Encierro en el pandemonio de la ansiedad
Los trastornos como la depresión y la ansiedad provocados por la pérdida de empleos o el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19 llegaron para quedarse y dejarán una marca en las personas que hoy los padecen si no logran identificarlos a tiempo y atenderlos
Julio RamírezLa ansiedad en estos tiempos de COVID-19 es el demonio de todos los demonios. La gente cambia sus comportamientos, está irritable, la tristeza gana terreno ante la pérdida de los trabajos y la disminución en los ingresos económicos y, por ende, en el poder para hacer compras. El dinero no alcanza y no se ve para cuándo mejore esta situación.
Ante ello, especialistas piden estar al pendiente, porque si bien vamos a sobrevivir a la pandemia por COVID-19, las huellas de la ansiedad y la depresión podrían generar cambios en la conducta para siempre.
Hay que empezar por aceptar que el nuevo coronavirus e incluso la nueva cepa descubierta en Reino Unido el fin de semana pasado, llegó para quedarse por un buen tiempo y hay que aprender a vivir con él, porque de otra manera nuestra salud mental y la de nuestros seres queridos está en riesgo.
Por este motivo, la práctica de algún deporte u otra actividad se vuelve hoy muy necesaria para la liberación de energía.
Profesores de yoga han visto una nueva oportunidad para mostrar sus enseñanzas sobre esta disciplina milenaria que fomenta el conocimiento de la mente y el cuerpo, vital en estos momentos de dificultades.
De igual manera, fundaciones altruistas ofrecen gratis asesorías para enfrentar la ansiedad y que los días de encierro puedan ser más llevaderos para la gente ante todos los cambios que se están suscitando.
El arte de la ansiedad
Alberto Montt es caricaturista ecuatoriano avecindado en Santiago de Chile, quien recientemente publicó su obra Ansiedad (Planeta, 2020), en la que el trastorno es un personaje que aparece a menudo para provocar alerta y dudas en los humanos dibujados. Contrario a las personas que la padecen, el artista la visibiliza para ayudar a entender a las personas que conviven a menudo con este padecimiento tan difícil de detectar.
“La ansiedad es ese estado de constante alerta, que se adelanta a los hechos de manera muy negativa, que está haciéndote vivir el futuro una y otra vez al igual que el pasado que te tortura con pensamientos recurrentes, con valoraciones negativas sobre ti mismo, pero siempre está acompañada de esta ‘vocecita’ que te está gritando en la nuca y que te está haciendo ver todo lo que puede salir mal, todo lo que tú crees que pudo haber salido mal”, define el artista que también publica en www.dosisdiarias.com.
Considera que en Latinoamérica casi no se habla de la ansiedad provocada por esta pandemia de COVID-19 con su encierro y todas sus consecuencias, como la falta de empleo y las decisiones políticas polémicas.
“Es algo de lo que no se habla porque a veces consideramos que lo que nos está pasando solo nos sucede a nosotros, entonces no tiene ningún sentido explorar más.
“Piensas que eres un bicho raro, que no te acomodas al modelo establecido, que si no eres feliz es porque no estás haciendo los esfuerzos necesarios para serlo. En una pandemia como la de ahora hay gente a la que se le han exacerbado estos síntomas y se han dado cuenta de que sufren ansiedad”, explica Alberto Montt en entrevista.
Para el artista ha sido muy revelador que 13 mil personas le den “Me gusta” a sus viñetas de ansiedad y muchos comentarios vayan en el sentido de decir “esto me pasa a mí, pero yo no sabía que era ansiedad”.
Reconoce que, dentro de todo lo malo que puede ser tener ansiedad, tiene cosas buenas. La muestra es que sin ella los seres humanos no le habríamos tenido miedo a los animales salvajes y construido refugios, ni hacer inventos como los focos y las linternas ante el miedo a la oscuridad.
“Cuando yo dibujo a la ansiedad trato de que sea una especie de diario personal, por lo tanto obviamente va a haber espacios de la ansiedad que para mí que son favorables y otros que son un poco más terribles”, explica.
Considera que es importante encontrar un espacio de recreación mental para usarlo como válvula de escape ante los procesos que provocan ansiedad antes de que se desborden y nos provoquen escenarios de tristeza o depresión.
“Es un mecanismo para soltar. Cuando tú encuentras algo que hacer, algo en donde enfocar la ansiedad desbordada, sin duda tu vida va a mejorar. También siento que es un motor, hay gente a la cual la puede hundir y hay otra a la que la saca, la obliga a hacer cosas”, afirma.
El hecho de poder identificar la ansiedad en estos tiempos tan complicados es todo un privilegio, considera el dibujante, quien comenzó a hacer las viñetas sobre este trastorno después de ilustrar un reportaje sobre la venta de medicamentos ansiolíticos en Chile.
“La ansiedad es un proceso muy privilegiado que tenemos algunos. Hay gente, muchísima en Latinoamérica, que no tiene espacio para pensarlo, que se levanta a las 5:00 de la mañana para tomar un bus, un colectivo, para llegar a su trabajo. Que trabaja, trabaja, trabaja. Sale, se sube al colectivo, viaja dos horas de regreso, tiene problemas, tiene que conseguir la comida para alimentar a su familia, y no tiene espacios para pensar”, reflexiona.
Hablar de ansiedad es identificar un tema de nuestro tiempo y hay que verla como un enemigo y un amigo, un problema y una solución, algo que está presente pero es invisible, que es como un virus pero que no se transmite y, sin embargo, está más propagada que nunca y sin ser declarada una pandemia.