Embajadas y puestos diplomáticos en ‘remate’ en la 4T
Con los nombramientos de Quirino Ordaz y Carlos Aysa, Morena consolida una estrategia para usar puestos diplomáticos como ‘carnada’ para figuras de la oposición, situación que debilita el Servicio Exterior Mexicano y pone la lealtad por encima de la capacidad técnica de las personas para desempeñarse en estos puestos
Carlos Montesinos, Rubén Zermeño y Fernanda MuñozLas embajadas y puestos diplomáticos han cobrado nueva relevancia en la administración de Andrés Manuel López Obrador pues, además de su uso histórico para premiar y proteger a aliados, ahora se utilizan para ganar el respaldo de opositores.
Tras las elecciones de 2021, el primer mandatario entregó las embajadas en España y República Dominicana a los exgobernadores priistas Quirino Ordaz, de Sinaloa, y Carlos Aysa, de Campeche. Además de haber prometido el consulado de México en Barcelona a Claudia Pavlovich, de Sonora. Todos estados en los que su partido ganó en los comicios.
“Compórtense bien, no metan las manos en el proceso electoral, hagan bien las cosas y tal vez reciban, sí, una invitación para que sean embajadores”, fue la oferta que el legislador del Movimiento Regeneración Nacional hizo a los seis gobernadores emanados de partidos que integran la coalición Va Por México.
Entre las críticas a esta oferta destaca la del senador Germán Martínez, del Grupo Plural, quien calificó el uso que la actual administración da al Servicio Exterior Mexicano como el de una “casa de citas”. Así como reclamó la “política de prostitución” que representa el entregar cargos diplomáticos a cambio de apoyos y favores políticos.
Mientras que Xóchitl Gálvez, del Grupo Parlamentario de Acción Nacional, advirtió que los priistas Omar Fayad y Alejandro Murat, gobernadores de Hidalgo y Oaxaca respectivamente, próximamente estarán en la lista de nombramientos diplomáticos de Morena. Siendo que ambos han sido señalados de “entregar” sus estados al partido oficial.
Apenas un día después de manifestar su postura en el Pleno del Senado de la República, Cravioto Romero reviró diciendo que “no hice algún ofrecimiento” a los seis gobernadores salientes y respondió a las críticas lanzadas por los legisladores de oposición por la manera en la que se reparten puestos diplomáticos.
“No somos iguales a ellos (los opositores). Ellos premiaban a gobernadores que operaban fraudes. Nosotros le pedimos a los gobernadores que actúen con rectitud y le permitan a los ciudadanos elegir libremente a sus gobernantes”, dijo el senador de Morena a pregunta expresa de Reporte Índigo.
Para analizar esta polémica, se entrevistó a Ricardo Tapia Basurto, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ve un problema en esta forma de utilizar los puestos diplomáticos, ya que afecta el proceso para profesionalizar el Servicio Exterior Mexicano.
“Es un gran retroceso, no solo por el cinismo de decirlo así tal cual en la máxima tribuna del país, sino porque también representa un debilitamiento del intento de profesionalizar ese espacio. Ha quedado claro que no les interesa eso, les interesa la lealtad absoluta, no un mínimo de capacidad”.
Para ejemplificar lo que considera la estrategia de “la zanahoria y el garrote” implementada por el actual Gobierno, contrasta estas ofertas de puestos diplomáticos para algunos miembros de la oposición con la criminalización de otros que votaron en contra de la reforma eléctrica y ahora son señalados del delito de traición a la patria, entre otros casos.
“Muchos dentro de la oposición y dentro del régimen están siendo alineados. Lo hacen no necesariamente por convicción o por interés, sino por simple supervivencia. Estamos en un punto en el que voces críticas al interior saben que no pueden decir nada porque podría ser contraproducente para su bienestar y su libertad”.
Si bien reconoce que este manejo no inició con el actual Gobierno, recordando el caso de Eduardo Medina Mora, embajador de Felipe Calderón en Reino Unido y de Enrique Peña en Estados Unidos sin tener carrera diplomática, también destaca que esta postura de la administración actual choca con dos décadas de esfuerzos para terminar con estas prácticas.
“Estamos viendo graves errores actuales que se están maximizando y se están defendiendo con total impunidad. Errores que no son novedosos, pero que se están agravando. Poner a puros incondicionales sin capacidad, afecta la habilidad de gobernar. Lo mismo pasa al exterior, pero más grave”, argumenta el maestro en Gobierno por la UNAM.
“A un presidente a quien no le importa gobernar y que ha sido muy claro respecto a que ‘la mejor política exterior es una buena política interior’, según él dice, obviamente no le importa tener personas profesionales al exterior. Quiere personas, en el mejor de los casos, para pagar botín político, o que le sean leales y sirvan de embajadores de su persona y su proyecto, no del país”.