por qué hacerlo, cada quien tiene que hacerse responsable de lo que le corresponde. Nada más la recomendación es no usar la fuerza, no actuar de manera autoritaria, garantizar las libertades, porque no debe ser maltratada la gente, los que protestan deben de tener garantizada la libertad de manifestación”.
El nuevo frente
En medio de este claro alejamiento entre el presidente y Alfaro Ramírez, éste ha optado por ahondar la confrontación con la Federación combatiendo legalmente el acuerdo citado de la Sener, aunque el jalisciense asegura que sí hay bases jurídicas, técnicas y económicas para actuar de esta manera.
A decir del gobernador, ese acuerdo restringe el desarrollo de nuevas centrales de generación de energías renovables, limita la emisión de permisos para nuevas plantas eólicas o solares, y prohíbe la construcción de este tipo de proyectos en lugares considerados congestionados o con poca capacidad de transmisión.
Siendo así, el acuerdo de Sener estaría invadiendo las facultades de los Gobiernos estatales en materia de equilibrio ecológico, protección al ambiente, y de planeación y dirección económica, de ahí que el gobernador considere necesario presentar una controversia constitucional ante la Corte para que determine la legalidad del documento.
El gobernador dijo que impugnaba dicho acuerdo “en consonancia con lo acordado el pasado 5 de junio por los gobernadores de la Alianza Noreste-Pacífico”, y “para evitar que el Gobierno Federal siga comprometiendo el futuro de México y del mundo”.
Además de los impactos ambientales y al cambio climático, el acuerdo afectaría al país con la pérdida de 6 mil 400 millones de dólares en inversión extranjera directa y dañaría 16 proyectos en Jalisco por 2 mil mdd.