En el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la resolución que designaba al 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
La conmemoración tiene su origen en honrar la memoria de las hermanas y activistas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes fueron asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano, Rafael Trujillo. Se trata de invitar a las autoridades a tomar acciones contra la violencia de género.
Por ello, este 25 de noviembre, Carmen Sánchez, activista por los derechos de las mujeres y sobreviviente de un ataque con ácido, exige a los diputados locales y federales que tipifiquen este delito en sus entidades. En México este tipo de violencia sólo es una agravante expresada en el artículo 315 del Código Penal Federal y los órganos legislativos de algunos estados apenas están discutiendo su clasificación.
En febrero de 2014, su expareja le roció un químico en el rostro y cuerpo. A la fecha, la orden de aprehensión que fue girada el 2 de mayo de ese año contra Efrén García Ramírez, su agresor, no tiene respuesta y él está prófugo.
“La terrible vulnerabilidad en la que se encuentran las sobrevivientes de ataques con ácido, y la falta de medidas de protección y reparación integral del daño, puede conducirlas al suicidio o a sufrir algún tipo de accidente fatal”, señala.
Mantas de protesta por Carmen Sánchez
Hace seis años, Carmen Sánchez fue atacada en el domicilio que compartía con su expareja en el Estado de México.
Antes de su agresión, lo había denunciado dos veces: una por delito sexual y otra por sustracción de menores, pero las autoridades de la entidad nunca procedieron y el Ministerio Público no clasificó el delito como grave.
Su lucha la ha llevado a exigir justicia ante diputados y senadores. Y este 25 de noviembre legisladores locales como Mariana Uribe Bernal, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género en el Congreso del Estado de México, y federales como Julieta Vences, de Puebla, y el congresista suplente Erwin Areizaga, de Baja California, colocaron mantas en puentes peatonales.