El Zoo urbano

Animales exóticos y en peligro de extinción han sido rescatados en la zona urbana de la capital, pese a que su cautiverio es considerado crueldad animal y las persona acusadas por manejar estas especies tienen penas de hasta 9 años de cárcel
Erick Miranda Erick Miranda Publicado el
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La Ciudad de México se convierte cada vez más en una jungla y no sólo de asfalto. En los últimos meses animales exóticos y en peligro de extinción han sido rescatados y asegurados tanto por autoridades capitalinas como federales, ya sea en vía pública o en domicilios particulares.

A través de denuncias ciudadanas realizadas de manera inmediata, operativos preventivos y de revisión se han registrado los mayores índices de localización, rescate efectivo y aseguramiento final de estos ejemplares de flora y fauna que están prohibidos.

Las personas acusadas por manejo de especies pueden alcanzar de 1 a 9 años en prisión o un equivalente de 300 a 3 mil días de multa

Felinos, reptiles, aves y roedores son los animales más incautados en las zonas urbanas de la capital, ya que gran parte de las especies de dichas familias resultan atractivas a la vista y son de mediana manutención. Además su ocultamiento y traslado no es complicado, al menos mientras crecen.

Durante el pasado 2 de mayo, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina rescataron a un cachorro de jaguar y a un mono araña, los cuales fueron reportados al interior de un predio localizado casi en el cruce del Eje 1 Norte y la calle de Palma Norte, en el perímetro de la colonia Morelos, en la Delegación Cuauhtémoc.

Tras el aseguramiento de los ejemplares, dos implicados de 26 y 32 años de edad, respectivamente, quedaron a disposición de la Fiscalía Desconcertada de Investigación en Delitos Ambientales y en materia de Protección Urbana (FEDAPUR), sin embargo, fueron remitidos a instancias de la Procuraduría General de la República (PGR), por tratarse de un delito contra el ambiente y la gestión ambiental.

Las personas acusadas por manejo de especies pueden alcanzar de 1 a 9 años en prisión o un equivalente de 300 a 3 mil días de multa, debido a que el Código Penal Federal establece tales sanciones a quien realice cualquier actividad con fines de tráfico, así como a quien capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo algún ejemplar, productos o subproductos y demás recursos genéticos de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas sujeta a protección especial.

Pero las leyes no impiden que los animales suelan ser extraídos de su hábitat natural. La madrugada del 27 de abril, un oso hormiguero fue localizando y asegurado por policías capitalinos adscritos a la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) cuando deambulaba cerca del cruce de las calles Peralvillo y Libertad, en la Colonia Morelos.

El mamífero fue trasladado a las instalaciones de la BVA para ser valorado por personal veterinario. Posteriormente quedó disposición de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), donde se investiga su origen.

Ese mismo día, Protección Civil local rescató una serpiente que apareció en una de las áreas de lavado de las clínica 32 del IMSS, en la zona de Villa Coapa, en Coyoacán. El reptil, que terminó siendo canalizado al herpetario de la UNAM, fue localizado por personal administrativo.

Otro caso que tuvo amplia difusión fue la persecución y captura de un mono capuchino en la zona de Las Lomas de Chapultepec, en la Delegación Miguel Hidalgo. El primate fue visto por primera vez durante el pasado 24 de marzo entre las copas de los árboles por vecinos, sin embargo, la búsqueda por parte de autoridades inició hasta dos días después. Se piensa que habría escapado de alguna residencia de la zona.

Tras un operativo de 14 días, personal de la Profepa y de la BVA capturó al capuchino a más de medio kilómetro de donde fue visto inicialmente. El ejemplar, que presentó estrés y niveles altos de azúcar en su valoración médica, quedó a cargo del Zoológico de Chapultepec, mientras su salud se estabiliza y se define su destino. A la fecha permanece en cuarentena y en compañía de otro primate de su especie.

El 7 de abril, elementos de la BVA resguardaron y brindaron atención veterinaria a un tucán herido que apareció en el estacionamiento de una obra residencial en la Delegación Gustavo A. Madero; mientras que el 24 de marzo la Profepa rescató a otro igual que se había instalado en los jardines de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Delegación Benito Juárez. Se cree que el ave huyó de algún cautiverio cercano.

Agentes de la SSP capitalina y de la Policía Federal aseguraron el pasado 8 de febrero a un cachorro de tigre blanco de Bengala en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cuando era trasladado al interior de una camioneta de lujo; el conductor fue remitido ante la PGR por delitos ambientales porque no pudo acreditar la posesión legal del felino.

Por aparición o traslado, otras especies han sido también recuperadas en domicilios particulares, en la vía pública y hasta en medios de transporte, tales como víboras de cascabel, cacomixtles, halcones e incluso hasta águilas.

Mascotas insólitas

Las principales causas por las que personas adquieren especies exóticas son la falta de conciencia por parte de las personas que compran animales no caseros o ajenos al ecosistema, la creación de una personalidad excéntrica o de poder que ciertos animales suelen aportar, como es el caso en narcotraficantes, y los altos índices de corrupción en las instituciones, por funcionarios y servidores públicos, dice Mónica Pineda, presidente de la asociación Gente por la Defensa Animal (GEPDA).

“La aparición de animales silvestres en la capital destapa la punta de un iceberg porque generalmente estos salen a la luz después de estar cautivos en algún sitio y de ser mantenidos por personas como mascotas exóticas, lo cual no es recomendable ya que se trata de un hecho contra natural; además de que queda la duda de si los poseedores son traficantes de especies o simplemente lo adquirieron”, explica la especialista.

Algo extraño es que la Profepa nunca responde a qué lugar fueron reubicados los animales incautados, aún y cuando las condiciones sean inadecuadas, además de que muchas de las veces también es contraproducente que éstos sean reinsertados en sus hábitat, ya que se deprimen y corren el riesgo de morir

Aunque se mantenga una supuesta ‘posesión legal’, el cautiverio no deja de ser crueldad animal. “Muchas veces las denuncias terminan en nada por la decisión de un juez o de autoridades, pero no porque haya normas establecidas de bienestar animal, sino por criterios arbitrarios […] para Profepa y Medio Ambiente, si el animal esta bien de salud, nutrición y dieta, aunque éste esté enjaulado, está bien, esto por la tibieza y poca empatía de empleados y directivos”, señala la activista.

El tráfico de animales es uno de los negocios ilegales más redituables a nivel mundial, junto al de la drogas o las armas, aclara Pineda, sin embargo, todas las especies involucradas también disminuyen en sus niveles de población, esto debido a que sólo un ejemplar de cada 10 llega vivo al momento de ser traficado.

Últimos animales hallados en la capital

Cachorro de jaguar y mono araña

Delegación Cuahtémoc

Oso hormiguero

Delegación Cuahtémoc

Serpiente

Delegación Coyoacán

Mono capuchino

Delegación Miguel Hidalgo

Tucán herido

Delegación Gustavo A. Madero

Tucán

Delegación Benito Juárez

Cachorro de tigre blanco de bengala

Delegación Venustiano Carranza

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