Alerta de género no detiene feminicidios en Edomex

A pesar de que en el año 2015 se lograra que la Secretaría de Gobernación emitiera la Alerta de género en 11 de los municipios del Estado de México, por los crecientes casos de feminicidios, esta no ha servido para que este delito se detenga.

En últimas semanas, los casos de mujeres aseinadas con rasgos de perspectiva de género han impactado a la sociedad mexiquense al grado de decir ya basta.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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“Cuando la sociedad no previene y sigue fortaleciendo culturalmente ese tipo de conductas, se legitiman la violencia al grado de naturalizarla. Pero hay un ingrediente que fortalece este tipo de abusos: la impunidad”
María de la Luz Estrada MendozaObservatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio

A pesar de que en el año 2015 se lograra que la Secretaría de Gobernación emitiera la Alerta de género en 11 de los municipios del Estado de México, por los crecientes casos de feminicidios, esta no ha servido para que este delito se detenga.

En últimas semanas, los casos de mujeres aseinadas con rasgos de perspectiva de género han impactado a la sociedad mexiquense al grado de decir ya basta.

Mariana fue vista por última vez con vida el jueves 27 de julio a las 9 de la mañana. La joven, de 18 años quien padecía epilepsia, dijo a su familia que iba a la tienda. Las horas transcurrieron y ella nunca volvió.

Sus familiares, desesperados, comenzaron a preguntar a vecinos y personas de la colonia Fraccionamiento Las Américas, en Ecatepec. La búsqueda de voz en voz no rindió frutos, y decidieron pegar carteles en la zona con la esperanza de encontrarla.

En redes sociales, la foto de Mariana con su descripción circuló con los mensajes “desaparecida” y “te buscamos”. De acuerdo con la publicación, vestía una blusa verde fosforescente, mallas negras, y tenis de tela.

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Las malas noticias llegaron un día después. El viernes por la mañana, la familia fue notificada por las autoridades que había sido hallado el cuerpo de Mariana con múltiples heridas hechas con arma blanca en el abdomen y con signos de violencia sexual, dentro de una carnicería que se encontraba a unos pasos de su domicilio.

Las autoridades fueron alertadas por el dueño del establecimiento, quien dio aviso de inmediato al percatarse de que el cuerpo estaba en su negocio. Los artículos que Mariana había comprado antes del ataque, quedaron regados en un pasillo.

El principal sospechoso de haber perpetrado el feminicidio es un joven encargado de atender la carnicería, del cual se desconocía su paradero. El dueño del lugar, fue llevado a emitir su declaración.

“El caso de Mariana le ha costado por primera vez una humillación pública al alcalde por parte de unos vecinos ‘hartos’ de que sus calles se hayan convertido en un terreno sin ley. No verás niños ni jovencitas. Todos estamos encerrados. No es que sea nuevo, pero fue la gota que derramó el vaso”, dijo una vecina al diario El País.

Ecatepec, bajo el gobierno del priista Indalecio Ríos Velázquez, es el municipio donde ocurrieron la mayor cantidad de feminicidios en el estado de México durante el 2015 y 2016; 19 en total.

El contexto en el que vive la sociedad del Estado de México es de constante inseguridad, pero a esto se une la educación machista y discriminatoria, que considera que las mujeres no tienen un valor, explica María de la Luz Estrada Mendoza, coordinadora ejeutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

“Cuando la sociedad no previene y sigue fortaleciendo culturalmente ese tipo de conductas, se legitiman la violencia al grado de naturalizarla. Pero hay un ingrediente que fortalece este tipo de abusos: la impunidad”, agrega Estrada Mendoza.

Datos del OCNF señalan que de los expedientes revisados de homicidios de mujeres entre el 2005 y el 2014, 40% de las investigaciones quedaron impunes en la entidad. Por esa omisión en la procuración de justicia, familiares de las víctimas quedaron en la orfandad de conocer la conclusión, los porqués del asesinato de sus madres, sus hermanas, sus hijas; que salieron al trabajo, a la escuela o a la tienda, y jamás regresaron.

Peor aún, fueron halladas con severos signos de violencia. “Son crímenes de odio. Estamos hablando de una saña en extremo. Las mujeres somos sometidas y violentadas, ya sea por la pareja o por la delincuencia común u organizada. A esto hay que sumarle la estigmatización por parte de las autoridades que culpan a las mujeres de sus propias muertes”, apunta Estrada.

 

5 años de insistir para que se emitiera la Alerta

El OCNF buscó que desde 2010 se declarara la Alerta de violencia de género en el Estado de México, ante la preocupante escalada de casos de muertes de mujeres a manos de sus parejas o desconocidas que ejercieron violencia sexual o crímenes de odio.

Cinco años de litigio e investigación dieron frutos; en 2015, la Segob declaró la Alerta de género en 11 municipios de la entidad gobernada por Eruviel Ávila. Sin embargo, debido a la tardanza de esta declaratoria, pudieron evitarse más casos o impartir justicia con mayor alcance desde años previos.

