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El viacrucis para armar una Policía

Hace tres meses, cuando el contralmirante Augusto Cruz Morales asumió el mando de la Policía Municipal de Monterrey, se topó con una corporación podrida por la corrupción e infiltrada por el narcotráfico. 

La mitad de los elementos de la Policía Regia estaba atrincherada por miedo en su cuartel, sin atreverse a salir a las calles, y la otra mitad estaba al servicio de los cárteles de la droga.

718
Efectivos conforman el Estado de Fuerza de la Policía Municipal de Monterrey

Hace tres meses, cuando el contralmirante Augusto Cruz Morales asumió el mando de la Policía Municipal de Monterrey, se topó con una corporación podrida por la corrupción e infiltrada por el narcotráfico. 

La mitad de los elementos de la Policía Regia estaba atrincherada por miedo en su cuartel, sin atreverse a salir a las calles, y la otra mitad estaba al servicio de los cárteles de la droga.

Cruz Morales y los marinos que llegaron a Monterrey se encontraron con prácticas en la corporación que los dejaron algo asombrados: jefes policiacos que extorsionaban hasta a sus mismos policías.

Los uniformados que necesitaban vacaciones tenían que pagar dinero a sus jefes para su autorización y daban cuotas para que les levantaran los arrestos por indisciplina.

Así eran los días en la Policía Regia, la corporación que menos confianza inspiraba a los regiomontanos en el área metropolitana.

Lo primero que hizo Cruz Morales la mañana del 1 de noviembre de 2012, cuando asumió el cargo, fue botar a todos los mandos para que los 14 oficiales de la Marina que lo acompañan en esta misión ocuparan esos cargos estratégicos.

Hoy, a tres meses de asumir el cargo de comisario de la Policía Municipal, el contralmirante puede presumir que la corporación municipal ha conseguido dos cosas principalmente.

Una de ellas es marcar una tendencia a la baja en los índices delictivos en la parte de Monterrey que le toca vigilar.

Y la otra: avanzar en la depuración policiaca.

En tres meses, 245 policías han salido de la Policía Regia, incluyendo 115 elementos que no aprobaron las pruebas de control de confianza y que inexplicablemente laboraban en la corporación.

Hace dos meses, a finales de noviembre, llegó un contingente de 500 elementos civiles adiestrados por la Marina en el estado de Veracruz para sustituir a los policías cesados y despedidos por las nuevas autoridades.

Pero el proyecto de la nueva Policía Municipal de Monterrey que impulsa la alcaldesa Margarita Arrellanes ha enfrentado trabas y problemas que han dificultado su implementación. 

De los 502 elementos capacitados por la Marina y que fueron presentados el 30 de noviembre pasado, 120 efectivos desertaron y dejaron la corporación municipal casi inmediatamente, principalmente por motivos personales.

Hoy, en la Policía Regia operan 382 uniformados capacitados en Veracruz con este programa que el Municipio logró tramitar con el anterior secretario de la Marina, el almirante Mariano Saynez.

En total, junto con los 336 efectivos que sobrevivieron al esquema tradicional, suman 718 policías que forman actualmente el estado de fuerza de la Policía Municipal de Monterrey.

Pero aun así se mantiene el déficit: el Municipio  necesita por lo menos 110 policías para poder garantizar la cobertura en la zona que le toca vigilar, servicio que comparte con la estatal Fuerza Civil.

El porte de armas y la certificación para estos nuevos elementos también se han conseguido a cuentagotas y despertando polémica.

La mitad de los elementos de la Policía Regia no fueron capacitados en la Academia Estatal de la Policía, ni tampoco pasaron las pruebas de control de confianza que aplica el Estado.

La alcaldesa de Monterrey consiguió que estos efectivos fueran capacitados por la Marina en el programa de formación que la Semar tiene con el Gobierno de Veracruz.

Pero en la actualidad, de los 382 elementos que llegaron en noviembre a Monterrey, solo 120 tienen autorización del Estado para el porte de arma corta, un trámite que todavía está en proceso de ser convalidado por la Sedena.

Hay 90 licencias más que están en vía de ser autorizadas por el Gobierno del Estado, y se espera que este proceso se alargue porque se completará el registro ante el Sistema Nacional de Seguridad Pública en seis meses.

Los elementos desarmados de la Policía de Monterrey patrullan la ciudad, pero lo hacen en compañía de los 290 oficiales del esquema tradicional que no tienen problemas con su porte de arma.

Las pruebas de control de confianza que aprobaron estos elementos han sido otro asunto polémico.

Los policías municipales se sometieron al proceso de certificación que aplicó el Centro de Evaluación y Control de Confianza del Estado de Veracruz.

Pero este proceso de certificación de los elementos municipales ha enfrentado al Ayuntamiento regio con el Gobierno del Estado, que no acepta como válidas estas pruebas de control de confianza.

No es la primera vez que la Marina interviene una corporación de seguridad pública municipal en México, algo que habitualmente hace el Ejército Mexicano o la Policía Federal.

Hace dos años, oficiales de la Armada tomaron las policías de los municipios de Veracruz y Boca del Río, pero Monterrey es la primera metrópoli que implementa un esquema de este tipo.

El modelo aplicado en la Policía de Monterrey también implicó incrementar el sueldo que reciben los policías: hoy los elementos ganan 14 mil pesos mensuales si se le suman los bonos por puntualidad y disciplina.

En los últimos tres meses, algunos delitos patrimoniales registran una tendencia a la baja,  pero, sobre todo, es la percepción de los regiomontanos la que ha mejorado desde la llegada de los marinos a la ciudad.

Hoy se ven en las calles operativos antirrobos conjuntos de la Policía Regia con Fuerza Civil o con militares, escenas que no eran probables hace un año enMonterrey.

El plazo que se ha fijado el contralmirante Augusto Cruz Morales para dejar una corporación confiable, y encaminada a convertirse en una policía de proximidad, es de dos años.

Y sigue limpia en Tránsito

Las autoridades municipales planean someter a Tránsito de Monterrey al mismo proceso de depuración que se aplicó en la Policía Regia. 

El plan que se implementará en la Secretaría de Vialidad y Tránsito es similar al de la Policía Municipal.

Es decir: despedir a los agentes corruptos y sustituirlos por oficiales nuevos que aprueben un proceso de certificación y sean capacitados bajo un nuevo modelo.

En los próximos días se dará a conocer el programa de reclutamiento con el que se busca conseguir, en una primera etapa, hasta 500 nuevos agentes que se incorporen a Tránsito.

La alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, está buscando que sea la misma Secretaría de Marina la dependencia responsable de realizar este proceso de capacitación, pero todavía no ha podido concretar el proyecto.

Tránsito de Monterrey está conformado por cerca de 900 agentes, de los cuales, según una investigación realizada por el Municipio, más de la mitad no son elementos confiables y tienen incluso vínculos con el crimen organizado.

La dependencia actualmente está a cargo del contralmirante Juan Sánchez Alvarado, quien le reporta directamente al contralmirante y secretario de Seguridad Augusto Cruz Morales.

La administración municipal  planea fusionar el organigrama de Tránsito con el de la Policía Municipal, un plan que data de hace más de 10 años, pero que nadie ha podido concretar.

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