En la incertidumbre el regreso a clases por riesgo de contagios de COVID-19

El regreso a las aulas del próximo 7 de junio en la Ciudad de México no parece positivo: especialistas afirman que es inseguro y hay padres de familia que no acatarán el llamado hecho por las autoridades
David Martínez David Martínez Publicado el
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El regreso a clases presenciales del próximo 7 de junio, tras más de un año de suspensión por la pandemia de COVID-19, causa incertidumbre entre diversos sectores de la sociedad de la Ciudad de México.

Por una parte, hay académicos y especialistas que consideran que regresar solo un mes a las aulas es un riesgo y el retorno debería ser hasta el próximo ciclo escolar, una vez que las instalaciones escolares sean óptimas.

También, hay madres de familia que se niegan a llevar a sus hijos porque no están garantizadas las condiciones de sanidad.

El 17 de mayo pasado, el Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer que el próximo 7 de junio, cuando la capital se encuentre en el color verde del semáforo epidemiológico, se iban a retomar las clases presenciales.

Durante una conferencia de prensa en dicha fecha, el titular de la Autoridad Educativa Federal en la ciudad, Luis Humberto Fernández Fuentes, informó que se iba a comenzar con la rehabilitación de 2 mil 783 planteles, de los cuales 962 requerían mantenimiento mayor.

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En cuanto al esquema del regreso a clases, el funcionario indicó que los alumnos de las escuelas se dividirán en dos grupos: uno, que irá lunes y miércoles; mientras que otro acudirá martes y jueves. Y los viernes solo irán aquellos estudiantes que necesiten reforzar sus conocimientos.

Además, se dio a conocer que las escuelas estaban siendo sometidas a trabajos de acondicionamiento como la instalación de cocinas prototipo, tinacos y lavamanos para facilitar el aseo de los alumnos; reforzamiento estructural y mantenimiento mayor; la actualización normativa sobre seguridad estructural de escuela; y la capacitación en materia de Protección Civil a docentes y administrativos.

Por último, la autoridad educativa indicó que el regreso a las clases iba a ser voluntario, es decir, la comunidad de cada plantel iba a decidir si reanudaba o no; se iban a priorizar las actividades al aire libre; e iba a ser obligatorio el uso de cubrebocas.

Hasta la fecha de esta publicación, el Gobierno local no ha dado a conocer un estimado de los niños y jóvenes que regresarán a clases en la Ciudad de México. Sin embargo, el informe “Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2019-2020” de la Secretaría de Educación Pública, revela que en la capital hay una matrícula que alcanza los 2 millones 687 mil alumnos tanto de nivel básico como del medio superior y superior.

El riesgo del regreso a clases prematuro

Regresar a clases en este momento en la Ciudad de México implica un riesgo porque la tasa de población vacunada aún no es alta y se expondría tanto a alumnos como familias a contagiarse de COVID-19, dice Adán Navarro García, médico privado y especialista en temas de salud pública.

El médico explica que por la naturaleza de su edad, los niños y jóvenes por distracción pueden quitarse el cubrebocas, agarrarse la cara o comer algo sin lavarse las manos, situaciones que implican un riesgo de contagio.

No existe tal cual una seguridad al 100 por ciento de que no habrá contagio, estoy de acuerdo que es necesaria la incorporación de las actividades educativas pero ahora implica un riesgo
Adán Navarro GarcíaMédico privado y especialista en temas de salud pública

El especialista considera que, además, la tasa de población vacunada en la Ciudad de México aún es baja.

“Los maestros ya van a estar vacunados, pero qué va a pasar con los que aún no, tanto los alumnos como sus familias”, dice.

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Argumenta que muchos alumnos de nivel básico y medio superior padecen obesidad y esto es un factor que podría detonar contagios y casos graves.

En agosto de 2020, la titular del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Esthela Damián Peralta, dio a conocer durante su comparecencia ante el Congreso de la Ciudad de México, que 6 de cada 10 niños inscritos en primaria o secundaria tienen algún grado de sobrepeso.

Por otra parte, Malaquías López Cervantes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que el llamado para regresar a clases el próximo 7 de junio es apresurado.

“Exponer a los alumnos, solo tres semanas, porque el ciclo termina en julio, es arriesgado, lo mejor sería terminar el calendario escolar y reiniciar en agosto”, declara.

López Cervantes añade que en la ciudad se podría alcanzar en agosto una tasa de vacunación del 70 por ciento y con ello la inmunidad de rebaño, por lo que ese mes sería el momento adecuado para retomar las actividades escolares presenciales.

Hasta el 2 de junio, según datos de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) capitalina, 2 millones 996 mil personas ya habían sido vacunadas, dicha cantidad equivale el 32 por ciento de la población de la metrópoli.

Revisión pendiente

Heliane Rosas Balán, consultora legislativa en temas de salud pública, dice que desde que se anunció el regreso a clases hasta el 7 de junio, no es tiempo suficiente para realizar la revisión estructural de las condiciones de seguridad de las más de 2 mil escuelas que hay en la ciudad.

“Pasó más de un año en los que no hubo ninguna guardia en escuelas ni vigilancia de las condiciones, se necesita una revisión estructural e integral”, menciona.

Especialistas afirman que el principal problema del regreso a clases del próximo 7 de junio es que apenas el 32 por ciento de la población del país ha sido vacunada

Añade que no basta con que se convoque a la comunidad de padres y maestros a hacer tequios, sino que debería haber una certificación especial de las condiciones de los planteles.

Respecto al tema de la seguridad en el regreso a clases, Érika Rodríguez, madre un menor de edad de una primaria de la alcaldía Tláhuac, relata que en la última semana de mayo se les consultó a los padres de familia si querían regresar a la escuela.

Sin embargo, Rodríguez menciona que solo una familia de toda la escuela, dijo estar dispuesta a mandar a su hijo a clases.

“No nos garantizan que haya agua ni la seguridad de nuestros hijos, yo no lo voy a mandar”, declara.

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