El último carro completo del PRI en Coahuila

El panorama luce desalentador para el priismo en Coahuila, luego de que Morena y Acción Nacional, muestran un incremento en los adeptos con miras a ganar las alcaldías en estas elecciones intermedias en las que no habrá elección de gobernador
Sergio Iván González Sergio Iván González Publicado el
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El PRI se impuso en las elecciones locales de Coahuila en 2020 arrasando con las diputaciones locales. Menos de un año después, el panorama luce un tanto desalentador pues tanto su principal rival, Morena, como su supuesto aliado, el PAN, presentan un crecimiento considerable en contiendas por alcaldías clave que, a su vez, son la antesala de la renovación de la gubernatura en 2023.

Coahuila es, junto con Hidalgo, Durango y Quintana Roo, uno de los estados donde hay menos puestos en juego este 6 de junio, siendo que apenas se elegirán a los 38 presidentes municipales de la entidad y a los siete diputados federales que la representan en la Cámara baja del Congreso de la Unión.

En el proceso electoral de 2020, que tuvo que aplazarse de junio a octubre por la emergencia sanitaria del coronavirus, el Revolucionario Institucional se llevó el “carro completo” para el Congreso de Coahuila, pues se alzó con la victoria en los 16 distritos locales, con lo que el gobernador Miguel Riquelme garantizó tener el Poder Legislativo a su favor durante el último tramo de su administración.

Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del tricolor, celebró los resultados asegurando que eran “extraordinarios” y demostraban que “el PRI sigue en pie” luego de las derrotas que acumuló tanto en 2018 como en 2019. Incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador evitó dar mayores opiniones sobre la derrota de su partido y optó por simplemente aplaudir que “triunfó la democracia”.

Para analizar los resultados del PRI en Coahuila y en Hidalgo, donde ganó 32 de las 84 presidencias municipales, Reporte Índigo contactó al doctor Juan Carlos Montero, profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, quien considera que eran resultados hasta cierto punto esperables.

En Hidalgo y Coahuila se vendió la idea de que Morena había perdido, pero en realidad no, porque Hidalgo y Coahuila son bastiones priistas. Entonces, lo que nos recordaron Hidalgo y Coahuila es que el PRI no está completamente muerto
Juan Carlos MonteroProfesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey

En ninguna de estas dos entidades ha habido alternancia desde que se instauró el régimen hegemónico hace casi un siglo.

Menos de ocho meses después, la celebración priista parece estar llegando a su fin en el último bastión sólido que le queda al otrora partido hegemónico. Para la renovación de las presidencias municipales de Coahuila, sus candidatos han encontrado retos significativos en lugares clave por parte de Morena y el PAN.

De acuerdo con la última encuesta de Massive Caller, con muestras del 26 de mayo, el partido Morena llegará a la jornada electoral con cómodas ventajas en Piedras Negras, que ganó por primera vez en 2018, así como en Acuña y Múzquiz. Este último se lo arrebataría al PRI.

En cuanto a la capital, Saltillo, la disputa se cerró en el último tramo de la campaña, puesto que el abanderado priista y exsecretario general de Gobierno de Miguel Riquelme, José María Fraustro Siller, tiene apenas un punto porcentual más que Armando Guadiana, senador con licencia por Morena y principal alfil para disputar la gubernatura en 2023.

Un escenario similar se libra en Torreón, si bien no con el PRI dado que, en el terruño del gobernador Riquelme, se habría desfondado hasta el tercer lugar en las preferencias. La carrera final sería entre el abanderado de Morena, Luis Fernando Salazar, y el de Acción Nacional, Marcelo Torres Cofiño, quienes están a menos de cuatro puntos de distancia.

El PAN también parece tener segura la victoria en su principal fortín, Monclova, el cual gobierna desde 2013 y en donde su abanderado, Mario Dávila Delgado, le saca más de 15 puntos porcentuales en las encuestas a la candidata del PRI, Guadalupe Murgía, misma que enfrenta un mayor reto por mantener el segundo lugar ante la morenista Cristina de la Rosa, de quien se separa por menos de dos puntos.

Sobre si la movilización de las bases partidistas podría rescatar resultados importantes para el PRI, el doctor Montero apunta que “hay que observar la figura del gobernador. Quién está gobernando y qué tan sólida está la figura del gobernador. Dependiendo de qué tan sólida esté, será también el resultado que esperemos de la movilización”.

En alcaldías como Piedras Negras, Acuña y Múzquiz se perfila que Morena se las arrebate al PRI en esta elección, de acuerdo con Massive Caller

Coahuila, el bastión en juego

El desgaste del PRI en Coahuila se venía anunciando incluso desde antes de las elecciones de 2018. En 2017, Miguel Ángel Riquelme retuvo el bastión tricolor en una competida contienda contra Guillermo Anaya, el abanderado del PAN, en donde también participó el morenista Armando Guadiana, quien terminó en tercer lugar.

Ya en 2018 y con el “efecto AMLO”, el PRI vio caer parte de su terruño dado que sólo pudo rescatar dos de las siete diputaciones federales, mientras que Morena se llevó cuatro y el PAN una más. Para el Senado de la República, la coalición de López Obrador también se llevó las dos plazas de mayoría relativa, pero el tricolor alcanzó la tercera por la vía de la primera minoría.

Con los resultados de 2020, Coahuila se consolidó como el último gran bastión del PRI. El Estado de México, identificado como su gran fortín, también se desgastó tras los comicios de 2017 y en 2018 Morena arrasó con 57 de las 125 presidencias municipales y arrebató la mayoría en la Legislatura estatal. En el plano federal, se quedó con 37 de las 41 diputaciones y las dos senadurías de mayoría, mientras que el PRD se alzó con la de minoría.

Morena y el PAN toman notoriedad en un bastión del priismo como Coahuila, donde este 6 de junio hay 38 presidencias municipales en disputa

Así, Riquelme quedó a la cabeza de la última fortaleza priista, lo que dio peso particular a su participación en enfrentamientos entre estados y la Presidencia de la República. Como fue su adhesión a la Alianza Federalista con otros ocho mandatarios de PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, así como su intentona de separar a Coahuila del Pacto Fiscal federal en un esfuerzo que encabezaron Jalisco y Nuevo León.

En el tramo final de su administración, Riquelme comenzó a ver por su sucesión. La salida del gabinete de José María Fraustro, priista de cepa quien fungió como secretario tanto de Rubén Moreira en Coahuila como de Rodrigo Medina en Nuevo León, fue interpretado como el primer movimiento en esta sucesión, misma que ahora podría verse truncada en caso de que Guadiana, el tercer lugar en 2017, dé la sorpresa y le gane la alcaldía de Saltillo.

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