El informe realizado por el grupo de investigación para visibilizar la necesidad de emitir la alerta, mostró cifras escalofriantes: entre 2005 y 2014, se cometieron 933 feminicidios; hubo 4 mil 281 reportes de desaparición de mujeres, de las cuales 95 se encontraron asesinadas y mil 554 siguen desaparecidas; y se presentaron 26 mil 079 denuncias por violación.

 

La Alerta de género consistió en tomar acciones gubernamentales de emergencia para mitigar la violencia feminicida en el Edomex. Lo anterior, tuvo que contar con capacitación de servidores públicos, implementar protocolos de investigación ante un posible feminicidio, y catalogarlos como tal, para visibilizar la violencia contra las mujeres e incrementar el rigor en las investigaciones por parte de las autoridades.

Aun con la alerta declarada y los protocolos implementados, en junio de este año, las autoridades erraron en el caso de Valeria, una niña de 11 que fue violada y asesinada en el municipio de Nezahualcóyotl.

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El 8 de junio, Valeria fue reportada como extraviada. Su padre, Sergio Alberto Gutiérrez, la vio por última vez al abordar una combi en las calles de Sor Juana y Las Mañanitas, de la colonia Benito Juárez.

Sergio Alberto, seguía desde una bicicleta la unidad de transporte público donde iba su hija, pero calles después, la perdió de vista.

Después de varias horas, su hija no aparecía, a las 6 de la tarde, alterado, pidió apoyo a elementos de seguridad pública que lo llevaron a la base de combis y preguntaron por la niña y los choferes que seguían en ruta.

Los elementos de seguridad recomendaron a Sergio ir a casa para comprobar si su hija se encontraba ahí, pero no fue así. La noticia fue comunicada a la madre de Valeria quien confirmó que tampoco se encontraba con ella.

Hasta las 8 de la noche, se lanzó la alerta de desaparición de Valeria a las unidades de seguridad, dos horas después de que el padre había pedido apoyo. El viacrucis de la búsqueda continuó hasta la mañana del 9 de junio; carteles con el nombre y descripción de la menor fueron repartidos.

Poco después del medio día, Sergio Alberto recibió una llamada en la que le dijeron que habían encontrado una combi con características parecidas a la que se subió su hija; dentro, se hallaba el cadáver de Valeria.

María Estrada, asegura que en el caso de Valeria la autoridad debió de actuar de inmediato en su búsqueda, ya que así lo marca la alerta. La tardanza fue crucial para darle tiempo al violador y homicida de perpetrar el hecho. Además, asevera que “los transportes públicos no cuentan con la supervisión debida por parte del gobierno, la alerta mandata esa revisión. Si no se atienden esas irregularidades, el transporte se convierte en la trampa de una mujer”.

 

Más casos de mujeres asesinadas

Rosa Analí de 23 años salió de su casa en el municipio de Tultitlán la mañana del 26 de julio para ir a su trabajo en el Hospital General de Cuautitlán “José Vicente Villada”.

A unos metros de su casa, un disparo en la cabeza le arrebató la vida. Su cuerpo cubierto por una bata que la distinguía como estudiante de medicina, fue hallado en el piso por elementos de seguridad que fueron alertados por vecinos de la colonia San Mateo Cuautepec. 

Los primeros reportes, indicaron que pudo haberse tratado de un asalto y por el hecho, detuvieron a un presunto responsable. 

Así como la vecina del barrio Las Américas declaró al diario El País que el caso de Mariana había sido la gota que derramó el vaso, la muerte de Analí lo fue para sus compañeros de la FES Iztalcala donde realizaba sus estudios y los trabajadores del Hospital en el que trabajaba, quienes exigieron justicia a las autoridades y tomaron la decisión de no vestir batas blancas en sus trayectos, para no ser blanco de la delincuencia.

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Desde el 23 de julio se reportó la desaparición de Roberto, de 57 años, y Emily, de 11. Padre e hija fueron vistos por última vez en una fiesta familiar.

Fue hasta la madrugada del sábado 29 de julio que agentes del Ministerio Público fueron avisados por vecinos quienes dijeron que del interior del domicilio donde había sido la fiesta, se encontraban los cadáveres.

Los cuerpos fueron encontrados semiquemados y enterrados en el domicilio que señalaron los vecinos. El probable agresor fue identificado como Fredy, primo político del padre de Emily, quien reconoció que junto con otros cuatro hombres, irrumpieron a la casa después de la fiesta y asesinaron a Roberto y a la menor, después de violarla.

Desde el 5 de agosto, la Fiscalía General de Justicia solicitó ayuda para localizar a la médico Jessica de 29 años. De acuerdo con el boletín difundido, se extravió en el municipio de Xonacatlán.

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Dos días después, el gremio de trabajadores de la salud quedó conmocionado con la noticia: el cuerpo de Jessica apareció desmembrado en un paraje de Huixquilucan. El cuerpo fue encontrado con signos de tortura, sin un brazo y sin cabeza, por varias personas en un predio entre la maleza.

“Todos salimos a laborar para tener una vida digna sin lujos y no es justo que nos maten y dejen a nuestras familias hundidas en el dolor, la pena e ira”, se lee en un comunicado de la comunidad médica que pide justicia por el asesinato de Jessica.  

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