La movilidad sustentable en la Ciudad de México va ganando terreno, pero no todo es miel sobre hojuelas. Aunque cada vez es más común presenciar a personas pedaleando para impulsar unidades no motorizadas, aún quedan muchas deficiencias por atender.
La capital cuenta con 170.1 kilómetros de ciclopista, según la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) local, sin contar los circuitos implementados a nivel delegacional. Pese a todo, ciclistas urbanos coinciden en que esta infraestructura urbana es improvisada, deficiente y sobre todo insegura.
En la pirámide de movilidad, publicada el 15 de octubre de 2014 y a través de la Gaceta Oficial de la CDMX, el transporte no motorizado queda situado como de los de mayor prioridad, sólo por debajo de los peatones, y arriba de las unidades de transporte público.
Ante esta demanda, la red de Ecobici ha desplegado sus servicios en distintas zonas de la capital del país y desde este año hay otros sistemas de vehículos parecidos como Mobike, V-Bike y Dezba, que consisten en un plan de bicicletas públicas sin anclaje a estación.
Al amparo de los dos últimos gobiernos locales, quienes han invertido e incentivado el uso de este medio de transporte, estas 4 iniciativas público-privadas compiten por el control de la bicicleta en las zonas mayormente urbanizadas.
Con la llegada de estos nuevos prestadores de servicios de movilidad el parque de bicicletas ha aumentado, pero el estado de algunos ramales de la infraestructura urbano-ciclista no ha mejorado.
En un recorrido por Reporte Índigo se constató que algunas ciclopistas presentan irregularidades. En el caso de la Línea 2, el tramo que va de Pino Suárez a Arcos de Belén carece intermitentemente de señalética de suelo, pintura y rampas en algunas elevaciones de la cinta asfáltica, además de que el camellón de José María Izazaga presenta baches y anegaciones cada vez que llueve.
La recién restaurada Ciclopista Modelo del Paseo de la Reforma se mantiene en buenas condiciones a excepción de un par de coladeras desniveladas y la mayor complicación se ubica en la parte alta de dicha vía, ya que a partir de la calle de Lieja hasta la Fuente de Petróleos se pierden los carriles confinados, y vehículos comparten carril con los ciclistas.
En la Delegación Benito Juárez, desde Tejocotes hasta la de Pilares, se mantiene un carril exclusivo para la bicicleta, el cual desaparece al atravesar el Eje 2 Poniente Gabriel Mancera, por lo que ciclistas se ven obligados a transitar junto a los autos.
A la salida de Xochimilco, sobre Avenida Prolongación División del Norte, un carril confinado para el tránsito de bicis fue pintado a principios de año, pero la invasión del flujo vehicular lo ha borrado.
A finales de junio las empresas Mobike y V-Bike reportaron el robo de unidades, sin embargo dijeron que continuarán dando batalla para expandir este medio de transporte a más delegaciones, a la par de sancionar a usuarios que incumplan los reglamentos.
Sin embargo, debido a la popularización de los servicios durante los periodos de prueba y por las molestias que tipo de bicicletas han generado molestias por no contar con zonas exclusivas de aparcado, comités vecinales han exigido al Jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, y a Carlos Meneses, titular de la Secretaría de Movilidad (Semovi), la regularización de este servicio para que se publiquen lineamientos de cómo deben operar.
Al respecto, Amieva ha sostenido que no se permitirá anarquía en las biciletas compartidas sin anclaje.
Las nuevas apuestas
René Ojeda, director de Mobike en México, dijo en entrevista que el mayor reto de la empresa es mejorar las condiciones de movilidad sustentable con vehículos compartidos y totalmente patentados.
Aunque Mobike sólo está disponible en delegación Miguel Hidalgo, “el objetivo inmediato es que todos los mexicanos tengan acceso a este tipo movilidad y que se pueda combinar con un tema de multimodalidad, es decir, con otros sistemas de transporte público, que una persona se pueda subir al metro y después utilizar la bicicleta para ahorrar tiempo y dinero de modo sustentable”, dijo.
La ubicación de bicicletas fuera de su zona de operación, explicó, refleja una necesidad de movilidad urgente, ya que en distintas zonas de la ciudad han aparecido unidades, e incluso los han contactado para solicitar la expansión del servicio a otras delegaciones.
“El reto es llegar de la mano de autoridades a más demarcaciones y usuarios, además de que podamos apoyar en el tema educativo-ciclista: que le enseñemos a los ciclistas en general cuáles son sus obligaciones y sus derechos, para así mejorar esta manera de movilidad”, agregó.
Se buscó a las empresas V-Bike y Dezba para una entrevista sobre el tema, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
Los desafíos
Aparte de que hay unidades de Ecobici que ameritan un mayor mantenimiento, la deuda más grande por autoridades capitalinas es una ampliación de esta alternativa de movilidad, “ya que con ella se desahogaría el transporte público y el flujo vehicular de particulares, sumado a los beneficios individuales que el uso de este vehículo conlleva”, dice.
Para Santillán, estos servicios de bicicletas públicas ayudarán a una mejor movilidad, sólo hay que confiar en que los usuarios sean conscientes de dónde se deben estacionar, ya que en ciudades extranjeras han aparecido unidades en medio de los ríos o en lugares exclusivos del peatón.
Los 3 principales retos que enfrenta la comunidad bicicletera, aclara, son la falta de cultura en seguridad vial; la ampliación y conexión de todas las redes.